Repaso al terrorismo internacional

INTRODUCCION
En las últimas décadas la sociedad ha sido víctima de uno de los peores flagelos: el terrorismo, que es un hecho expresivo de violencia que se lo puede ver durante toda la historia (conquistas, guerras) con sus más variadas formas de expresión y crueldad.El terrorismo se constituye así tanto en el ámbito interno como en el mundial, como en una vía abierta a todo acto violento, degradante e intimidatorio, y aplicado sin reserva o preocupación moral alguna. No es, por lo tanto, una práctica aislada, reciente ni desorganizada pero no por ello estructurado.
Los fines buscados por esta forma de «guerra» no convencional pueden tener fines políticos, religiosos, culturales y lisa llanamente la toma del poder por un medio totalmente ilícito. Por dichas causas, el mundo se ve sacudido diariamente con noticias de atentados producidos en la vía pública, donde pierden la vida gente inocente y totalmente ajena a esa «guerra» o intereses diversos.
Este fenómeno es una de las formas de violencia más difíciles de contener debido a que su campo de acción se extiende más allá de las regiones de conflicto. Es un fenómeno que se caracteriza por: su violencia indiscriminada, involucrando a víctimas que no tienen nada que ver con el conflicto causante del acto terrorista.; su impredisibilidad, actúa por sorpresa creando incertidumbre, infundiendo terror y paralizando la acción; su inmoralidad, produce sufrimiento innecesario, golpeando las áreas más vulnerables; ser indirecto, el blanco instrumento es usado para atraer la atención y para ejercer coerción sobre la audiencia o un blanco primario, a través del efecto multiplicador de los medios de comunicación masivos. A los actos terroristas debe responderse por medio de normas jurídicas que contemplen su prevención y sanción.
CONCEPTO
En su sentido más amplio, el terrorismo es la táctica de utilizar un acto o una amenaza de violencia contra individuos o grupos para cambiar el resultado de algún proceso político. Ahora bien, el terrorismo puede ser definido de manera más específica tomando en cuenta diferentes aspectos.
Definición gramatical, que siguiendo el diccionario de la lengua española, editado por la Real Academia Española, lo define así: «(del Latín terror). Dominación por el terror.// Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror».
Definición Histórica, «época durante la Revolución Francesa en que eran frecuentes las ejecuciones por motivos políticos».
Definición Jurídica, que de acuerdo al diccionario de ciencias jurídicas, políticas y sociales de Manuel Osorio, lo define así: actos de violencia en contra de personas, la libertad, la propiedad, la seguridad común, la tranquilidad pública, los poderes públicos y el orden constitucional o contra la administración pública»
Definición Militar: » serie de actos de violencia, destinados a infundir terror por medio de la eliminación de personas. Crea un estado físico y espiritual que prepara a la población para su captación y conquista y que facilita su dominación. El terrorismo tiene un objetivo aparente y sin mayor sentido en sí mismo, como es la difusión del miedo, pero su finalidad real pasada es ,juzgar al pueblo, a través de la aplicación de un metodología activa y esencialmente torturante».
Definición Política: » No existe una definición política concreta sobre el terrorismo, Los países occidentales cuando internamente se ven afectados,(…) lo incluyen dentro de las figuras tipificantes de violaciones, como delitos contra las personas, la libertad(…).
Externamente, cuando deben calificarlos , lo hacen desde dos puntos de vista. El primero , si ellos han acaecidos durante el estado de guerra, estarán dentro de las violaciones a los tratados suscritos, tales como los Convenios de Ginebra de 1949, o de aspectos particularizados, como aquellos que originaron el Acuerdo y Estatuto de Londres, del 8 de Agosto de 1945, determinantes del Tribunal de Nuremberg.
Durante el estado de paz, por la aplicación de las normas previstas en la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 1974 , en la cual se define a la agresión, por la violación de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
En conclusión se le puede definir como:
«Es el uso real o amenaza de recurrir a la violencia con fines políticos que se dirige no sólo contra víctimas individuales sino contra grupos más amplios y cuyo alcance trasciende con frecuencia los límites nacionales.»
El término implica una acción llevada a cabo por grupos no gubernamentales o por unidades secretas o irregulares, que operan fuera de los parámetros habituales de las guerras y a veces tienen como objetivo fomentar la revolución. El terror de Estado, ejercido por un Estado contra sus propios súbditos o comunidades conquistadas, se considera a veces como una modalidad de terrorismo. Más que la realización de fines militares, el objetivo de los terroristas es la propagación del pánico en la comunidad sobre la que se dirige la violencia. En consecuencia, la comunidad se ve coaccionada a actuar de acuerdo con los deseos de los terroristas. El terrorismo extremo busca a menudo la desestabilización de un Estado causando el mayor caos posible, para posibilitar así una transformación radical del orden existente.
