Ejercicio reveló nuevo paradigma de seguridad en EE.UU.

Entre el 4 y el 8 de abril se llevó adelante Topoff3 (Top Officials 3 Exercise), el más grande ejercicio de simulación de ataque terrorista en el mundo. El ejercicio tenía previsto evaluar la reacción de las comunidades de New London, Connecticut y Nueva Jersey bajo el presupuesto de un ataque con Armas de Destrucción Masiva. Unos 10 mil funcionarios de 200 agencias se han involucrado en el mismo.
Lo más interesante ha sido la participación conjunta de Inglaterra, Canadá y en especial de México en este ejercicio. Aunque como observador el papel mexicano junto con otros 13 países nos sirve para desentrañar el posible papel de Latinoamérica en la nueva concepción filosófica de la seguridad nacional de los EE.UU.
Después de los conocidos ataques terroristas en el 2001, es obvio que los paradigmas de invulnerabilidad continental han caído. Mientras muchos se esperanzaban en la construcción de un Escudo Balístico, el ataque fue sutil e igualmente demoledor.
Por primera vez en la historia norteamericana se tiene una política tan clara y abiertamente integradora con México en asuntos de seguridad y defensa. Antes eran más bien presiones. Hemos pasado de lo mandatario a la colaboración.
Lo que es obvio por varias razones que van más allá de lo limítrofe y parece que nace en un mestizaje mexicano estadounidense, cada vez más innegable y que se ha extendido a los conocidos acuerdos comerciales del NAFTA.
México nos resulta importante porque su relación geoestratégica está ligada directamente a la América Central y el Caribe. En segundo plano le sigue América del Sur. Ciertamente lo aprendido por Estados Unidos en el NAFTA con México, se ve ampliado ahora en las negociaciones por el TLC con el resto del Sur.
Está claro que poco importan las medidas de seguridad en los EE.UU., si una explosión química o bacteriológica en la frontera se produce y los vientos arrastran los venenos a suelo norteamericano.
Los mexicanos no se sienten ni amenazados por Al Qaeda ni afirman que deben involucrarse, pero también entiende que un ataque en suelo norteamericano puede arrastrarlos al caos.
Estos nuevos paradigmas resultan doblemente interesantes por el futuro que podría plasmarse. El FEMA ha desarrollado desde hace mucho un tímido material en español y por supuesto, orientado a su comunidad hispana residente en los EE.UU. Cabría preguntarse si se desarrollará más material, algo más cosmopolita que por defecto nos ayude a mejorar la siempre alicaída bibliografía latinoamericana en temas de seguridad humana.
Ir integrando los servicios de emergencia y las respuestas puede ser ahora un tema de defensa nacional.
En ese sentido, lo antes impensable está ocurriendo. Varios congresistas norteamericanos están respaldando el ingreso de aviones rusos, Ilyushin-76 para combatir incendios forestales. No hacerlo, implica correr un alto riesgo en un momento que el Department of Homeland Security ha advertido que Al Qaeda y otros grupos terroristas podrían iniciar desastres ambientales, en especial causar incendios forestales de impredecibles consecuencias en zonas altamente pobladas.
Para nadie es un secreto que la flota norteamericana de aviones tanque está destartalada y se cae literalmente ha pedazos. La caída de un avión bombero Orión P3 en la ciudad de Chico en California, el pasado 21 de abril, solo aviva el debate.
Cooperación e integración internacional parecen ser la nueva palabra clave. Los servicios de defensa civil, de la Sanidad y los servicios de emergencia, podrían beneficiarse de esta nueva corriente. Conviene estar atentos.
Fuente: www.desastres.org
Fecha: 26/04/05

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