Delegados de Naciones Unidas se encuentran este lunes reunidos en Viena, Austria, con el fin de estudiar y adoptar nuevas medidas para proteger el material nuclear del terrorismo, el sabotaje o el contrabando.
Básicamente se hará una revisión de la Convención para la Protección Física del Material Nuclear, firmada por primera vez en 1980.
Esta ha quedado en el ojo de la tormenta tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, desde cuando Estados Unidos y otros países han insistido en actualizarla.
La Convención de 1980 fue diseñada principalmente para la protección del material nuclear en el transporte internacional, y en el uso interno.
«Lo que ocurre ahora es que prácticamente cualquier reactor nuclear puede ser blanco de un ataque terrorista altamente coordinado», explicó Daryl Kimball, de la Asociación para el Control de Armamento con sede en Washington.
Se prevé la elaboración de disposiciones más severas en lo que respecta a las centrales atómicas y las plantas de almacenaje del combustible nuclear usado
Se prevé la elaboración de disposiciones más severas en lo que respecta a las centrales nucleares y las plantas de almacenaje del combustible nuclear usado.
Otras propuestas refieren a la mejora de la cooperación internacional en la búsqueda y recuperación del material perdido.
La reunión se desarrolla en la sede el Organismo de Energía Atómica de la ONU, OIEA, en Viena, y participan delegados de 80 países.
La conferencia estudiará los cambios propuestos hasta el próximo viernes.