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TAMPA
Sami Al-Arian salió a relucir como una figura clave en un »ciclo de terror» perpetrado por el Jihad Islámico Palestina, cuyos miembros tomaron como blanco a los israelíes en atentados suicidas con bombas y se jactaron de ello para recaudar dinero para más ataques, afirmó ayer un fiscal durante la sesión de apertura del juicio del ex profesor universitario.
De hecho, Al-Arian, ex instructor de ciencias de computación de la Universidad del Sur de la Florida, fue en un momento »el hombre más poderoso del mundo dentro de la organización», a la que se culpa por más de 100 muertes en Israel, la Ribera Oeste y la Franja de Gaza, dijo a los jurados el fiscal Walter E. Furr III en su discurso de apertura.
El abogado de Al-Arian, no obstante, retrató a su cliente como un erudito y un activista político que hizo declaraciones fuertes en contra de la ocupación israelí de territorios palestinos, pero que no cometió crimen alguno. La fiscalía no podrá presentar prueba alguna de que él haya ayudado alguna vez alguno de los ataques o siquiera de que haya sabido de ellos de antemano, declaró en su apertura el abogado William Moffitt.
Al-Arian está siendo atacado porque sus opiniones son altamente impopulares en los Estados Unidos, dijo Moffitt.
»Las pruebas mostrarán que este caso se trata del derecho a opinar del Dr. Al-Arian, del derecho de ustedes a escucharlo y del intento de los poderosos de silenciarlo», dijo Moffitt a los jurados.
Al-Arian, de 47 años de edad, y otros tres acusados enfrentan un sumario de 53 puntos, que incluyen acusaciones de extorsión, conspiración y de suministro de apoyo material a los terroristas. Otros cinco hombres han sido acusados pero no arrestados. Se espera que el proceso dure seis meses.
La fiscalía alega que los hombres usaron un »tanque de pensamiento» académico islámico y una fundación de caridad palestina creada por Al-Arian en Tampa como frentes para recaudar fondos para el Jihad Islámico Palestino, que se encuentra en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado.
Furr los describió como »un grupo armado y criminal de asesinos violentos», que se opone a la ocupación israelí de los territorios palestinos y empeñado en obstaculizar el proceso de pacificación.
El fiscal indicó cómo AlArian, cuando era secretario de la junta de gobierno de la organización, junto a otros, se ocupó de pedir ayuda financiera para las familias de los autores de atentados suicidas, enviando el dinero al cuartel central del Jihad Islámico Palestino en Siria y regando la voz de que la misma era la responsable de los ataques.
»Estos son los administradores. Estos son los tipos que dirigían la organización», dijo Furr, describiendo a los acusados y otras figuras clave del Jihad Islámico Palestino como »un grupo elitista de intelectuales», mucho más arriba de los que se ataron las bombas y realizaron los ataques.
»Ellos eran puramente el Jihad Islámico Palestino», dijo Furr.