Associated Press
ST. CLOUD, Minnesota, EE.UU. – Un joven de 16 años, quien según los fiscales sonrió burlonamente mientras disparaba en una escuela un arma de fuego que causó la muerte de dos adolescentes, fue declarado el lunes culpable de homicidio.
John Jason McLaughlin enfrenta una sentencia de cadena perpetua, a menos que su abogado pueda convencer a un juez que el muchacho estaba mentalmente enfermo en el momento de los hechos. Si esto ocurre, McLaughlin podría ser enviado a un hospital psiquiátrico en lugar de la prisión.
Un juez que escuchó el caso sin un jurado declaró a McLaughlin culpable de homicidio en primer grado por la muerte de Seth Bartell, de 14 años; y de homicidio en segundo grado por la muerte de Aaron Rollins, de 17 años.
Las dos víctimas perdieron la vida en 2003 en la Escuela Secundaria Rocori, en Cold Spring. McLaughlin fue juzgado como adulto.
Un psiquiatra presentado por la defensa testificó que McLaughlin sufría de esquizofrenia y escuchó una voz que le incitaba a dispararle a Bartell, quien según McLaughlin era un abusador.
«El dice que la voz le dio la idea de dispararle a Seth, para lastimarlo, para marcarlo, para hacer que dejara de molestarlo», dijo el doctor Maureen Hackett.
El fiscal William Klumpp Jr. señaló que McLaughlin pudo haber disparado porque había sido molestado por su acné. Pero Klumpp sugirió que era más probable que McLaughlin estaba celoso porque Bartell era popular, igual que Rollins.
La defensa argumentó que McLaughlin sólo quería herir a Bartell y que para nada pretendía lesionar al otro estudiante.
El muchacho disparó y lesionó a Bartell en un corredor, luego realizó otro disparo contra él, pero falló y éste se incrustó en el cuerpo de Rollins, dijeron las autoridades.
Los fiscales agregaron que McLaughlin persiguió entonces a Bartell subiendo unas escaleras hasta el gimnasio, donde le disparó en la frente. El falleció 16 días después.