Existen además diferentes definiciones según:
Brian Jenkins
«Es el uso calculado de la violencia o de la amenaza de la violencia de inculcar miedo; se prepuso forzar o intimidar a gobiernos o a sociedades en la búsqueda de las metas que son generalmente políticas, religiosas, o ideológicas.» Esta definición fue hecha a mano cuidadosamente para distinguir entre el terrorismo y otras clases de violencia. El acto del terrorismo es independiente definido de la causa que lo motiva. La gente emplea violencia del terrorista en el nombre de muchas causas. La tendencia a etiquetar como terrorismo cualquier acto violento de el cual no aprobemos es errónea. El terrorismo es una clase específica de violencia.
El terrorismo es el uso ilegítimo de fuerza para lograr un objetivo político cuando las personas inocentes son los afectados.
Walter Laqueur
«Es el asesinato sistemático, la mutilación criminal, y amenaza del inocente para crear miedo e intimidación para ganar un acto político o táctico y para ser ventajoso , normalmente para influir a un público.»
James M. Poland
«El terrorismo es el uso ilegal o amenaza de violencia contra personas o propiedad. Normalmente se piensa que intimida o coerce a un gobierno, individuo o grupo, o para modificar su conducta o política.»
Definición de FBI
«Es uno de los problemas claves con los que históricamente los países de América Latina se han tenido que enfrentar. Las causas sociales y económicas de este fenómenos son ampliamente conocidas. Los gobiernos de América Latina a menudo han respondido al terrorismo con medidas altamente represivas, que no sólo incluyen a los presuntos terroristas, si no que violan los derechos fundamentales de la población en general. La otra respuesta típica, el terrorismo de estado, es la causa mayor de violaciones a los derechos humanos en el continente.»
HISTORIA
El terrorismo ha aparecido una y otra vez a lo largo de la historia. Las sociedades secretas detectadas en algunas culturas tribales mantenían su influencia valiéndose del terror. Ya en el siglo XII, un grupo ismailí de los musulmanes shiíes, los ‘Asesinos’, llevó a cabo campañas terroristas contra musulmanes suníes. En Irlanda, grupos protestantes y católicos se aterrorizaron mutuamente tras la Reforma. En su forma moderna, sin embargo, el terrorismo sistemático recibió un gran impulso a finales de los siglos XVIII y XIX con la propagación de ideologías y nacionalismos seculares tras la Revolución Francesa. Adeptos y detractores de los valores revolucionarios utilizaron el terrorismo tras las Guerras Napoleónicas. El nacionalismo imperialista que en Japón condujo a la restauración Meiji en 1868 estuvo acompañado de frecuentes ataques terroristas al shogunado Tokugawa. En el sur de los Estados Unidos de América, se creó el Ku Klux Klan tras la derrota de la Confederación Sudista en la Guerra Civil estadounidense (1861-1865) para aterrorizar a los antiguos esclavos y a los representantes de las administraciones de la reconstrucción impuesta por el Gobierno Federal. En toda Europa, a finales del siglo XIX, los partidarios del anarquismo realizaron ataques terroristas contra altos mandatarios o incluso ciudadanos corrientes. Una víctima notable fue la emperatriz Isabel, esposa de Francisco José I, asesinada por un anarquista italiano en 1898. El movimiento revolucionario ruso existente antes de la I Guerra Mundial tuvo un fuerte componente terrorista. En el siglo XX, grupos como la Organización Revolucionaria Interna de Macedonia, la Ustashi croata, y el Ejército Republicano Irlandés (IRA) realizaron a menudo sus actividades terroristas más allá de las fronteras de sus respectivos países. Recibían a veces el apoyo de gobiernos ya establecidos, como fue el caso de Bulgaria o de Italia bajo el líder fascista Benito Mussolini. Este tipo de terrorismo nacionalista apoyado por el Estado provocó el asesinato de Francisco Fernando de Habsburgo en Sarajevo en 1914, lo que dio origen a la I Guerra Mundial. Tanto el comunismo como el fascismo utilizaron el terrorismo como instrumento de su política, contando con defensores entusiastas como Liev Trotski y Georges Sorel (quien representó intermitentemente ambos extremos del espectro político). La inestabilidad política existente durante las décadas de 1920 y 1930 dio pie a frecuentes actividades terroristas. El terrorismo tendió a integrarse dentro del conflicto más amplio de la II Guerra Mundial.
Terrorismo de la Post-guerra
La manifestación más importante del terrorismo tras la II Guerra Mundial fue la ola de violencia internacional que tuvo lugar a mediados de la década de 1960. Varios elementos confluyeron para facilitar y hacer más evidente el terrorismo internacional: avances tecnológicos, la creación de armas más pequeñas pero con mayor poder de destrucción; los medios para una mayor rapidez de movimientos y de comunicación que disponían los terroristas; las amplias conexiones mundiales de las víctimas elegidas y la publicidad que generaba cualquier ataque terrorista.
