Las cifras de delincuencia en Venezuela obligan a las personas a invertir grandes cantidades de dinero en busca de su seguridad personal y la de sus bienes. “Hasta mediados de 2004 murió por hechos violentos más de una persona diaria y se robaron o hurtaron más de un vehículo cada diez minutos”, dijo Franklin Chaparro Rojas, comisario jubilado de la Disip, hoy en día director general del Grupo Serseco y miembro de la Comisión de Prevención y Seguridad de Venamcham, quien asegura que las cifras tienden anualmente al alza.
Chaparro asegura que el problema de la inseguridad en Venezuela es estructural y no coyuntural. En primer lugar destaca que el presupuesto nacional que se asigna al sector seguridad escasamente llega al 2%. “En países donde el índice de inseguridad es tolerable se destina a esta área entre 8% y 10% del Presupuesto”.
Añade que el tema de la inseguridad se comenzó a tocar en el V Plan de la Nación, “lo que denota que por mucho tiempo lo económico estuvo por encima de lo social”. Al respecto señaló que entre el ámbito social y económico hay una dependencia muy fuerte, pues “sin seguridad no hay desarrollo y sin desarrollo no hay seguridad”. Acota que las inversiones y la captación de turismo externo no se pueden estimular si no hay unos márgenes de seguridad aceptables.
Otro factor que Chaparro considera que estimula la delincuencia en Venezuela es el hecho que el “75% de los jueces del país son provisorios”.
Así, se ha creado lo que los expertos denominan la “tríada del delito”, compuesta por una deuda social acumulada, la falta de políticas anti delictivas y una impunidad creciente que “estimula la delincuencia porque no hay sanciones”.
Este cuadro alarmante ha hecho que la población sea más cuidadosa y busque la forma de protegerse para evitar caer en manos de delincuentes. Según Chaparro, en Venezuela se vive en una “subversión delictiva” y que “es necesario que el Estado como un todo arremeta contra ésta”.
Resalta que la autoprotección comienza en el momento en que el Estado no cumple su labor de lucha contra la subversión delictiva. “Las personas se organizan y buscan alternativas de seguridad y surge una nueva realidad que combina la seguridad pública con la privada e incorpora a la comunidad para la prevención del delito”. Así “hoy en día la seguridad es responsabilidad de todos, pues hay que aprender a vivir seguro en un mundo inseguro”
Riesgo y prevención
Una vez tomada la decisión de emprender una autoprotección la persona se formula dos interrogantes. ¿De qué me voy a proteger? ¿Qué voy a proteger? Es decir, que se hace lo que se llama un análisis de las amenazas y de vulnerabilidad. “Evalúo el riesgo y busco como controlarlo”. Chaparro resalta el riesgo se puede ir minimizando, al pasar de riesgo total a riesgo evitable, luego a mejorable y a transferible hasta culminar en riesgo remanente, que es el que definitivamente no se puede evitar.
Para disminuir el riesgo se deben tomar medidas, muchas de las cuales requieren un costo o inversión de recursos, que se dividen en:
– Humanos: servicios de vigilantes, supervisión y escoltas.
– Técnicos: sensores, perimetrales, sistemas de control vehicular satelital, alarmas, circuitos cerrados de televisión, controles de acceso, etc.
– Físicos: carros blindados, cerraduras, rejas, puertas blindadas, concertinas, chalecos antibalas, trancapedales, paralizer, etc.
Estos tres factores forman un triángulo equilátero conocido como el Triángulo de Seguridad, los cuales requieren de una supervisión y mantenimiento adecuados. Chaparro enfatiza que “”hay que buscar un equilibrio entre los riesgos y los controles”.
Al respecto, José Olavarría, director de la empresa de seguridad Vesevica y miembro de la comisión de Prevención y Seguridad de Venamcham, destaca que se debe tratar de balancear lo que es el riesgo real para tomar medidas preventivas eficientes.
Explica que en la medida que el mercado se va sofisticando en medidas preventivas del hurto, el delincuente se transforma para el robo y otros delitos, por lo que hay que estar pendientes de los modus operandi de los malhechores para evitar los riesgos. “Si en la bombas de gasolina roban en las noches, poner gasolina en la tarde”. A esto hay que añadir el incremento en los dos últimos años de la modalidad de “secuestro express”, la cual en pocas horas deja grandes cantidades de dinero a los delincuentes, que generalmente no operan en bandas organizadas para este tipo de delito.
La estrategia
Una vez determinado el riesgo, se elabora el Plan de Seguridad, que implica dos partes: la primera no requiere costos, sólo amerita organización y disciplina. La otra parte es administrar lo mejor posible los recursos con los que cuento para desarrollar el Plan de Seguridad. Dicho plan además, contempla el plano personal y familiar, así como la protección al hogar, oficina y vehículos. Aquí entran todos los servicios a contratar y los productos que voy a adquirir para minimizar el riesgo . “Los servicios que voy a contratar que pueden ser de vigilancia, escolta o investigaciones”.
