Bolivia comenzó la semana con renovadas protestas por parte de diferentes grupos en el país contra el gobierno del presidente, Carlos Mesa.
Las acciones de protestan se reanudaron en la capital, La Paz.
Las agrupaciones que piden la nacionalización de la industria del gas volvieron a cerrar las vías de acceso a la capital, La Paz, ocasionando fuertes congestionamientos en la zona.
Los manifestantes además solicitaban la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente y expresaron su rechazo a los objetivos separatistas de algunos sectores en las provincias del país.
Mañana martes se reúne el Congreso para tratar los reclamos de los sectores en protesta, sin embargo, el presidente boliviano, Carlos Mesa, señaló que la intención de lo que llamó «grupos minoritarios» era impedir que se lleven a cabo las actividades en el legislativo.
«El cierre del Parlamento nacional es un golpe de Estado, no existe democracia sin Parlamento y cualquier persona, institución grupo o representante del poder que decida la clausura del Congreso y que de hecho haga el cierre del Congreso de hecho está dando un golpe de Estado», señaló el mandatario.
El resto del país
Hoy también se efectuaron manifestaciones en el interior de Bolivia.
El cierre del Parlamento nacional es un golpe de Estado, no existe democracia sin Parlamento
Carlos Mesa, presidente de Bolivia.
Un grupo de educadores cerró la vía de comunicación entre Oruro y La Paz, a unos 200 kilómetros de la capital.
En general los grupos sociales y de izquierda que vienen efectuando las manifestaciones han amenazado con radicalizar sus acciones de no concretarse el llamado a una Asamblea Nacional Constituyente.
En otros hechos, el gobierno boliviano acusó formalmente a Jaime Solares y Roberto de la Cruz, dos dirigentes de los grupos que protestan, de conspiración para tratar de derrocar al presidente Mesa.
El Ejecutivo también ejerció acciones legales contra los dos oficiales militares que desconocieron la autoridad de Mesa la semana pasada.
La proclama llamando a un gobierno civil-militar se realizó en medio de un clima de convulsión social causado desde dos bandos opuestos que han coincidido únicamente en su repudio al gobierno del presidente Mesa.