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Al menos 17 efectivos del ejército de Colombia murieron el miércoles en uno de los más graves ataques contra las fuerzas militares de Colombia este año en medio de una reactivación de las acciones de la guerrilla izquierdista.
Los atacantes volaron con explosivos los vehículos en los que se desplazaban los militares por una carretera del noreste del país, cerca a la frontera con Venezuela, y después los remataron con un tiro de gracia en la cabeza, informó un comandante militar.
El atentado se registró en la carretera que comunica a los municipios de Fortúl y Tame, en el departamento del Arauca, una próspera región petrolera, ganadera y agrícola con presencia de guerrilleros y paramilitares de ultraderecha.
El comandante del ejército, general Reinaldo Castellanos, acusó del ataque, al que calificó como «un acto terrorista y criminal» a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el principal grupo rebelde del país conformado por unos 17.000 combatientes y que dice luchar por imponer un régimen socialista en esta nación de unos 44 millones de habitantes.
«Activaron cargas explosivas al paso de los vehículos en los que se desplazaban las tropas, después los bandidos remataron a los soldados con tiros en la cabeza,» reveló Castellanos en una conferencia de prensa.
Las FARC, considerada por Estados Unidos y la Unión Europea como una organización terrorista que se financia del narcotráfico, reactivó desde comienzos de este año sus acciones en todo el país, después de una prolongada inactividad, considerada por analistas como un repliegue estratégico para soportar una ofensiva ordenada por el presidente Alvaro Uribe.
ATAQUES DE FARC PONEN EN APRIETOS A URIBE
Los ataques de esa guerrilla en lo que va del 2005 han dejado por lo menos un centenar de militares muertos, la mayoría en atentados con explosivos.
Uribe, un abogado de 52 años que asumió el poder el 7 de agosto del 2002 con la promesa de derrotar a la guerrilla, ordenó una ofensiva contra los rebeldes que incluye el aumento del gasto bélico, de efectivos, y la incorporación de cientos de civiles como informantes incentivados por el pago de recompensas.
La estrategia mejoró la percepción de seguridad dentro del país y desde la óptica internacional y le permitió al gobierno recuperar el control de extensas zonas montañosas y selváticas que por años dominaron los grupos armados ilegales en medio del conflicto interno de más de cuatro décadas que deja miles de muertos al año.
Los recientes reveses de las fuerzas militares y de policía a manos de la guerrilla desataron fuertes críticas y cuestionamientos a la política de seguridad de Uribe, mientras líderes de las FARC anunciaron la reanudación de sus acciones ofensivas en todo el país.
Sin embargo, el mandatario, quien goza del respaldo de los empresarios y de Estados Unidos y ha hecho de la recuperación de la seguridad una de sus principales acciones del gobierno, mantiene una popularidad de más del 70 por ciento, según recientes encuestas.
Uribe espera que una corte avale una enmienda a la Constitución que aprobó el Congreso el año pasado y que introdujo la reelección presidencial para poder ser candidato en el 2006 y conseguir un segundo período hasta el 2010.