EE.UU. cierra bases militares hechas para la Guerra Fría

El Pentágono anunció un plan para ahorrar casi US$50.000 millones cerrando decenas de instalaciones militares, pensadas para los tiempos de «la Guerra Fría».
Lo que sería la primera ronda de cierres de bases militares en una década fue informada este viernes al Congreso por el Departamento de Defensa.
Un helicóptero en Corea del Sur se prepara para ser trasladado a otra instalación militar.
El jueves, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, anunció públicamente el plan.
«Nuestras provisiones actuales, diseñadas para la Guerra Fría, deben dar paso a las nuevas demandas de la guerra contra el extremismo y otros desafíos en evolución del siglo XXI» dijo Rumsfeld.
En total el plan prevé la eliminación de 150 campos militares a partir del año 2006.
En el exterior sólo serán cerradas instalaciones menores en Alemania y Corea del Sur, pero en el interior de EE.UU., 33 importantes bases militares cerrarán, mientras que otras 29 verán reducido su tamaño.
Cerremos, ahorremos
El subsecretario de Defensa de EE.UU., Michael Wynne, explicó la medida.
Con esto el gobierno estadounidense espera ahorrar US$50.000 millones, siguiendo las recomendaciones de la comisión especial de reestructuración que elaboró un plan de defensa para los próximos 20 años.
Los analistas militares destacan que es la primera vez que se hace un diseñó defensivo a tan largo plazo. Generalmente estas previsiones eran tomadas por lapsos de seis años.
Estas medidas, unidas a otras reestructuraciones que previamente se han hecho con las tropas destacadas en el exterior, permitirían un ahorro de hasta US$ 62.000 millones, según aseguró Rumsfeld.
Antes de proceder al cierre de instalaciones el plan debe ser aprobado por una comisión independiente nombrada por el presidente George W. Bush.
El mandatario debe dar su visto bueno y finalmente el Congreso debe aprobar el plan. Todo antes del 23 de septiembre.
Impacto económico
En algunas partes de EE.UU. el cierre de bases tendrá serias consecuencias económicas y sociales.
Como en el estado de Dakota del Sur, donde está ubicada la base área de Ellworth -sede de la mitad de la flota de bombarderos B-1B-. En ese estado la Fuerza Aérea es el segundo empleador.
En Connecticut, el cierre de la base de submarinos de New London implicará la pérdida de 7.100 puestos militares y casi 1.000 empleos civiles.
También hay que tomar en cuenta que los militares en zonas como esas, donde suele haber pocas industrias, representan el motor de la economía local por su poder de compra, tanto institucional como de las familias que habitan en el lugar.
Los que regresan
Nuestros provisiones actuales, diseñadas para la Guerra Fría, deben dar paso a las nuevas demandas de la guerra contra el extremismo y otros desafíos en evolución del siglo 21
Donald Rumsfeld, secretario de Defensa de EE.UU.
Pero no siempre implicará perdidas de trabajo, pues el personal podría ser reubicado en otras instalaciones «consolidadas» donde las diferentes fuerzas se unan para optimizar los recursos y reducir gastos.
Centros ya grandes, como la Base Aérea Andrews ubicada al sur de Washington verán incrementar aún más su tamaño e importancia gracias al plan de reestructuración.
Sin embargo el anuncio de recortes es menor de lo que se esperaba. Entre otras razones el Pentágono alega el regreso de 170.000 soldados y sus familias de operaciones en el exterior y la necesidad de aumentar el reclutamiento de tropas.
En este último punto, las Fuerzas Armadas estadounidenses han venido informado sobre las dificultades de convocar nuevos reclutas, al punto que algunos creen que pudiera recurrirse al reclutamiento forzoso para cubrir los reemplazos de tropas necesarios.

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