Un proyecto de ley para realizar el proceso de `castración química´ con sustancias químicas que inhiben el deseo sexual, la erección y la eyaculación, aplicadas a violadores reincidentes de niños, mujeres, ancianos y limitados físicos, fue radicado en la secretaría del Senado.
La iniciativa contempla el uso de sustancias denominadas «antiandrógenos», cuyo principal efecto es disminuir los niveles de testosterona (hormona reguladora del deseo sexual) en el cuerpo humano tales como Cyproterona, Leuprorelina y Glutamina. Este tratamiento sería aplicado a pacientes que voluntariamente se acojan al proceso.
Para Carlos Moreno de Caro, autor del proyecto, este tratamiento tiene carácter reversible, toda vez que sólo funciona si se administran los medicamentos. La iniciativa pretende modificar el articulo 211 del código penal, que habla de las «circunstancias de agravación punitiva, es decir el aumento de la pena de una tercera parte hasta la mitad cuando, en el caso de violaciones, se produzca contaminación con enfermedad de transmisión sexual, se realice sobre menor de doce años o haya embarazo entre otros aspectos.
La propuesta busca incluir en la norma el texto: «En los casos en que se incurra en acto sexual violento y/o acto carnal violento de manera reincidente a persona menor de edad de catorce años, a una mujer, un anciano, una persona que se encuentre en incapacidad o disminución física, sensorial y psicológica o quien se encuentre en estado de indefensión, además de la pena privativa de la libertad que corresponda, se le aplicará por solicitud del confeso, el procedimiento médico de Castración Química».
Así mismo, habría dos parágrafos de lo que se especifica que la solicitud de castración química debe ser presentada por el propio acusado o, en caso de no poder hacerlo, por su padre, madre o cónyuge. Así mismo, propone que quienes no se sometan a este proceso, no tendrán derecho a fianza, indulto, libertado condicional o disminución de la condena.
Según Moreno de Caro, aunque los opositores consideran que este procedimiento es violatorio de los derechos humanos, cada vez tiene mayor acogida en países como Australia, Suecia, Estados Unidos, Alemania y Dinamarca. «Éste último país bajó sus niveles de reincidencia en la violación a un 2,2 por ciento, mientras que en países como que no usan estas medidas el porcentaje es de 65 por ciento».
Aseguró que no existen efectos secundarios graves aparte de la imposibilidad de tener erecciones, la pérdida de la capacidad para eyacular y la reducción del nivel de calcio, que se puede compensar con vitamina D. «Fuera de esto, nada importante perjudica la salud del paciente. Además, en cuanto cesa la administración de fármacos, el proceso es reversible».
El senador explicó que en Alemania la Castración Química está regulada desde el año 1996 para mayores de 25 años, la legislación de Dinamarca permite excarcelación anticipada si el implicado se somete al proceso y en el Estado de California es obligatoria para los reincidentes culpables de agresiones sexuales a menores de 13 años.
«Lo que hacen los fármacos es anular toda posibilidad de tener deseo, erección y eyaculación. En el mundo se lleva cerca de 10 años trabajando con casos clínicos. El costo de la medicación vale 95 euros y el control del paciente es cada seis meses. Es una oportunidad para que el delincuente por su propia cuenta intente salvar no solo su cuerpo sino su mente y alma», puntualizó Moreno.