Brasilia. El ex presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez transcurrió su primer día de exilio en la capital de Brasil recluido en las suites del hotel militar que le fueron asignadas por el Gobierno.
Gutiérrez no fue visto en ninguna de las áreas públicas del hotel. Cenó y desayunó junto a su esposa Ximena y su hija menor, Viviana Estefanía, en los apartamentos del hotel en donde está hospedado, citó AP.
«Por iniciativa del hotel, no se le pasan llamadas telefónicas que no hayan sido previamente autorizadas», dijo un funcionario.
El depuesto líder tenía prevista una audiencia hoy en el Ministerio de Justicia. No se conocía aún si el presidente Luiz Inácio Lula da Silva lo recibirá o si conversaría con él por teléfono.
La decisión de Lula de otorgar asilo a Gutiérrez enardeció los ánimos de grupos de manifestantes que hasta antes de la partida hacia Brasil hostigaban la sede de la Embajada brasileña en Quito.
Folha de Sao Paulo dice que desde su refugio en la Embajada de Brasil, en Quito, Gutiérrez realizó llamadas telefónicas con un celular en procura de revertir la situación que el pasado miércoles había desembocado en su deposición por voto del Congreso.
Según el diario, Gutiérrez habría llamado a los presidentes de Brasil, de Venezuela, Hugo Chávez; y de Perú, Alejandro Toledo, para solicitarles que mantuviesen el reconocimiento a su gobierno.
Entre tanto, partidarios de Gutiérrez iniciaron acciones tardías de respaldo al ex mandatario.
En Guayaquil se realizó una pequeña manifestación encabezada por el ex gobernador de la provincia, Efrén Roca, para que se restituya el poder a Gutiérrez y «se vayan todos los diputados».
Roca señaló que es la primera acción y que en la semana se realizarán más.
Mientras tanto en Machala, ciudad de la costa de Quito, se realizó una caravana motorizada de unos cincuenta vehículos.
Los defensores de Gutiérrez organizaron también el viaje de Héctor Solórzano, abogado defensor de el ex presidente Abdalá Bucaram, a organismos como el Parlamento Andino, para denunciar la «situación de inconstitucionalidad que vive Ecuador», según sus propias declaraciones.