Los combates entre la guerrilla izquierdista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército en el municipio de Toribio, Cauca, en el sur del país, cumplen ya una semana.
Los combates en la región del sur de Colombia llevan ya una semana.
En medio de los enfrentamientos, las comunidades indígenas de la zona claman por el cese de hostilidades y el diálogo como solución al conflicto.
Según el general Carlos Ospina, comandante del Ejército, «las tropas han ido avanzando de forma sistemática; el caserío está controlado, la carretera se está despejando y se está persiguiendo a los bandidos».
El general Ospina dijo que las fuerzas militares retomaron el control de la zona, pero los indígenas y los medios nacionales muestran lo contrario.
Autoridades indígenas confirmaron a la BBC la muerte de dos ancianos en las últimas horas por «pánico y angustia» mientras se desplazaban debido a la intensidad de los combates.
El jueves de la semana pasada, las FARC atacaron Toribio dejando tres policías y un menor muertos, y más de 30 heridos entre civiles y militares.
Solución negociada
Mientras continúan los combates, la población indígena, mayoría en la región, clama por un cese de hostilidades por parte de todos los actores armados, incluyendo a las fuerzas militares que han fortalecido su presencia en la zona.
Las comunidades indígenas de la zona claman por el cese de hostilidades.
Asmeraldo Ipía, secretario de gobierno de Toribio, dijo a la BBC que «con la presión militar que está haciendo, el gobierno no va a acabar la guerrilla», sino que aumentarán los muertos y heridos.
«La guerrilla, cuando sienta la incapacidad de sostener el ejército, sencillamente va a replegarse, pero cualquier día va a volver a salir a tomarse nuevamente a Toribio o a combatir con el ejército como lo están haciendo ahora», señaló el dirigente indígena.
«La guerra no tiene salida. La única solución es si dejan su prepotencia los dos grupos armados y se sientan a dialogar. Es la única manera de que la población civil pueda salir beneficiaria, pero en este momento con los combates no, porque no es una batalla del momento sino una guerra continua la cual ninguno de los dos grupos va a ganar», dijo Ipía a la BBC.
Sin ayuda
Sobre las ayudas prometidas por el gobierno nacional, Ipía señaló que tan solo han recibido algunos materiales para la reconstrucción de las casas destruidas.
La guerra no tiene salida. La única solución es si dejan su prepotencia los dos grupos armados y se sientan a dialogar
Asmeraldo Ipía, secretario de gobierno de Toribio
Según él, los organismos de ayuda «dicen que hasta que no se acaben los combates no pueden subir».
Las comunidades indígenas han solicitado ayuda humanitaria nacional e internacional ante la escasez de alimentos que empiezan a sufrir los más de 3.000 desplazados de la región.
Condena de la ONU
La Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos visitó la región de los enfrentamientos al inicio de esta semana y expidió un comunicado en el cual repudió los acontecimientos.
«La Oficina condena los injustificables actos de violencia cometidos por las FARC-EP en Toribio, con los cuales se han infringido en forma grave los principios y las normas del derecho internacional humanitario, y se ha demostrado nuevamente un total menosprecio por la vida, la integridad y la seguridad de los civiles», señala el comunicado.
Las Naciones Unidas también cuestionaron la reacción de las autoridades, ya que según el organismo, la Defensoría del Pueblo había advertido con una «alerta temprana» sobre la inminencia del ataque guerrillero.
«Encrucijada crítica»
En diálogo con la BBC, el analista Vicente Torrijos, señaló que la región de Toribio es una «encrucijada crítica», cuyo control se disputan los grupos armados ilegales.
Según el general Carlos Ospina, «las tropas han ido avanzando de forma sistemática».
El interés en la zona se debe a que ésta constituye un corredor para el tráfico de drogas y armas, entre la frontera con Ecuador, el Océano Pacífico, y las selvas colombianas, donde hay grandes plantaciones de coca.
Según Torrijos, la intensidad y duración de los combates en Toribio «pone a las FARC en un contexto internacional como organización muy capacitada militarmente».
«A pesar de que es un atentado contra la población civil y grotesco desde el punto de vista humanitario, es al fin y al cabo al Estado al que le toca demostrar que puede recobrar el control y que puede proteger a la población», precisó el analista a la BBC.
El dirigente indígena Ipía explicó a la BBC otra hipótesis sobre la razón de los ataques.
«Hay una demostración de fuerza de las FARC. Es una demostración de fuerzas frente al Estado, en la toma del 14 de abril y lógicamente la posterior resistencia que ha presentado la guerrilla en este territorio», manifestó.
Otras versiones señalan que las FARC buscan recuperar un territorio que estuvo bajo su poder en el pasado y por eso la crudeza de los ataques.
Hasta el momento, las FARC no se han pronunciado oficialmente sobre los combates en Toribio.