FARC amenaza con usar nuevos cilindros bomba

HECTOR VELASCO / AFP
TACUEY, Colombia
Las FARC continuarán utilizando los ‘cilindros bomba’, pese a que admiten que son armas no convencionales que pueden afectar a los civiles, dijo »Seplin», uno de los jefes de esa guerrilla en el suroeste colombiano y a quien el Ejército daba por muerto.
El jefe rebelde, segundo al mando del frente sexto de las FARC y uno de los responsables de la reciente arremetida de ese grupo en el departamento de Cauca, reconoció »como un error» los ataques a la población.
»Hay errores en los que se cae de manera inconsciente. Utilizamos armas no convencionales, sin precisión, que nos hace incurrir en ellos», afirmó el líder insurgente.
Los cilindros bombas, garrafas de gas rellenas con explosivos y metralla, constituyen el arma más mortífera que usa ese grupo ilegal para atacar puestos militares, pero con frecuencia pueden errar y afectar a civiles.
Hace tres años en Bojayá (noreste) uno de estos morteros artesanales lanzado por la guerrilla cayó sobre una iglesia y mató a 119 personas que se refugiaban de los combates.
Organizaciones internacionales de derechos humanos y las Naciones Unidas cuestionaron públicamente hace dos semanas el uso por parte de las FARC de ese tipo de explosivos en el ataque al municipio de Toribío el 14 de abril, que dejó un niño indígena y dos policías muertos, 25 heridos y varias casas destruidas.
»Seplin», un curtido combatiente de unos 50 años, de tono pausado y con boina al estilo ‘Che’ Guevara, habló en su campamento, situado en el caserío de Santo Domingo, a unos 12 kilómetros de un puesto de control del Ejército.
Rodeado de pocos hombres, el comandante guerrillero aseguró que ellos cuidan su prestigio, y que si en sus acciones de guerra civiles han resultado afectados también es por culpa de las tropas oficiales.
»En Toribío se presentó esa situación porque el Ejército instaló trincheras en las casas. La gente le pidió que las quitara, pero no la atendieron. Cuando atacamos lo hacemos contra objetivos militares», adujo el rebelde.
»Seplin» insistió en que los ataques a civiles son involuntarios, y que las FARC no son «una organización rica, sino revolucionaria, que no dispone de los recursos para adquirir armamento de mayor precisión.
Asimismo, subrayó que las FARC siguen resistiendo a las fuerzas del Estado con «una táctica de guerrillas -atacar y huir-, y que por ahora no tiene previsto iniciar una guerra de movimientos.
»No estamos luchando por territorio ni estamos en una guerra de posiciones. Libramos desde hace décadas una guerra de guerrillas, en la que estamos solos, sin la ayuda de nadie», añadió, al desmentir que la ofensiva en Cauca la motive el control de una zona considerada como un corredor estratégico.
Según »Seplín», el rebrote de violencia en Toribío, Tacueyó y Jambaló se produjo a raíz de que las Fuerzas Armadas, por orden presidencial, intentaron apoderarse de una zona en donde nunca habían ejercido control.
»Sólo nos estamos defendiendo, y lo que ahora la prensa reseña como una demostración de fuerza no es tal. Acá los enfrentamientos son continuos y no de las últimas semanas, como equivocadamente se cree», agregó.
Hace dos años, el Ejército reportó la muerte de »Seplin» durante un operativo en la región indígena de Cauca. Cuando se le pregunta por ello, el comandante rebelde sonríe mostrando una blanca dentadura postiza.
»Les estamos dando guerra (al Ejército), y eso que estoy muerto», concluyó irónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *