Con biometría controlan horarios

El iris, la huella dactilar, la geometría de la cara o de la mano y la voz son características intransferibles del individuo en las que se basa la biometría como tecnología de seguridad. Por eso, hoteles, hospitales, gimnasios, inmobiliarias, constructoras, bancos, empresas de seguros y de tecnología, residencias de la tercera edad y organismos de la Administración están sustituyendo el lector de tarjetas de identificación por el sensor de huella dactilar.
Así se evita uno de los principales problemas de tarjetas de identificación y de contraseñas: la posibilidad de transferencia. «Para las empresas, el absentismo laboral encubierto (trabajadores que fichan por otros) repercute más en la productividad que en el coste de la nómina», asegura Sergio Peirot, socio director general de Intuate Biometrics.
Aunque hay otras tecnologías, según Jaume Pagès, director de márketing de Grupo CDW, la más extendida es la de la huella, pues es más barata y menos intrusiva que otras, como el reconocimiento a través del iris. A la imposibilidad de transferencia se añade la comodidad para el usuario, quien no ha de llevar ni memorizar nada para identificarse.
El sensor biométrico analiza 15 puntos característicos de la huella de cada persona (llamados puntos de minucia) y almacena ese patrón. Al pasar de nuevo la huella, el sistema la compara con las matrices guardadas. Sin embargo, remarca Anxo Álvarez, responsable de seguridad de Softgal, no se puede obtener una huella completa a través de estos puntos.
Acceso a la red.
La huella dactilar también sustituye a la clave en el acceso al ordenador y a la red. Para ello existen unos dispositivos que se incorporan o integran a los ordenadores personales que reconocen la huella de su usuario. Cerraduras de despacho y tarjetas de memoria USB con sensor de huella son otros productos biométricos, con más posibilidades de llegar al gran público. A principios de este año Microsoft eligió a DigitalPersona como proveedor para integrar la biometría en sus futuros productos.
Ejemplos en el uso de biometría son la sede de Codorniu en Barcelona, para fichar y entrar en las oficinas y en el párking; el Hotel Continental, en la Rambla, para control de presencia de más de 50 empleados, o Caixa Galicia, donde se emplea la huella dactilar para el control de acceso y está previsto usarla para el acceso a ordenadores.
Fuente: El Periódico de Catalunya

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