Rusia y China reafirman con maniobras militares dominio sobre el mar Caspio

Moscú y Beijing no serán pasivos a la hora de defender sus intereses energéticos en el mar Caspio.
En un maratón de casi 24 horas, el presidente ruso Vladimir Putin inauguró el martes la impresionante exhibición aeronáutica Maks-2005, cerca de Moscú, voló en un bombardero estratégico y, desde la cubierta de un acorazado nuclear, siguió los pormenores del lanzamiento de un misil balístico en el mar de Barents.
La TV mostró a un Putin vestido de piloto, acomodándose en el sillón de la carlinga del Túpolev-160 ‘Pável Tarán’, mientras era instruido por el comandante de esa nave capaz de portar armas nucleares y volar a la velocidad del sonido.
El telón de fondo de este show nunca visto en la historia del país son las maniobras militares de Rusia y China (también sin precedentes) para sincronizar la capacidad combativa de sus tropas, afianzar su influencia en Asia Central y advertir a otras potencias que ambos países tienen intereses geopolíticos clave en la zona.
Según el guión, tres bombarderos Tu-160 (Blackjack, según la Otan) simularon una misión de reconocimiento de buques de guerra y dispararon misiles de crucero contra blancos en un polígono.
Luego, Putin viajó en helicóptero a Severomorsk, base de la Flota del Norte, abordó el acorazado nuclear ‘Pedro El Grande’, y desde el puesto de mando observó el lanzamiento de un cohete intercontinental que partió de un submarino atómico. Más tarde, anunció satisfecho: «Ahora, nuestro presupuesto militar tendrá los mismos parámetros que los países de la Otan».
En el 2006, según el Gobierno, se destinarán a defensa 23.671 millones de dólares, 4.156 millones más que este año, gracias a la bonanza por los altos precios internacionales del crudo.
Denominadas ‘Misión Pacífica 2005’, las maniobras comenzaron el jueves en la región de Vladivostok y continuarán hasta el 25 en la península de Shandong, este de China. Participan más de 10.000 infantes de marina y unidades aerotransportadas, con más de un centenar de aviones y helicópteros, 70 buques de superficie, submarinos, carros de combate y piezas de artillería.
Los tesoros del mar Caspio
Yuri Baluevski, jefe del Estado mayor de las Fuerzas Armadas rusas, afirmó que los entrenamientos se enmarcan en los acuerdos de la Organización para la Cooperación de Shanghai (ver mapa), la principal alianza multinacional de seguridad en Asia Central, impulsada por Moscú y Bejing.
La importancia estratégica de esta zona, enclavada entre Turquía, Irán, Afganistán, China y Rusia, radica en que comprende un importante filón de recursos energéticos, básicamente gas y petróleo, en torno al mar Caspio, con reservas probadas entre 17,5 y 34 mil millones de barriles, y reservas posibles de 235 mil millones.
Si los pronósticos no fallan, este será el segundo depósito mundial de reservas no explotadas, después del Golfo Pérsico, según el Departamento de Energía de E.U. No en vano, las multinacionales del sector han desplegado allí una ofensiva en prospección y explotación.
Adicionalmente, emerge la construcción de las rutas económicamente más viables para transporte de crudo y gas a los mercados de Oriente y Occidente, que convertirán la zona en encrucijada de intereses económicos de gran calado entre los países más ricos del mundo.
Esta situación tomó un cariz más complejo tras el 11-S, pues la cruzada antitalibán en Afganistán permitió a E.U. establecer bases en Kirguizistán y Uzbekistán, con más de 3.000 hombres, armas y apoyo logístico.
Todo esto explica el recelo que comparten Moscú y Beijing ante la presencia de tropas extranjeras, y su afán de mostrar su musculatura bélica ante otros invitados que pueden optar por otros recursos a la hora de partir el pastel energético de Asia Central.
IGOR VAZIN
Para EL TIEMPO
Desde MOSCÚ

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