Luis Posada Carriles pertenece al sector más radical del exilio cubano y cuenta en su haber con un largo rosario de hechos y acusaciones que lo vinculan con atentados que van desde ataques a sedes diplomáticas cubanas hasta la colocación de bombas en hoteles internacionales y la voladura en el aire de un avión de pasajeros.
Posada fue un personaje muy respetado del exilio cubano, a pesar de haber confesado la mayoría de sus atentados en libros y entrevistas de prensa. Un personaje que, aún hoy, pocos se atreven a condenar al otro lado del estrecho de la Florida.
Durante los primeros 10 años de gobierno revolucionario en Cuba, la población sufrió el flagelo de la violencia política: tiendas incendiadas, ametrallamientos aéreos en plena ciudad, ataques a barcos pesqueros y jóvenes maestros asesinados por enseñar a leer a los campesinos analfabetos.
Fueron años donde las víctimas civiles se contaron por cientos.
En su libro «Los años de la Casa Blanca», el presidente Eisenhower reconoció que «le ordené a la CIA que comenzara el entrenamiento de exiliados cubanos».
Uno de los hombres que la CIA empleó para entrenar a los cubanos de la fracasada invasión de Bahía de Cochinos fue justamente Luis Posada Carriles.
La voz de las víctimas
Con el tiempo, este tipo de acciones fueron demostrando su ineficacia política y los grupos que las realizaban perdieron protagonismo dentro del exilio; sin embargo, no desaparecieron.
Mataron a mi única hija y dejaron una niña y un bebé sin madre. Yo no reclamo venganza, yo exijo justicia.
Evangelina Jorge, madre de una de las víctimas del atentado con bomba contra un avión cubano
En 1976 Posada Carriles y Orlando Bosch realizan un atentado con bomba contra un avión de pasajeros en pleno vuelo. En la aeronave, que había salido de Venezuela rumbo a Cuba, perdieron vida decenas de jóvenes deportistas cubanos, la tripulación del avión y más de una docena de extranjeros.
«Mataron a mi única hija y dejaron una niña y un bebé sin su madre. Yo no reclamo venganza, yo exijo justicia», nos dice Evangelina Jorge bañada en lágrimas, «ningún ser humano puede justificar ese tipo de cosas donde mueren inocentes».
El mismo Posada Carriles declaró al diario estadounidense The New York Times estar financiado por la Fundacion Nacional Cubano-americana el grupo más importante del exilio cubano, algo que la organización ha negado tajantemente.
Posada Carriles también se describió como el organizador de los atentados con bombas contra hoteles turísticos internacionales en Cuba durante 1997, que culminaron con varias personas heridas y un ciudadano italiano muerto, Fabio di Celmo.
En 1961, el anticastrista tomó parte en la fracasada invasión de Bahía de Cochinos en Cuba.
Posada Carriles afirmó que sentía la muerte del italiano, pero que eso no le había quitado el sueño, que el problema fue que el joven estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Fabio di Celmo tomaba un café en la recepción del hotel mientras esperaba a su padre. «Esto destruyó a mi familia, mi esposa hasta el día de hoy está con atención psiquiátrica», nos dijo Giustino di Celmo, sentado en el mismo lugar donde estaba su hijo aquel día en que lo encontró muerto a causa de la explosión.
Di Celmo está trabajando para que las Naciones Unidas declaren el terrorismo crimen contra la humanidad, para con esto obligar a todos los gobiernos a actuar.
Historia reciente
A principios de 2001, Luis Posada Carriles, Guillermo Novo, Gaspar Rodríguez y Pedro Remón. Los cuatro fueron detenidos en Ciudad de Panamá durante la X Cumbre Iberoamericana, con documentación falsa y explosivos. Al parecer planeaban realizar un atentado contra el presidente Fidel Castro, mientras éste daba una conferencia a estudiantes universitarios panameños.
Esto destruyó a mi familia, mi esposa hasta el día de hoy está con atención psiquiátrica.
Giustino di Celmo, padre del joven italiano muerto en La Habana en un atentado con bomba
La historia de Posada Carriles no terminó aquí, fue indultado por la saliente presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, en agosto de 2004.
Dicha medida generó una crisis diplomática entre Panamá, Cuba y Venezuela.
El rastro de Posada Carriles se perdió hasta marzo de este año, fecha en que reapareció en Miami, Estados Unidos, donde pidió asilo político. Tal solicitud volvió a irritar a Venezuela y Cuba.