GERSENDE RAMBOURG / AFP
SANTA MARIA, California
El juicio a Michael Jackson por abuso sexual de un menor podría tener un giro decisivo esta semana, cuando el juez decidirá si admite o no el testimonio de otras presuntas víctimas que acusaron anteriormente al cantante del mismo delito.
Dos casos distintos fueron sometidos a la consideración del juez Rodney Melville.
Hoy por la mañana, la defensa y la fiscalía tendrán tres horas para presentarle sus argumentos y ayudarlo a decidir si los doce miembros del jurado podrán conocer detalles de las acusaciones precedentes.
Los detalles de un escándalo de 1993, en relación con un joven de 13 años que acusó al cantante de abusar de él en su hacienda californiana, se desconocen hasta hoy. La familia de la presunta víctima renunció a demandar a Jackson en virtud de un multimillonario acuerdo extrajudicial.
Además, la estrella de la música pop habría pagado otros dos millones de dólares para poner fin a acusaciones similares formuladas por el hijo de uno de sus empleados, según informes de prensa.
La fiscalía quiere servirse de estos precedentes para tratar de demostrar que no es la primera vez que el acusado comete el tipo de abusos por el que se lo juzga ante el tribunal de Santa Maria, California.
Jackson, de 46 años, se expone a una pena de hasta 20 años de prisión si es hallado culpable de abusar sexualmente del menor entre febrero y marzo del 2003 en su hacienda Neverland, de hacerle beber alcohol para cometer los abusos, y de intentar secuestrar a su familia.
Para los numerosos juristas que asisten al proceso, la decisión del juez en torno al testimonio de los antiguos acusadores será determinante, pese a que por ahora no se sabe qué grado de credibilidad podrían tener. »Esta podría ser una cuestión de vida o muerte para cada bando», estimó el experto legal Jim Moret. Si los jurados oyen estos testimonios, podrían verse tentados a »castigar a Jackson en la actualidad» si creen que ya abusó de otros adolescentes.
La audiencia de hoy seguirá a varias jornadas de testimonios técnicos, principalmente relacionados con huellas digitales en revistas pornográficas requisadas en el dormitorio del cantante durante un allanamiento en noviembre del 2003.
La tesis de la acusación es que la estrella mostró el material pornográfico a su presunta víctima, que en ese entonces tenía 13 años y padecía cáncer, para vencer sus inhibiciones antes de cometer los abusos. La defensa argumenta que el adolescente pudo haber visto las revistas en ausencia de Jackson, y que la presencia de sus huellas no demuestra que el cantante le haya ofrecido tales lecturas.
