Debate en Florida por tragamonedas

JOAQUIM UTSET
El Nuevo Herald
Amenos de una semana de la elección, la campaña del referéndum de las máquinas tragamonedas se caldeó ayer con la entrada de lleno del gobernador Jeb Bush en la contienda, y un gran número de los legisladores de su partido en el bando opuesto.
Bush invirtió gran parte de su mañana en entrevistas con estaciones de radio hispanas de Miami, y se espera que viaje el viernes al sur de la Florida para promover el voto negativo a la legalización de las máquinas.
El gobernador asistirá a varios actos de campaña en Miami junto al presidente del Senado, Tom Lee, y al de la Cámara de Representantes, Allan Bense, además del alcalde de Miami-Dade, Carlos Alvarez, y el de Hialeah, el demócrata Raúl Martínez, dijo anoche una fuente cercana al gobernador.
La fuerte apuesta de Bush –un férreo opositor al juego– ha agregado interés a una campaña que en un principio parecía que iba a estar dominada por los $5 millones que piensa gastar la industria del juego.
Varios de sus amigos han invertido dinero de su bolsillo en financiar anuncios en contra de las tragamonedas, y el mismo Bush se encontraba anoche grabando un anuncio de televisión, agregó la fuente cercana al gobernador.
La reacción inmediata de los partidarios de las máquinas, reunidos en el grupo Sí por unas Escuelas y Trabajos Mejores, fue convocar una multitudinaria conferencia de prensa en el Jai Alai de Dania para demostrar el amplio apoyo comunitario a su causa, incluido el de una larga lista de legisladores republicanos del sur de la Florida.
»No creo que esto sea un tema partidista, de republicanos y demócratas», dijo el representante estatal David Rivera. »El tema es mejorar la educación y la economía», agregó el legislador republicano.
La industria del juego asegura que la incorporación de las tragamonedas en siete frontones, hipódromos y canódromos existentes en Broward y Miami-Dade crearán 18,000 nuevos puestos de trabajo, aportarán $111 millones en impuestos para la educación entre los dos condados y decenas de millones para sus gobiernos locales.
Bush denunció esas promesas como engañosas durante sus entrevistas radiofónicas de ayer.
»No hay manera de que esto pueda ser», apuntó Bush en su charla con la emisora 710 WAQI Radio Mambí, en la que se burló de la visión de que las máquinas en los frontones y los hipódromos atraerán turismo.
»Estos no son los lugares a donde irán los amigos de James Bond vestidos de etiqueta a jugar blackjack», dijo. »Serán personas de ingresos medios las que irán, y eso creará demanda en los servicios sociales», agregó.
Para Rivera, ese argumento pierde peso cuando se tiene en cuenta que el juego ya existe en nuestra comunidad en los casinos indios y los casinos flotantes que salen a aguas internacionales.
»Ese impacto social ya existe. Si alguien es adicto, ya va a jugar», explicó.
Para Rivera, lo importante de la propuesta que se votará el 8 de marzo es que rompe un »monopolio» que las tribus indias tienen en el sur de la Florida, del cual el resto de la comunidad no se beneficia porque no pagan impuesto alguno.
»Quieren una garantía, les voy a dar una garantía. Si pasa la propuesta recibiremos decenas de millones. Si no pasa, no recibiremos nada», apuntó el senador estatal Steve Geller, demócrata por Broward.
Geller tiene listo en el Senado una propuesta de ley que establecería un nivel de impuestos estatal del 30 por ciento.
A eso se sumaría un 10 por ciento adicional destinado a aumentar el volumen de los premios en las carreras de caballos o de galgos o en los juegos de Jai Alai, con el propósito de incrementar su atractivo.
Los gobiernos locales de Broward y Miami-Dade recibirían un 3 por ciento adicional para compensar el impacto de los nuevos negocios.
Ese nivel fiscal es menor al que imponen en otros estados, donde en el caso más extremo se acerca al 80 por ciento, lo cual ha llevado a los opositores de la medida a señalar que los grandes beneficiarios no serán las escuelas, sino los dueños de los siete negocios donde se colocarían las tragamonedas.
Pero Geller, uno de los principales expertos en juego de la Legislatura, aseguró que a mayor nivel de impuestos, menos calidad tendrán los locales.
»Con un impuesto del 10 por ciento tienes máquinas en un Bellagio, con un 40 por ciento en un Hyatt y con un 70 por ciento las tienes en una bodega», agregó.

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