El ministro de Defensa de Nicaragua, José Adán Guerra, dijo a una delegación de funcionarios estadounidenses que su país pretende guardar un 20% de su arsenal de misiles antiaéreos soviéticos SAM-7, como parte de su reserva estratégica.
Los misiles fueron donados al gobierno sandinista por la entonces Unión Soviética.
Según corresponsales, sus comentarios sugieren un cambio de posición, ya que el presidente Enrique Bolaños había dicho el año pasado que destruiría todos los misiles de manera unilateral.
Guerra también señaló que llegaría a un acuerdo con los diplomáticos estadounidenses relativo a sus inquietudes sobre la seguridad de cientos de misiles nicaragüenses y a la aprobación de una ley en el Congreso que dificultaría el plan de eliminación.
Los misiles fueron donados por la Unión Soviética en la década de 1980, cuando el Nicaragua estaba gobernado por el izquierdista Frente Sandinista, que se enfrentaba a los rebeldes derechistas de la «contra», financiados, armados y entrenados por Estados Unidos.
Reserva Estratégica
«La intención, la voluntad clara, firme del gobierno de Nicaragua es precisamente continuar con la destrucción de los excedentes, quedándonos con una reserva estratégica de un 20 por ciento» del lote original de unos 2.000 misiles SAM-7, señaló Guerra durante una rueda de prensa.
El gobierno de Nicaragua dijo el miércoles que funcionarios estadounidenses se mostraron satisfechos por las medidas con las que el país resguarda unos 1.000 misiles antiaéreos, además de haber recibido una renovada promesa para su eliminación.
EE.UU. está preocupado por la seguridad de los misiles.
Según el plan de eliminación presentado a Estados Unidos en noviembre de 2003, Nicaragua destruyó el año pasado 1.000 misiles SAM-7 y el gobierno espera conseguir la aprobación del Congreso para proceder a la destrucción de otros 600 misiles, según indicó el funcionario.
Por su parte, el jefe del ejército, Omar Hallesleven, dijo que los funcionarios estadounidenses también quedaron satisfechos con la seguridad del inventario de misiles.
Según analistas locales. al finalizar el conflicto miles de armas quedaron en manos de civiles y sin control de las autoridades, entre ellos algunos misiles tierra-aire que Estados Unidos proporcionó a los «contras».