Los orígenes de la ola terrorista que se inició en la década de los sesenta pueden remontarse al conflicto que en el Oriente Próximo enfrenta a las naciones árabes contra Israel. A finales de la década de los cuarenta, algunos radicales judíos, como la banda Stern y el Irgun Zvai Leumi, utilizaron el terrorismo contra las comunidades árabes y otros grupos en su lucha por la independencia de Israel. Durante y después de la década de los sesenta, sus adversarios árabes decidieron utilizar el terrorismo de forma mucho más sistemática. La expulsión de guerrillas palestinas de Jordania en septiembre de 1970 fue conmemorada con la creación de un brazo terrorista extremista llamado Septiembre Negro. La OLP (Organización para la Liberación de Palestina) ha llevado a cabo operaciones terroristas y de comando tanto en Israel como en diversos países del mundo. El terrorismo internacional con base palestina disminuyó durante la década de los ochenta, en un esfuerzo de la OLP por ganarse el apoyo mundial hacia su causa, pero surgieron nuevas formas relacionadas con la revolución acaecida en Irán y el auge del fundamentalismo islámico.
El avance del terrorismo más allá del Oriente Medio en la década de los sesenta fue evidente en las tres naciones industrializadas en las que la transición del autoritarismo a la democracia, tras la II Guerra Mundial, había sido más rápida y traumática: Alemania Occidental (hoy integrada dentro de la República Federal de Alemania), Japón e Italia. En otros Estados occidentales surgieron asimismo grupos radicales de izquierda, financiados a menudo por gobiernos comunistas durante la guerra fría. Inspirados en vagas teorías revolucionarias y apoyados por simpatizantes izquierdistas de distintos sectores sociales, los terroristas intentaban provocar el derrumbamiento del Estado mediante una reacción violenta y autodestructiva.
En Alemania Occidental, la llamada Facción del Ejército Rojo, más conocida como la banda Baader-Meinhoff, efectuó numerosos atracos a bancos y asaltó instalaciones militares estadounidenses. Sus acciones más espectaculares tuvieron lugar en 1977 con el secuestro y asesinato de un importante industrial, Hans-Martin Schleyer y el posterior secuestro, realizado por simpatizantes árabes, de un avión de Lufthansa con destino a Mogadiscio, en Somalia. Al igual que lo hiciera el grupo terrorista japonés Ejército Rojo, los miembros de la banda alemana colaboraron a menudo con los terroristas palestinos, siendo de especial relevancia el asesinato de atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Munich en 1972. A finales de la década de los setenta, la mayor parte de los activistas de la Facción del Ejército Rojo se encontraba en prisión o había muerto.
La campaña terrorista llevada a cabo por el IRA tras la II Guerra Mundial surgió a partir del movimiento irlandés a favor de los derechos civiles de los años sesenta, que reclamaba mejores condiciones para los católicos de Irlanda del Norte. El terrorismo cada vez más intenso utilizado tanto por católicos como por protestantes desembocó en la segregación de ambas comunidades en zonas vigiladas por soldados y en la militarización de Irlanda. Motivados por una ideología revolucionaria de izquierda y apoyados por Libia y otros gobiernos simpatizantes de izquierda, el IRA Provisional realizó una serie de explosiones, asesinatos y otros atentados terroristas dentro y fuera de Irlanda destinados tanto contra objetivos militares como civiles. La campaña continuó hasta que el IRA declaró un alto el fuego el 31 de agosto de 1994.
La fuerza de los terroristas italianos, de quienes los más importantes eran las Brigadas Rojas, puede tener su origen en la tradición anarquista del país y en su inestabilidad política. Sus actividades culminaron en 1978 con el secuestro y asesinato del antiguo primer ministro Aldo Moro. El terrorismo de izquierda disminuyó años después, gracias a las medidas policiales, aunque no desapareció en absoluto. No obstante, el terrorismo de izquierda pareció aumentar en Italia, tal y como quedó patente en 1980 con la explosión ocurrida en la estación de ferrocarril de Bolonia. La histórica Galería de los Uffizi de Florencia fue uno de los objetivos de una serie de atentados terroristas que tuvieron lugar en 1993, al parecer ejecutados por la mafia. Muchos de estos atentados están hoy considerados como ejercicios de «propaganda negra» concebidos tanto por la derecha como por otros grupos para propiciar un clima de inestabilidad favorable a un gobierno autoritario.