Según Olavarría “la investigación es crucial en la prevención de un delito”, Por ello recomienda que al contratar los servicios de cualquier persona en el hogar u oficina, se soliciten los papeles de identificación, la dirección y las referencias, las cuales posteriormente deben ser comprobadas.
Por su parte, Luis Gonzalo Larrazábal, miembro de la Comisión de Prevención y seguridad de Venamcham, resalta que aún la población venezolana no es muy previsiva, toman medidas una vez que les suceden las cosas. “Las acciones preventivas las toma gente que está en el tapete, por ejemplo, industriales que saben que son secuestrables”.
En este sentido, recalcó que por el tema del secuestro, es evidente el incremento de la necesidad de escoltas y de carros blindados.
Ratificó que hoy en día se deben manejar esquemas de seguridad, “crear anillos de seguridad de acuerdo a los niveles”.
Números en rojo
Las estadísticas de seguridad están contabilizadas hasta junio de 2004, las cuales reflejan el alto grado de riesgo en el que se desenvuelve la población venezolana.
Homicidios 4.150
Lesionados 12.100
Violencia contra la mujer 3.900
Hurtos 23.015
Hurto de vehículos 7.205
Robo genérico 12.106
Robo de vehículos 11.003
Robo de gandolas 521
Secuestros 131
Estafas 3.600
Drogas 131
Violaciones 1.578
Enfrentamientos 950
Porte Ilícito de armas 1.600
Disciplina, la palabra clave.
La prevención del delito tiene una parte que no amerita hacer costos o inversión, pero requiere de algo fundamental que es la disciplina para seguir ciertas recomendaciones. Según Olavaria, contratar los servicios de vigilancia y escolta permanente para toda la familia es sumamente costoso, por lo que se debe elaborar un plan de seguridad a nivel individual y familiar, en el que se le debe explicar a cada miembro lo que debe hacer y como reaccionar ante una situación de peligro. “Se les debe enseñar como se contesta el teléfono para no dar información de más, como reaccionar ante alguien que te aborde en la calle; estas medidas no tienen costo”. Exhorta a la población a que “internalice este problema, no hay nada peor que encontrarse en una situación y no haberlo planeado, pues las cosas no se pueden resolver a la carrera”. Dentro de este Plan de Seguridad familiar se deben fijar puntos de encuentro en caso de siniestros o situaciones inseguras, así como crear claves para que las familias detecten que uno de sus miembros está en situación de peligro”.
Los más usados
Para la persona: gas, chalecos anti bala (cuya protección es por niveles), gorra (tela de vinil) que rechaza la bala, paralizer o pistola eléctrica, gas y hasta un arma (en la actualidad no están autorizadas); la elección está sujeta a los niveles de riesgo de cada persona. “Estos productos lo que hacen es comprar tiempo para aplicar otro plan”, dijo Olavaria..
Vehículos: Se les puede poner tranca pedales, corta corriente, alarmas (las hay desde sonoras hasta las de protección satelital) comprar un seguro (evita que en caso de atraco el agredido pelee por el carro) y hasta blindarlos (tiene varios niveles de acuerdo a lo que impiden). Olavaria informó que en Venezuela hay unas veinte compañías que blindan carros, pero el negocio “se va buhonerizar porque la gente prefiere pagar menos a una persona que lo haga más barato, por ejemplo un ex empleado de estas empresas”
Hogar y oficina: Rejas, puertas blindadas, concertinas, intercomunicadores. Los sistemas de alarma son muy utilizados, pero necesitan otros artículos o servicios para ser más eficientes, como monitoreo hacia una central y circuito cerrado de televisión.
¿Cuánto vale?
Los expertos destacan que la inversión varía dependiendo del flujo de caja y de los anillos de seguridad que se fijen. Lo importante es que todo en seguridad es complemento de un sistema con otro. Se puede colocar primero la alarma, luego el circuito cerrado de TV y posteriormente poner un puerta blindada en el hogar u oficina.
Las alarmas pueden costar desde 200$ (básicas) hasta 10.000 $. (más sofisticadas, incluye protección perimetral). El costo del servicio de monitoreo desde una central puede ser de Bs. 50 mil mensuales, hay empresas especializadas que prestan este servicio y reportan cualquier eventualidad a las autoridades policiales.
El blindaje de vehículos varía de acuerdo a su alcance, entre 20.000$ hasta 35.000 $; el servicio de monitoreo satelital promedia Bs. 50.000 mensuales.
El costo del servicio de escoltas está entre Bs. 500 mil hasta Bs. 5 millones mensuales, dependiendo de los anillos de seguridad que se fijen. Existe la figura del escolta itinerante, que se contrata para un viaje o evento determinado. Su precio oscila entre Bs. 50 mil y Bs. 100 mil por viaje.
El chaleco antibalas está entre 400$ y 1000$. Es recomendado tanto para el protegido como para el escolta.
Total, que un alto ejecutivo puede invertir entre 4 y 30 millones de bolívares en su protección y la de su grupo familiar.