CASTO OCANDO
El Nuevo Herald
Autoridades policiales de Broward lanzaron ayer decenas de agentes de seguridad a las calles del condado para incrementar la seguridad en los sistemas de transporte público, a la vez que aumentaron el personal de vigilancia en Port Everglades y el Aeropuerto Internacional de Hollywood-Fort Lauderdale, en previsión de posibles atentados de réplica a los ataques terroristas en Londres.
Después de que el Departamento de Seguridad Nacional elevara a naranja el estado de alerta en la nación, el alguacil de Broward, Ken Jenne, quien además dirige la fuerza especial antiterrorista del sur de la Florida, ordenó extremar la vigilancia en los autobuses públicos e incluso en los trenes del Tri-rail.
»Hemos tomado una serie de medidas más estrictas de seguridad, que se van a mantener por el tiempo que sea necesario», indicó Jenne ayer durante una conferencia de prensa en su despacho.
Sin embargo, el alguacil aclaró: «Actualmente las autoridades del sur de la Florida no tienen información alguna de que exista una amenaza terrorista para la región».
Jenne hizo también un llamado a »mantener la calma y mantener la alerta», a la vez que recomendó a los habitantes a reportar a la policía «cualquier movimiento sospechoso».
En Port Everglades, los esfuerzos de vigilancia se duplicaron, con decenas de agentes chequeando con más detalle los vehículos que ingresaban al complejo portuario, y lanchas patrulleras rastreando el espacio marítimo alrededor de los muelles.
Casetas móviles con agentes fueron activadas en las cercanías de Port Everglades y el aeropuerto internacional.
Cuando estalló la noticia de los ataques terroristas en Londres, las líneas telefónicas en la oficina del alguacil se congestionaron con cientos de llamadas de usuarios del transporte público que temían ataques.
»Muchas personas llamaron a nuestras oficinas porque temían montarse en los autobuses del condado, o estaban buscando información sobre si el sur de la Florida también estaba bajo amenaza de ataques terroristas», señaló Elizabeth Calzadilla, portavoz de la oficina del alguacil.
»Les dijimos que no teníamos información de inteligencia que nos llevara a pensar que el condado de Broward y el sur de la Florida iban a ser atacados por terroristas», explicó Calzadilla.
En las oficinas del gobierno local, en el centro de Fort Lauderdale, los teléfonos tampoco pararon. »Hubo una reacción de pánico y de rumores que asustó a muchas personas», expresó a El Nuevo Herald una empleada de la alcaldía de Broward que prefirió permanecer anónima.
Linda M. [no quiso dar su apellido], inglesa nacida en Londres, fue una de las que llamó para asegurarse de que la situación estaba bajo control en la ciudad. »Estuve toda la mañana haciendo y recibiendo llamadas por los ataques», dijo Linda, empleada de The Frog and Toad, un típico pub inglés en Fort Lauderdale.
»Todos estábamos preocupados y tristes. Fue algo espantoso», agregó Linda. »Tengo un tío que trabaja en el centro de Londres, cerca de donde ocurrieron los ataques, y estaba preocupada por él. Y mi hermana estuvo el miércoles en el mismo tren, en el mismo lugar y a la misma hora que se produjeron las explosiones», contó Linda.
»No paré de hablar con mi familia en Londres y con mis amigos aquí», dijo el londinense Daniel Kent, gerente de Fox & Hounds, otro local inglés de Fort Lauderdale.
»Tengo un primo que vive en la calle Liverpool, donde estalló una de las bombas, y mi hermano es taxista, así que mi familia vivió intensamente los ataques», manifestó Kent, quien está casado con una estadounidense.
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