Un policía se infiltró en grupo responsable de atentado del 11-M

EL MUNDO
A D E M Á S …
11-M: masacre en Madrid
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MADRID.- El policía nacional español de origen sirio Maussili Kalaji es el propietario de la tienda de telefonía donde se liberaron los teléfonos móviles empleados en las mochilas bomba del 11-M. Kalaji se ha convertido en uno de los agentes españoles que más sabe sobre las células islamistas que operan en Europa y tenía infiltrados a sus confidentes en las células islamistas que operaban en España.
Según publica hoy EL MUNDO, además gracias a sus conocimientos de tecnología y del mundo árabe, hizo posible que el 3 de abril de 2004 los GEO llegaran hasta el número 40 de la calle de Carmen Martín Gaite de Leganés (Madrid), donde se habían refugiado Jamal Ahmidam, El Chino; Sherhane Ben Fakhet, El Tunecino; Allekema Lamari, y el resto del comando Lavapiés que atentó en los trenes de la muerte. Además, Kalaji conoce a la mayoría de los miembros que componen las células terroristas que operaban y operan en España porque coincidió con algunos de ellos en un campo de entrenamiento de la resistencia palestina.
Kalaji, que tiene 46 años, llegó a España desde su Siria natal en 1981 y consiguió la condición de refugiado político. Tres años más tarde, en 1984, adquirió la nacionalidad española ‘por los servicios prestados’ a este país, y en 1989 entró a formar parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado como policía nacional dentro de la escala básica.
Maussili Kalaji es amigo de Imaz Edin Barakat Yarkas, ‘Abu Dahdah’, que en estos momentos está siendo juzgado por su presunta participación en el los atentados de Nueva York y Washington. También estaba al tanto de quién era y a lo que se dedicaba Sherhane Ben Fakhet, El Tunecino. Pero lo más importante es que Kalaji tenía infiltrados a sus confidentes en las células islamistas que operaban en España. Según personas cercanas al policía español, toda esa detallada y delicada información fue puesta a disposición de sus superiores antes, durante y después de la masacre de Madrid.
Además, la persona que traducía las escuchas telefónicas que la Comisaría General de Información realizaba a las diferentes células islamistas que operaban en España era Lina Kalaji, su hermana. EL MUNDO ha podido saber que Lina, que lleva 16 años como traductora, avisó en reiteradas ocasiones a sus jefes de que El Tunecino era un hombre muy peligroso y que podía estar preparando alguna acción violenta. Es evidente que los avisos de la traductora no fueron escuchados por sus superiores.
Aún hay más. Se da la circunstancia de que una de las primeras policías que el mismo día 11-M llegaron y abrieron la furgoneta Renault Kangoo que los terroristas abandonaron en la estación de Alcalá de Henares es la ex mujer de Maussili Kalaji.

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