Los movimientos terroristas de Latinoamérica tuvieron sus orígenes en antiguas tradiciones de conflictos políticos localizados. La principal innovación la constituyó la creación de los llamados movimientos de guerrilla urbana, ya que las actividades terroristas se desplazaron desde el campo hasta las ciudades. Sendero Luminoso, grupo terrorista maoísta del Perú, se convirtió en uno de los ejemplos más sangrientos y famosos por el uso de tácticas muy cruentas destinadas a desestabilizar el Estado y a provocar por parte de éste medidas de represión. En la década de los noventa, dentro de una tendencia existente en Italia, con rasgos específicos por la cual el crimen organizado emula a los terroristas para promover sus intereses, algunos miembros del cártel de la cocaína en Colombia utilizaron tácticas terroristas para dificultar la aplicación de las leyes orientadas a luchar contra el tráfico de drogas. Tanto en naciones del Tercer Mundo como en otros lugares, se da el fenómeno de que antiguos grupos terroristas se legitiman una vez que triunfa su lucha y obtienen el control del Gobierno o espacios concretos donde ejercer el poder. Israel y Argelia son sólo dos ejemplos de Estados cuyos funcionarios y dirigentes fueron en su día clasificados como terroristas. Los regímenes nacidos en este tipo de circunstancias pueden mantener sus vínculos con el terrorismo una vez en el poder. Se sabe que tanto Libia como Irán, ambos con Gobiernos revolucionarios, han promovido actos de terror, con carácter institucional. Durante la guerra de Vietnam, Vietnam del Norte respaldó una campaña comunista de terrorismo y subversión en Vietnam del Sur. Algunos comentaristas han considerado como terroristas acciones realizadas por agentes israelíes del Mossad dirigidos contra la OLP y otros objetivos fuera de Israel. Corea del Norte ha llevado a cabo varios atentados terroristas contra Corea del Sur, como la explosión ocurrida en Rangún en 1983, en la que murieron 4 miembros del Gobierno y 13 surcoreanos más, y el atentado a un avión de pasajeros de las Líneas Aéreas Coreanas en 1987 ocasionado por agentes norcoreanos. Existen algunos casos, no obstante, registrados en el seno de democracias consolidadas, que evidencian la aplicación, a través de métodos terroristas, del trasnochado y cruel concepto de «razón de Estado» sobre la ciudadanía o sobre intereses generales. Uno de los ejemplos más representativos sería el atentado sufrido por el barco estrella de la organización ecologista Greenpeace, el Rainbow Warrior, en el puerto de Auckland en 1985, por obra de los servicios secretos franceses.
Uno de los más trágicos ejemplos del terrorismo actual en Europa lo constituye el protagonizado en España por la banda armada ETA, la cual, con sus constantes atentados, secuestros, asesinatos y coacciones, ha teñido de sangre el pacífico proceso español de consolidación de los valores democráticos.
TIPOS DE TERRORISMO INTERNACIONAL
Podemos encontrar tres tipos importantes de terrorismo:
Narco-terrorismo
Se llama de esta manera a la utilización del tráfico de drogas para promover los objetivos de ciertos gobiernos y organizaciones terroristas. El narco-terrorismo atenta contra los derechos humanos esenciales como el derecho a la vida y a la integridad física; a la tranquilidad y a la honra; a la participación política y a la libertad de expresión y comunicación, para mencionar solamente los más vulnerados.
Los jóvenes constituyen hoy el segmento más afectado de la población por la droga, el delito y la violencia. Las organizaciones de narcotraficantes los utilizan.
En septiembre de 1989, ante la Asamblea General de la ONU, el representante colombiano propuso un «Plan de Acción Global contra el narcotráfico y el narco-terrorismo».
Terrorismo nuclear
Este tipo de terrorismo será uno de los más preocupantes en los próximos años. La ex-Unión Soviética es la principal fuente de esta preocupación. Allí se pueden encontrar residuos de armas nucleares. Evitar el tráfico ilegal de material radiactivo es muy importante porque a las sustancias con que se trafica se les puede dar uso militar o terrorista y porque también puede producir un desastre sanitario.
Otros blancos probables de futuros atentados terroristas son las centrales nucleares. A lo largo de los últimos años, en el mundo se ha incrementado el numero de atentados terroristas. Tanto es así, que en agosto de 1994, poco después del ataque contra la AMIA en Buenos Aires, el Instituto de Control Nuclear de los Estados Unidos giró una directiva a todas sus centrales en la que advertía que debían considerar con seriedad la amenaza terrorista y recomendaba la construcción de defensas de hormigón y diques contra posibles ataques con coches-bomba.
Terrorismo de Estado
Es el uso sistemático, por parte del gobierno de un Estado, de amenazas y represalias, considerado a menudo ilegal dentro incluso de su propia legislación, con el fin de imponer obediencia y una colaboración activa a la población. Por su naturaleza es difícil de identificar, y los conceptos varían en función del carácter de las épocas históricas, zonas geográficas y características culturales. Los regímenes despóticos del pasado utilizaban con frecuencia prácticas de este tipo, que las democracias modernas condenarían sin necesidad de realizar una crítica contemporánea rigurosa. Las formas más desarrolladas de terrorismo de Estado, para las que el término fue inventado, han sido los sistemas empleados en el siglo XX bajo el fascismo y el comunismo. Asimismo, la práctica de terror desde el poder se extendió en el siglo XX bajo regímenes militares o militarizados en el seno de democracias formales.
Estos regímenes totalitarios se caracterizaban por un monopolio de los medios de comunicación, la imposición de una ideología monolítica, la exigencia no sólo de obediencia sino de participación activa en las medidas policiales del Estado, y un aparato de policía secreta y de campos de concentración para disciplinar e incluso exterminar a los adversarios y disidentes. Los líderes potenciales de la oposición eran aislados, encarcelados, exiliados o asesinados.
