Estados Unidos solicitó la extradición del narcotraficante brasileño Iván Carlos Mendes Mesquita, preso en Asunción y considerado un capo del narcotráfico y del intercambio de armas con la guerrilla colombiana, informaron fuentes de la Fiscalía.
Mesquita, según los informes policiales, es tanto o más importante que Fernandinho Beira Mar, el máximo jefe brasileño de la cocaína, preso en Brasil después de haber sido detenido en Colombia con uno de los jefes de la guerrilla colombiana.
El brasileño fue aprehendido el 24 de noviembre a unos 800 km al noroeste de Asunción, en una hacienda localizada cerca de la frontera con Brasil y Bolivia.
Al detenerlo, las autoridades incautaron un cargamento de 260 kilos de cocaína, armas de guerra y un avión bimotor.
El fiscal Francisco de Vargas reveló que Mendes Mesquita es sindicado como responsable de traficar mil kilos mensuales de la droga que obtenía a cambio de armas con miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
En su declaración ante la Fiscalía, negó que la cocaína hallada fuera suya y acusó a las autoridades de haberla puesto en el lugar.
La detención del brasileño se había producido con la colaboración de la policía antidrogas de Estados Unidos y de Brasil.
Brasil sigue siendo un país de tránsito para los traficantes que llevan drogas desde la región andina a Europa y Estados Unidos, afirmó ayer el Gobierno estadounidense en su informe anual sobre el narcotráfico internacional.
En el informe, el gobierno de Estados Unidos reconoció que Brasil “ha emprendido varios esfuerzos bilaterales y multilaterales para cumplir con los objetivos de la Convención de las Naciones Unidas sobre Drogas, de 1998, ha aplicado medidas policiales adecuadas, y ha logrado progresos significativos en la lucha contra las drogas”.
El informe señala que “no es un país significativo en la producción de drogas, pero es una ruta importante para las drogas enviadas a Europa y, en menor medida, a Estados Unidos”.
“Brasil sigue cooperando con sus vecinos suramericanos para controlar las áreas fronterizas a través de las cuales se transportan las drogas ilegales”, indica.
Este país es además “una ruta para la pasta base de cocaína y el hidrocloruro de cocaína que va desde fuentes andinas a Europa y los centros urbanos brasileños”, agrega.
Explica que el crack lo usan los jóvenes principalmente en áreas urbanas.