Prevención de lesiones para practicantes de artes marciales

El contenido de esta sección se puede resumir así:
Calentamiento adecuado
Ejecución de técnicas correctas
Precaución en el entrenamiento.
Con esto ya está todo dicho. Sin embargo no estará de más explicar un poco cada punto.
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Calentamiento adecuado
La mayoría de las lesiones se producen por no haber realizado un calentamiento adecuado. La falta de calentamiento puede ser causa directa de la lesión (desgarros, luxaciones, esguinces, calambres… todo ello al trabajar «en frío»), o indirecta (recibir un golpe porque con el cuerpo «en frío» no se ha sido capaz de esquivarlo lo bastante rápido…). Realmente, creo que este punto no necesita más aclaraciones.
Ejecución de técnicas correctas
Como ya digo en algún otro lugar de estas páginas, solo hay dos formas de ejecutar una técnica: la correcta y la mala. Con la mala, en el mejor de los casos no aprenderás a hacer bien las cosas; en el peor, puedes acabar en el hospital. Creo que una breve lista de ejemplos dejará este punto lo bastante claro:
Romperse un dedo o dislocarse la muñeca al dar un puñetazo con la mano mal cerrada.
Dislocarse la cadera al dar una patada circular con mucha fuerza y muy mala posición.
Fracturar el codo de un compañero al hacerle una llave, sin saber en que instante se debe dejar de presionar.
Romperse el cuello o desencajarse un hombro, al tirarse de mala forma y con mucho impulso al suelo, sin haber aprendido la técnica para rodar correctamente.
Conseguir un esguince de tobillo al dar una patada, al no asentar bien el pié en el suelo.
Fracturarse una vertebra al intentar voltear sobre la espalda a un compañero más pesado, intentándo levantarle a base de fuerza bruta y estando uno mismo desquilibrado.
. . .
Podría poner más ejemplos, pero creo que la idea ya está bien clara. Añadamos que a las molestias que supone la lesión en sí, se le sumará una sensación de ridículo impresionante
(lo primero que pensarás después, en especial si ya tienes un cierto nivel, es «pero… ¿seré imbecil? ¿cómo pude hacer eso..???»).
Precaución en el entrenamiento
Entrenar con precaución no significa estar siempre encogido por miedo a que te hagan daño (si es el caso, mejor cambia de deporte, ya que estamos hablando de deportes de combate). Preocuparse de hacer el calentamiento adecuado o de aprender correctamente las técnicas ya es entrenar con precaución. Se pueden añadir algunas cosas más:
En deportes de contacto pleno, no se debe hacer combate sin usar protecciones.
Si usas saco, punching-ball o accesorios similares, no es conveniente golpear con la mano desnuda. Como mínimo es aconsejable vendarse los nudillos y las muñecas, o usar unos guantes para saco.
Hay que adaptar las técnicas al cuerpo, y no al revés. Esto significa que el cuerpo mejora sus condiciones y capacidades gradualmente, a través del entrenamiento. Si nunca has dado una patada circular, la mejor forma de lograr un desgarro en el muslo es intentar patear la cabeza del contrario: lo correcto es lanzar la patada a la altura de la cintura para golpear el cuerpo (adaptar la técnica a la capacidad del cuerpo), y entrenar elasticidad. Con tiempo y paciencia llegará la patada a la altura de la cabeza.
El progreso ha de ser gradual: una técnica lleva a la siguiente. Por ejemplo, primero se aprende a rodar, y después se practica lanzar al contrario al suelo. Primero se endurecen las manos y después se practican rompimientos. Y así sucesivamente…
También el profesor tiene responsabilidad en esto: No soy muy partidario de poner a practicar combate libre y sin protecciones a dos novatos. Posiblemente se harán daño (mala técnica, aún no saben controlar bien los golpes, etc…) Opino que es mejor juntar a uno experto con un novato, para que el más experto pueda controlar y corregir al otro. (Bueno, en realidad opino que a los novatos no se les debería poner a hacer combate libre hasta que no alcancen un nivel mínimo, pero cada profesor tiene su sistema, y no quiero entrar en polémicas ni pretendo decirle a nadie cómo ha de llevar sus clases. Esto son solamente sugerencias).
Otro factor importante corre a cargo del alumno: Antes de practicar un arte marcial por primera vez, debería investigar un poco y elegir uno que se adapte a sus condiciones físicas y, por qué no, a su carácter. Trabajar en algo que te gusta, te satisface, y está a tono con tus cualidades, también es una forma de prevenir accidentes.
El trabajo con armas es especialmente delicado. Suponen un elemento ajeno al cuerpo que hay que controlar. Aquí es más importante que en ningún otro caso aprender primero las técnicas correctas. No hay nada más ridículo que coger por primera vez un nunchaku, intentar emular a Bruce Lee, y partirse una rodilla. Más aún si tratamos con «cosas» afiladas (Kama, Kusarikama, Katanas…). Más vale aprender bien con réplicas en madera, antes de desenfundar por primera vez…
Autor: Antonio Rivas Gonzálvez

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