A menudo, los tentáculos del aparato del Estado se extendían hasta el extranjero y atacaban a enemigos que pertenecían a la población en el exilio, como fue el caso del asesinato de Liev Trotski en México a manos de agentes estalinistas. Los componentes de muchas organizaciones nacionales de seguridad e información han utilizado métodos ilegales para hacer frente a los adversarios, tanto dentro como fuera del país. Lo que diferencia estos episodios de un sistema donde se aplica el terrorismo de Estado es la importancia de la operación y el total respaldo de la clase dirigente. En efecto, el aparato de terror, el Estado y el partido en el gobierno suelen estar relacionados de un modo indisociable. El sistema acaba destrozando a menudo a los elementos de su propia cúpula, como sucedió con el líder nazi Ernst Röhm, jefe de la Sección de Asalto (SA), y el jefe de la policía secreta soviética Lavrenti Beria, ambos ejecutados por las mismas organizaciones que ellos crearon o dirigieron.
En otro plano, algunos regímenes han recurrido a medios extralegales para eliminar a elementos específicos de la población, en especial en lo que a proscritos y presuntos delincuentes se refiere.
Las manifestaciones autoritarias extremas del terrorismo de Estado han servido de inspiración para una vasta literatura, conocida como ‘novela antiutópica’, donde destacan las obras El cero y el infinito de Arthur Koestler y 1984 de George Orwell, en las que la globalidad del terror convierte a los hombres en meros instrumentos mecánicos de quienes ejercen el poder.
CARACTERÍSTICAS DEL TERRORISMO INTERNACIONAL.
Su violencia indiscriminada: extiende sus efectos a la totalidad de la población.
Su imprevisibilidad: actúa con sorpresa infundiendo terror.
Su inmoralidad produce sufrimiento innecesario: golpean las áreas más vulnerables.
Es indirecto: desvía la mirada de la población a un punto, que no es el blanco que se proponen.
El escape de la religión y en alguna medida del nacionalismo y sus conceptos básicos, producto de la Globalización que desconoce fronteras.
El auge de la toma de rehenes y escudos humanos. Por ejemplo: Los serbios de Bosnia tomaron de rehenes a cascos azules de Naciones Unidas, para evitar el bombardeo de la O.T.A.N.
El Terrorismo por cuenta propia que tiene como blanco a la población civil.
Participación creciente de militares, ex – militares, y miembros de los servicios de inteligencia.
Motivos del terrorismo
Diversos motivos inspiran a los terroristas. Los estudiantes del terrorismo los clasifican en tres categorías: racional, psicológico, y cultural. Un terrorista puede ser formado por combinaciones de éstos.
Motivación Racional.
El terrorista racional piensa con sus metas y opciones, haciendo un análisis de costes y beneficios. Él intenta determinarse si hay maneras menos costosas y más eficaces de alcanzar su objetivo que terrorismo. Para evaluar el riesgo, él pesa las capacidades defensivas de la blanco contra sus propias capacidades para atacar. Él mide las capacidades de su grupo para sostener el esfuerzo. La pregunta esencial es si el terrorismo trabajará para el propósito deseado, dado condiciones sociales en ese entonces. El análisis racional del terrorista es similaral de un comandante militar o de un empresario de negocio que considera líneas de conducta disponibles.
La historia reciente ofrece ejemplos de varios grupos que tenían perspectivas al parecer buenas del éxito que pagó el precio de la reacción al terrorismo. En los años 70s, el Tupamaros en Uruguay y el ERP (ejército revolucionario de la gente) y Montoneros en la Argentina provocaron una reacción popular hostil al terrorismo. Empujaron a las sociedades más allá de su umbral de la tolerancia y fueron destruidos consecuentemente. Igual es verdad de varios grupos que funcionan en Turquía en último los años 70 y, posiblemente, varias familias de Mafiosi en Italia en los años 90.
Motivación Psicológica
La motivación psicológica para el terrorismo deriva del descontento personal del terrorista con su vida y las realizaciones. Él encuentra su razón en la acción dedicada del terrorista. Aunque no se encuentra ninguna sicopatía clara entre terroristas, hay un elemento casi universal en ellos que puedan ser descritos como » los terroristas verdaderos .» Incluso no consideren que pueden ser incorrectos y que otros visión puede tener cierto mérito. Los terroristas tienden para proyectar sus propias motivaciones antisociales sobre otras, el crear polarizado » nosotros contra ellos » perspectiva. Atribuyen solamente motivos malvados a cualquier persona exterior su propio grupo. Esto permite a los terroristas deshumanizar a sus víctimas y quitar cualquier sentido de la ambigüedad de sus mentes. La claridad que resulta del propósito suprime a las que anhelen violencia para relevar su cólera constante.
La otra característica común del terrorista psicológicamente motivado es la necesidad pronunciada de pertenecer a un grupo. Con algunos terroristas, la aceptación del grupo es un motivador más fuerte que los objetivos políticos indicados de la organización. Tales individuos definen su estatus social por la aceptación del grupo.
Los grupos del terrorista con motivaciones internas fuertes encuentran necesario para alinear la existencia del grupo continuamente. Como mínimo, debe cometer actos violentos para mantener autoestima del grupo y legitimidad. Así, los terroristas realizan a veces los ataques que son objetivos no productivos o aún ineficaces a su meta anunciada.
Otro resultado de la motivación psicológica es la intensidad de la dinámica del grupo entre terroristas. Tienden para exigir unanimidad y para ser intolerante de la disensión. Con el enemigo claramente identificado e inequívoco mal, la presión de extender la frecuencia y la intensidad de operaciones está siempre presente. La necesidad de pertenecer al grupo desalienta dimisiones, y el miedo del compromiso rechaza su aceptación. Se rechaza el compromiso, y los grupos del terrorista se inclinan hacia posiciones del maximalista. Esto puede explicar porqué los grupos del terrorista son propensos a fracturar y porqué las astillas son con frecuencia más violentas que su grupo del padre.
Motivación Cultural.
Las culturas forman valores y motivan a gente a las acciones que se parecen desrazonables a los observadores no nativos. Los americanos son renuentes apreciar el efecto intenso de la cultura en comportamiento. Validamos el mito que el comportamiento racional dirige todas las acciones humanas. Aunque el comportamiento irracional ocurre en nuestra propia tradición, intentamos explicarla por otros medios. Rechazamos como increíble las cosas tales como el comportamiento de uno mismo-destructivo del grupo cuando los observamos en otros. Opinión con incredulidad las cosas tales como la disolución de un estado viable para el motivo de la pureza étnica cuando los militares que resultan son económicamente anémicos.
El tratamiento de la vida general e individual en detalle es una característica cultural que tiene un enorme impacto en el errorismo. En las sociedades en donde la gente se identifica en términos de la calidad de miembro de grupo (familia, clan, tribu), puede haber una buena voluntad para sacrificarse. Ocasionalmente, los terroristas parecen ser impacientes para dar sus vidas por su organización y causa.
Otros factores incluyen la manera de la cual se acanala la agresión y los conceptos de la organización social. Algunos sistemas políticos no tienen ningún medio no violento eficaz para que la sucesión accione.
Un motivo cultural importante del terrorismo es la opinión «forasteros » y anticipación de una amenaza a la supervivencia étnica del grupo. El miedo de la exterminación cultural conduce a la violencia. Todos los seres humanos son sensibles a las amenazas a los valores por los cuales se identifican. Éstos incluyen lenguaje, la religión, la calidad de miembro de grupo, y el territorio del patria o nativo. La posibilidad de perder cualesquiera de éstos puede accionar la defensiva.
La religión puede ser la más volátil de identificadores culturales porque abarca los valores llevados a cabo profundamente. Una amenaza para su religión pone no solamente el presente en el riesgo pero también su fin cultural y el futuro. Muchas religiones, incluyendo cristianismo e Islam, han utilizado la fuerza para obtener a convertidos. El terrorismo en el nombre de la religión puede ser especialmente violento.
MISION DE LA ONU
Las Naciones Unidas han estado activas en la lucha contra el terrorismo internacional, reflejando la determinación de la comunidad internacional para eliminar esta amenaza. La Organización y sus agencias han desarrollado una amplia gama de acuerdos legales internacionales, que permiten a la comunidad internacional tomar acción para suprimir el terrorismo y poner a los responsables a la justicia.
Desde 1963, estos acuerdos proporcionan las herramientas legales básicas para combatir el terrorismo internacional en todas sus formas — desde el secuestro de un avión – hasta su financiamiento. Dichos acuerdos, a excepción de uno, el cual no ha sido aún puesto en vigor, han sido ratificados por la mayoria de los países alrededor del mundo. Tales acuerdos han sido desarrollados por la Asamblea General, la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI), la Organización Marítima internacional (OMI), y el Organismo Internacional de Energía Atómica (la OIEA).
Medidas de la ONU contra el terrorismo internacional :
Resoluciones adoptadas por la Asamblea general:
49/60. Medidas para eliminar el terrorismo internacional
50/53. Medidas para eliminar el terrorismo internacional
51/210. Medidas para eliminar el terrorismo internacional
52/165. Medidas para eliminar el terrorismo internacional
53/108. Medidas para eliminar el terrorismo internacional
54/110. Medidas para eliminar el terrorismo internacional
55/158. Medidas para eliminar el terrorismo internacional
La Asamblea General, un día posterior al ataque (12 de septiembre de 2001), condenó enérgicamente a través de la resolución 56/1 los viles actos de terrorismo, y pidió urgentemente cooperación internacional para prevenir y erradicar los actos de terrorismo.
El Consejo de Seguridad
Cómo órgano principal encargado de las cuestiones relativas a la paz y seguridad internacionales ha estado en continua lucha en contra del terrorismo. El 28 de septiembre, el Consejo adoptó la resolución 1373 (2001), sobre las amenazas a la paz y la seguridad internacionales creadas por actos de terrorismo. Inmediatamente después del ataque del 11 de septiembre en Nueva York y Washington, D.C., a través de la resolución 1368 (2001), el Consejo condenó inequívocamente en los términos más enérgicos los horrendos ataques terroristas en contra de los Estados Unidos de América, e instó a todos los Estados a que colaboren con urgencia para someter bajo justicia a los autores.
