Milicianos se organizan en Arizona para cazar inmigrantes

Tombstone, un pueblo ubicado a unos 80 kilómetros de la frontera con México es el centro del Proyecto Minuteman, llamado así por los grupos milicianos de la guerra de independencia de Estados Unidos que tenían que «estar listos en un minuto» para presentar batalla.
Durante el fin de semana se realizarán asambleas similares en otros pueblos de Arizona.
Los voluntarios fueron convocados desde la mañana al Shiefelin Hall en la avenida principal del pueblo.
En sesiones de una hora aproximadamente, grupos de unas 80 personas eran arengados por los organizadores del proyecto.
Entre los que se dirigían a los voluntarios estaba el representante republicano, Tom Tancredo.
El portavoz del Minuteman, Al Garza, no precisó una cifra sobre la asistencia al evento, aunque dijo a BBC Mundo que el salón de conferencias «estaba abarrotado».
Sin embargo, la propia gente del pueblo no creía posible que se lograra la convocatoria de 1.500 voluntarios que aseguran haber enrolado.
Algunos notaban que era mayor la presencia de la prensa venida de todas partes de Estados Unidos y México que la de los voluntarios.
Avergonzar a Bush
A la salida de una de las reuniones, uno de estos voluntarios, Tim Donolly, explicó a BBC Mundo que «ellos respetarán las leyes, respetarán a cada persona y no generaremos enfrentamientos».
La militarización que quieren es un problema no una solución
Jonathan Shapiro, organizador de contra Proyecto Minuteman
«Sólo queremos avergonzar a nuestro presidente, por quien yo voté. Y estoy furioso de que no haya cerrado las fronteras tras el 11 de septiembre».
Donolly negó que su grupo tenga tintes racistas como le acusan algunos. Y aunque reconoce que «no todos los inmigrantes son terroristas o gente peligrosa» se preocupa por los pocos que pudieran serlo.
«Esto no tiene nada que ver con odiar a los mexicanos o a cualquier otro grupo. Todos somos inmigrantes aquí. Pero creo que Estados Unidos tiene el derecho de decidir quién entra en el país. De la misma manera que mi gente vino de Irlanda».
Contraprotesta
La reunión de los vigilantes voluntarios fue contrarrestada por un grupo de manifestantes en los que se mezclaban activistas pro derechos humanos y antiglobalización, específicamente gente opuesta al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Los voluntarios se desplegarán a lo largo de la frontera de Arizona con México.
El grupo se instaló frente al Shiefelin Hall donde los vigilantes voluntarios mantenían una reunión.
Allí escenificaron danzas rituales indígenas y tocaron cacerolas buscando interrumpir la reunión.
Jonathan Shapiro, organizador de la protesta, asegura que el Proyecto Minuteman deforma la realidad de lo que pasa en la frontera.
«Somos residentes locales de Arizona que nos juntamos para manifestarnos en contra de la agenda racista del Minuteman. La militarización que quieren es un problema no una solución».
A la frontera
Durante el fin de semana se realizarán asambleas similares en otros pueblos de Arizona. Se espera que los voluntarios empiecen a desplegarse a lo largo de los más de 600 kilómetros de la frontera de Arizona con México.
La presencia de vigilantes civiles despierta todo tipo de reacciones en la frontera.
Estarán distribuidos en grupos de cinco o seis personas provistas de radios de comunicación, largavistas y, en algunos casos comida y medicinas, en caso de que fuera necesario socorrer a inmigrantes que estén en mal estado al atravesar la frontera.
Su función será la de observar cruces ilegales de personas y reportarlas a la Patrulla Fronteriza.
Portavoces de la Patrulla Fronteriza aseguraron a BBC Mundo que la presencia de estos grupos será una responsabilidad adicional para ellos, pues tendrán que estar atentos de que no hayan brotes de violencia entre ellos y algunos inmigrantes o grupos radicales que han amenazado con enfrentarlos.

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