80% de secuestradores infantiles viven en el mismo barrio que sus víctimas

DAVID CRARY / Associated Press
NUEVA YORK
Pese a una serie de dramáticos secuestros de niños, algunos expertos están exhortando a los padres a abandonar la tradicional advertencia de »no hablar con extraños» y, en vez de eso, trabajar creativamente con sus hijos para desarrollar una serie de habilidades útiles para su seguridad.
»`Nuestro mensaje es que los niños deben reconocer y evitar ciertas situaciones en vez de ciertas personas», dijo Nancy McBride del Centro Nacional para Niños Desaparecidos o Explotados.
Según las estadísticas federales, no hay ningún incremento en los secuestros infantiles, aunque algunos casos hayan ganado mucha notoriedad, suscitando ansiedad entre los padres y el público. Los legisladores de la Florida, por ejemplo, han endurecido sus leyes esta primavera tras los secuestros y asesinatos de dos niñas.
Uno de los grupos que está tratando de canalizar la ansiedad de los padres en sentidos más favorables a la seguridad de los niños es la Jacob Wetterling Foundation, fundada por una pareja de Minnesota cuyo hijo de 11 años fuera secuestrado en 1989 y del que no se ha vuelto a saber.
La directora ejecutiva de la fundación, Nancy Sabin, dijo que la ecuación »extraño=peligro» ha sido exagerada puesto que la mayoría de los secuestradores y abusadores son conocidos del padre y de los niños.
»En más del 80 por ciento de las veces, el secuestrador es alguien del barrio», dijo. «El mito es que es un tipo extraño que el niño no conoce pero, en realidad, casi nunca es un completo extraño… Y la realidad es que la mayoría de las personas que van a ayudar a los niños también son extraños».
Sabin aconsejó a los padres a practicar situaciones hipotéticas con sus hijos para adiestrarlos en la toma de decisiones que pudieran ayudarlos a evitar el peligro. ¿Qué debe hacer un niño que se ve separado de un padre en un centro comercial? ¿Cómo reaccionar si un adulto se les acerca cuando están practicando video juegos en un centro de diversiones?
»No haga la situación amenazante», dijo Sabin. «Usted no quiere que el niño coja miedo. Cuando se tiene miedo no se piensa con claridad».
McBride dijo que a los niños se les debe enseñar a identificar a los adultos que puedan ayudarlos, aunque sean extraños: un dependiente, por ejemplo, o prácticamente cualquier madre con sus propios hijos. Miedo a todos los adultos pudiera ser perjudicial, dijo McBride, citando el reciente caso de Brennan Hawkins, el niño de 11 años perdido en las montañas Uinta de Utah que se escondía de los rescatistas porque eran extraños.
McBride dijo que a los niños se les debería enseñar a salir tan rápidamente como sea posible de una situación que les de miedo o en la que se sientan incómodos, aunque implique un comportamiento brusco.
»Eso va a ser difícil para algunos padres», dijo. «Usted les está dando permiso para que sean descorteses si su seguridad está en juego».
La medida en la que un niño deba resistir físicamente –gritar, patear o morder– pudiera depender de las circunstancias, dicen los expertos. Sabin dijo que esto pudiera permitirle escapar a un niño –la semana pasada una niña de Utah golpeó a su secuestrador y éste la soltó– o pudiera ser contraproducente si se hace en un área aislada donde el secuestrador no tiene miedo de ser visto.
John Mould, un maestro de enseñanza especial que ha criado a seis hijos en Ambler, un suburbio de Filadelfia, dijo haber insistido con sus hijos en que la resistencia pudiera ser la mejor opción. »Aún cuando son muy jóvenes, está bien documentado que pelear y armar un escándalo es lo mejor que se puede hacer», dijo Mould.

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