Mediante resolución 1333 (2000), se exige a las autoridades de los talibanes que procedan rápidamente a la clausura de todos los campamentos en que se entrene a terroristas.
Mediante resolución 1269 (1999), se condena inequívocamente todos los actos, métodos y prácticas terroristas por considerarlos criminales e injustificables, y llama a los Estados para que apliquen plenamente las convenciones internacionales contra el terrorismo en las que son partes.
Mediante resolución 1267 (1999), se exige que los talibanes entreguen sin más demora a Usama bin Laden a las autoridades competentes para ser enjuiciado.
Instrumentos Jurídicos Internacionales:
Convenio sobre las infracciones y ciertos otros actos cometidos a bordo de las aeronaves, hecho en Tokio el 14 de Septiembre de 1963
Convenio para la represión del apoderamiento ilícito de aeronaves, hecho en La Haya el 16 de diciembre de 1970 (en inglés)
Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil, hecho en Montreal el 23 de septiembre de 1971 (en inglés)
Protocolo para la represión de actos ilícitos de violencia en los aeropuertos que presten servicio a la aviación civil internacional, hecho en Montreal el 24 de febrero de 1988.
Convención sobre la prevención y el castigo de delitos contra personas internacionalmente protegidas, inclusive los agentes diplomáticos, Nueva York, el 14 de diciembre de 1973.
Convención internacional contra la toma de rehenes, aprobada por la Asamblea General en Nueva York el 18 de diciembre de 1979.
Convenio sobre la protección física de los materiales nucleares, aprobada por la Asamblea General en Nueva York y Viena el 3 de marzo de 1980.
Convenio para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de la navegación marítima, hecho en Roma el 10 de marzo de 1988.
Protocolo para la represión de actos ilícitos contra la seguridad de las plataformas fijas emplazadas en la plataforma continental, hecho en Roma el 10 de marzo de 1988
Convenio sobre la marcación de explosivos plásticos para los fines de detección, hecho en Montreal el 1 de marzo de 1991.
Convenio Internacional para la represión de los atentados terroristas cometidos con bombas, adoptado en Nueva York el 15 de diciembre de 1997.
Convenio Internacional para la represión de la financiación del terrorismo, adoptado en Nueva York el 9 de diciembre de 1999
Otras Convenciones
Además de estas convenciones, la Asamblea General ha adoptado la Declaración sobre medidas para eliminar el terrorismo internacional (1994) y la Declaración complementaria de la Declaración de 1994 sobre medidas para eliminar el terrorismo internacional (1996), condenando todos los actos, métodos y prácticas terroristas por considerarlos criminales e injustificables, dondequiera y por quienquiera sean cometidos y se urge a los Estados a tomar medidas al nivel internacional y nacional para eliminar el terrorismo.
El Centro de las Naciones Unidas para la Prevención Internacional del Crimen, con oficinas en Viena, investiga las diferentes tendencias del terrorismo y asiste a los países en la capacitación y sobre todo en la prevención de actos terroristas. Esta oficina pertenece a la Dirección de las Naciones Unidas para el Control de las Drogas y la Prevención del Crimen.https://www.un.org/partners/civil_society/docs/d-terror.htm
MISION DE LA CIDH Y LA OEA
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha condenado en numerosas oportunidades el terrorismo y señalado que no hay causa o pretexto que pueda invocarse para justificar, ataques contra civiles y otros actos proscritos por el derecho internacional.
Con ocasión del ataque terrorista ocurrido el 11 de septiembre del presente año, la CIDH envió sus condolencias y solidaridad al pueblo y al Gobierno de los Estados Unidos, haciéndolas extensivas a múltiples víctimas, ciudadanos de otros Estados, dentro y fuera del continente. El ataque del 11 de septiembre fue un ataque en contra de todos, como lo señalaran los Estados del Hemisferio en la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores.
El terrorismo no debe quedar impune. Los Estados tienen el derecho y aún el deber de defenderse contra este crimen internacional en el marco de las normas internacionales que requieren la adecuación de sus normas internas a los compromisos internacionales.
El ataque terrorista ha resultado en un vigoroso debate para la adopción de normas antiterroristas que incluyen, entre otras cosas, comisiones militares y otras medidas.
La doctrina de la CIDH ha sido que tribunales militares no pueden juzgar civiles, salvo ante la inexistencia material de cortes civiles, cuando tal juzgamiento es de hecho imposible. Incluso y en tal caso, la CIDH ha señalado que el juzgamiento debe reconocer las garantías mínimas establecidas en el derecho internacional, que incluyen la no discriminación entre ciudadanos y quienes se encuentren bajo la jurisdicción de un Estado, juez independiente, derecho de defensa, libre elección, y acceso a las pruebas y posibilidad de contradecirlas.
