Madrid. La venta de armas de España a Venezuela y la situación en Irak y Afganistán figuran como los principales asuntos que abordarán esta semana el ministro de Defensa español José Bono y su homólogo estadounidense Donald Rumsfeld.
El diario El País dijo que Bono explicará a Rumsfeld sobre la reciente decisión de España de venderle armas a Venezuela, que disgustó a Estados Unidos. Rumsfeld calificó la venta como «un error» el mes pasado, indicó AP.
Por su parte, el comandante de las Fuerzas Militares de Colombia, general Carlos Ospina, aseguró que la compra de armas por parte de Venezuela es legítima, lo que contrasta con lo señalado por el ministro de Defensa colombiano, quien dijo que el arsenal que adquirirá Caracas genera un desequilibrio regional, informó DPA.
El jefe de la Fuerza Pública señaló que cada gobierno es libre de comprar las armas que considere necesario, y por eso aseguró que no calificará de ninguna forma la actitud del gobierno del presidente Hugo Chávez.
«Cada país es libre de comprar las armas que considere necesarias. Esa es una política venezolana que nosotros no podemos entrar a calificar», mencionó Ospina al semanario El Espectador.
La declaración del comandante de las Fuerzas Militares contrasta con lo señalado el pasado martes por el ministro de Defensa, Jorge Uribe, quien en un informe al Senado sostuvo que las armas que comprará Venezuela generarán un desequilibrio en la región.
La ministra colombiana de Relaciones Exteriores, Carolina Barco, aseguró en la plenaria del Senado que la compra de armas «es una decisión soberana. Venezuela tiene la potestad de asumir esas decisiones». El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, sostuvo que la canciller colombiana le dijo a su par de Caracas, Alí Rodríguez, que un informe del ministro de Defensa sobre la compra de armas de Venezuela era una opinión personal del funcionario.
De Uribe a Rodríguez
Bogotá. El presidente colombiano, Alvaro Uribe, le solicitó al jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, que convenza a Hugo Chávez de desistir en su compra de armas a Rusia, reveló ayer la prensa de Colombia.
El anuncio de Caracas de comprar 100 mil fusiles de asalto Kalashnikov a Moscú prendió las alarmas en el gobierno de Bogotá, pese a que en público señalan que la compra es «una decisión soberana», reseñó DPA.
«La preocupación del gobierno de Uribe es tal, que desde hace algunas semanas está buscando aliados internacionales para tratar de frustrar dicha adquisición. Las maniobras diplomáticas del Ejecutivo se enfocan hacia España», señaló un informe del semanario El Espectador.
Según el documento, durante la visita que hizo Rodríguez Zapatero a Bogotá hace un mes, Uribe le expresó su «preocupación» y desde entonces «los contactos entre la Casa de Nariño y el palacio de la Moncloa se han intensificado».
En las cartas que ha enviado Uribe a su par español, anexó varios informes de inteligencia de las autoridades locales que aseguran que Venezuela pretende instalar en su territorio una fábrica de municiones para los fusiles que adquirirá.
«Esta situación, a juicio de los organismos de seguridad y defensa de Colombia, podría convertirse en una forma indirecta de impulsar a los grupos armados ilegales y, de paso, fortalecer su escalada terrorista», añadió El Espectador.
Bogotá sostiene que las armas que quiere adquirir Venezuela son del tipo de munición que emplean las FARC y los grupos paramilitares.
«Con estos detalles técnicos, Uribe le pidió a Rodríguez Zapatero que convenza a Venezuela de desistir de esta compra, pero que si no logra, por lo menos lo persuada de negociar otro tipo de fusiles como los AK-101 y AK-102 que emplean una munición distinta».