En medio de las «vacaciones de trabajo» que pasa en su rancho de Texas, el presidente George Bush autorizó la continuidad del programa de «interdicción» de aviones usados para el narcotráfico.
Continúa la política de derribo de aviones sospechosos de llevar droga.
La decisión fue tomada in extremis, pues este jueves vencía la vigencia del programa, que permite interceptar o abatir aeronaves que sospechosas de llevar cargamentos de drogas.
El polémico plan fue suspendido en abril de 2001 después de que un caza de la fuerza aérea del Perú derribara en la región amazónica una avioneta en la que viajaban un misionero estadounidense y su hija por un error en la información recabada.
En 2003 se reinició el programa con Colombia después de que se tomaran medidas para evitar errores similares.
«Al otorgar esta autorización el presidente ha determinado que Colombia ha puesto en marcha los procedimientos adecuados para proteger la vida de inocentes en relación con las operaciones de interdicción», dijo la portavoz presidencial encargada, Dana Perrino.
Muchos creen que el reinicio del programa con Perú podría producirse en un futuro no muy lejano, mientras que con Brasil siguen las discusiones para una eventual puesta en práctica.
En cambio Venezuela, país considerado de tránsito de drogas en su ruta del sur al norte de América y a Europa, el gobierno se ha negado a participar en las operaciones de interdicción. Incluso desde antes de la llegada del presidente Hugo Chávez al poder.
Negación de puente aéreo
Este tipo de operaciones aéreas no son nuevas en los países andinos, pero dentro del programa Negación de Puente Aéreo, que funciona desde 1995, dependen en gran medida de la información que suministren los (mejor equipados) militares estadounidenses.
Hasta la suspensión del programa en 2001 las autoridades peruanas informaron del abatimiento de 38 aeronaves, 14 de ellas con asistencia del plan Negación de Puente Aéreo.
Aunque en Colombia las cifras no son bien conocidas, se asegura que en su mayoría han sido destruidos aeronaves en tierra.
Los analistas aseguran que a fines de los noventa esas acciones habrían tenido cierto impacto al dificultar por un tiempo el flujo de cocaína que entraba a EE.UU. desde Colombia, principal proveedor de la droga que se consume en aquel país.
Ayuda prometida
Al otorgar esta autorización el presidente ha determinado que Colombia ha puesto en marcha los procedimientos adecuados para proteger la vida de inocentes en relación con las operaciones de interdicción
Dana Perrino, portavoz de la Casa Blanca
Colombia es crucial en la lucha antinarcóticos de la Casa Blanca y por eso recibe una fuerte ayuda para combatir el narcotráfico.
En los últimos 5 años, dentro del llamado Plan Colombia, ha recibido unos US–DL–3.000 millones en asistencia, gran parte de ella para planes militares destinados a combatir a los grupos insurgentes que supuestamente se benefician del narcotráfico.
Hace dos semanas el presidente Álvaro Uribe visitó a su colega George Bush en el rancho de este en Texas.
Allí Bush se comprometió a gestionar ante el Congreso estadounidense los fondos para seguir apoyando los esfuerzos colombianos más allá de la desaparición del Plan Colombia, que deberá terminar este año.