Buscan a responsables por muerte de soldados chilenos

EVA VERGARA
Associated Press
SANTIAGO DE CHILE – Los oficiales del ejército responsables de la muerte por congelamiento de 45 soldados, obligados a marchar 28 kilómetros en medio de una tormenta de nieve, arriesgan penas de hasta 10 años de cárcel, informó el fiscal militar Sergio Cea.
De momento, tres son los oficiales relevados de su mando a causa de la tragedia registrada hace ocho días en la zona de Antuco, en la cordillera de Los Andes, 630 kilómetros al sureste de Santiago. Las patrullas rescataron otros tres cadáveres el miércoles, con lo que se llegó a 34, y faltan otros 11 por recuperar.
El jefe del ejército, general Juan Emilio Cheyre, relevó del mando del Regimiento de Los Angeles –530 kilómetros al sur–, a su comandante, coronel Roberto Mercado, a su segundo, teniente coronel Enrique Pineda y al responsable del batallón que protagonizó la fatídica marcha, mayor Patricio Cereceda.
El fiscal del Ministerio Público Militar, coronel Sergio Cea, anunció el miércoles que se investigará a los oficiales por su presunta responsabilidad en los delitos de incumplimiento de deberes militares, cuasi delito de homicidio y maltrato de obra a un inferior. Si son hallados culpables enfrentan penas de 10 años de presidio.
El gobierno, por su parte, pidió al designación de un ministro en visita, mientras el ejército realiza un sumario interno para establecer las responsabilidades administrativas de los oficiales, que permanecen en el cuartel.
Las primeras declaraciones de algunos de los cerca de 260 reclutas enviados a marchar 28 kilómetros bajo una fuerte nevazón, que horas después se transformó en el temido «viento blanco», coinciden en responsabilizar a Cereceda de la tragedia.
El mayor Cereceda «nos dio la orden de que había que marchar, y tuvimos que obedecer», dijo a periodistas el soldado Alejandro López.
«Hubo sargentos y suboficiales que decían que no había que marchar, pero la orden estaba dada. Ellos le advirtieron al mayor Cereceda» de los peligros inminentes, «pero igual tuvieron que acatar», agregó otro recluta, Félix Fonseca.
Se desconoce si Cereceda discutió con sus superiores los informes climáticos que anticiparon la tormenta.
Cereceda ordenó a 260 reclutas y suboficiales marchar entre dos refugios, mientras él permaneció en un refugio de avanzada, con otros 112 soldados.
Por el camino de 28 kilómetros se perdió casi un centenar de soldados, de los cuales fueron rescatados 55, muriendo 45 jóvenes de entre 18 y 19 años que habían iniciado su período de conscripción a comienzos de abril.
Entretanto, Cheyre respondió el miércoles a algunos políticos oficialistas y analistas que piden su renuncia y descartó dejar el cargo, cuyo mandato concluye en marzo.
«Nunca he tenido más apoyo y más solidaridad que en estos días…», dijo ante reclutas del regimiento Peldehue, en la salida norte de Santiago.
«Yo no tengo derecho a cansarme, no tengo derecho a bajar las manos, ¿por qué?, por el apoyo que he recibido en la conducción de este tema», agregó.
El ministro de Defensa, Jaime Ravinet, afirmó que «nos parece absurdo dicho cuestionamiento».
Recordó que Cheyre coordinó en terreno las tareas de rescate y reestructuró el mando del regimiento.
Los 326 sobrevivientes tratan de retomar sus vidas con el apoyo de sicólogos y siquiatras dispuestos por el ejército, que también relajó sus estrictas reglas y alargó por una semana adicional tres días libres que dio a los soldados.

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