París. El Parlamento francés decidió definitivamente acerca del final de la vida negándose a legalizar la eutanasia e instaurando un derecho a «dejar morir» que permite interrumpir un tratamiento o rechazar el ensañamiento terapéutico.
El Senado acabó por aprobar la versión votada por práctica unanimidad por la Asamblea de Diputados al término de un debate muy agitado marcado por la ausencia de varios senadores socialistas, comunistas y centristas en el momento de la votación y por una petición gubernamental de una segunda deliberación, reseñó AFP.
Este texto es fruto de la emoción suscitada por el deceso de Vincent Humbert en el 2003.
Sumido en un coma después de una inyección de barbitúricos administrada por su madre, quien respetando su voluntad quería ayudarle a morir, el joven tetrapléjico falleció a los dos días de ingresar en el servicio de reanimación de un centro del Paso de Calais.
Los senadores socialistas y comunistas franceses abogaron por una «ayuda activa a morir» y al no prosperar su propuesta abandonaron el hemiciclo en señal de protesta.
«Mientras yo sea ministro de Salud, rechazaré la eutanasia», les dijo con rotundidad Philippe Douste-Blazy.
Lejos de la cuasiunanimidad lograda entre los diputados, en el momento de la votación, los senadores de la mayoría gubernamental se quedaron solos a favor del texto.
La proposición contempla que una persona en fase terminal puede decidir «limitar o interrumpir todo tratamiento».