En el marco de las atribuciones establecidas en el artículo 18 de su estatuto, la CIDH elaborará un Informe sobre Terrorismo y Derechos Humanos, dirigido a asistir a los Estados en la adopción de normas adecuadas en el marco del Derecho Internacional. Dicho informe se publicará luego del Periodo Actual de Sesiones, estableciendo ciertos parámetros a seguir dentro del hemisferio interamericano y las consideraciones a tomar sobre el terrorismo.
Entre las resoluciones de la OEA en condena y prevención del terrorismo, tenemos las siguientes:
Resoluciones de la Asamblea General de la OEA
Resolución 1399 en el Periodo XXIV Ordinario de Sesiones 1996.Cooperación hemisférica para prevenir, combatir y eliminar el terrorismo
Resolución 1492 en el Periodo XXVII Ordinario de Sesiones 1997.Cooperación hemisférica para prevenir, combatir y eliminar el terrorismo
Resolución 1553 en el Periodo XXVIII Ordinario de Sesiones 1998.Cooperación hemisférica para prevenir, combatir y eliminar el terrorismo
Resolución 1650 en el Periodo XXIX Ordinario de Sesiones 1999.Cooperación hemisférica para prevenir, combatir y eliminar el terrorismo
CONSECUENCIAS DEL TERRORISMO
Consecuencias I: Muerte, terror, inseguridad, incertidumbre, desolación, desamparo, barbarie, pánico, consternación, desconcierto, desorganización, ríos de sangre, etc.
Consecuencias II: Venganzas, represalias, desquites, revanchas, amenazas, intimidaciones, peligros y más peligros… más ríos de sangre…
Consecuencias III: Galimatías, confusión, anarquía, incongruencia, incoherencias, desgobierno… caos y más caos…
Si deducimos por las consecuencias -tomemos de «Consecuencias I» el primer término: Muerte-, también deberíamos advertir de las miles de personas que se están muriendo a diario mundialmente por los daños «Colaterales No Naturales».
Que entendemos por daños «Colaterales No Naturales»:
A todas las acciones colindantes, adyacentes o secundarias que afectan en forma negativa sobre las personas, en carácter individual o colectivo, que por el grado de gravidez, producen la muerte de las mismas. Ejemplos de ello son: Las hambrunas; las grandes epidemias o pandemias de enfermedades que pueden erradicarse; los graves accidentes antropogénicos; los asesinatos en masa por motivos políticos, étnicos o religiosos; el uso de armamento de destrucción masiva sobre poblaciones civiles, etc.
Si nos detenemos en analizar estos últimos ejemplos, encontraremos la dicotomía que existe en algunos gobiernos: Los discursos donde levantan la bandera de «antiterroristas» y con la realidad de sus acciones (o inacciones).
Hambrunas: Millones de toneladas de variados alimentos son desechados o destruidos (muchas veces contaminando el ambiente), simplemente, para poder mantener «un valor de mercado». Los seguidores de ese tipo de política económica, opinan que los productos deben ser rentables en su totalidad para ser puesto a la venta, caso contrario, no se justifica para nada, comercializarlos a menor precio, y mucho menos… donarlos.
Las grandes epidemias o pandemias de enfermedades que pueden erradicarse: De la misma manera que se erradicó la Viruela y casi la Poliomielitis, existen todavía muchas otras enfermedades perfectamente erradicables, simplemente, realizando campañas sanitarias masivas y especificas: Vacunación intensiva y simultánea de la población expuesta; campañas de prevención de enfermedades endémicas emergentes o reemergentes de acuerdo a los criterios de la OMS; el tratamiento de las aguas residuales (negras); la potabilización del agua para el consumo humano y animal; el correcto tratamiento de los residuos domiciliarios (RSU), los industriales (peligrosos), los hospitalarios humano y animal (patogénicos) y los resultantes de estudios o investigación en laboratorios (patológicos), son algunas de ellas.
Los graves accidentes antropogénicos: La incorrecta producción, el almacenamiento o el traslado de sustancias y/o elementos peligrosos como consecuencias de la desidia o inexperiencia, sumadas al intento de economizar en factores de seguridad y prevención haciendo caso omiso de las reglamentaciones vigentes. También es un factor de suma importancia, las malas decisiones o negligencias de las autoridades que permiten el asentamiento de poblaciones de bajos recursos en zonas de altos riesgos: Anegadizas (fluviales o marítimas), de alta o mediana actividades sísmicas (volcánicas o de placas tectónicas), climáticas (en bases montañosas expuestas a los aludes de nieve o deslizamientos de rocas y barro), muy cercanas a industrias o actividades peligrosas (manufactureras químicas, recicladoras de desechos especiales, unidades o bases militares, aeropuertos), entre otras.
Los asesinatos en masa: Como consecuencias de las actividades beligerantes subversivas, especialmente, para hacerse del poder político regidor de una nación. Aunque su población está inmersa en la más paupérrima de la pobreza, hay países que tienen un inmenso potencial en recursos naturales renovables y no renovables que estos sicarios se disputan: Diamantes, oro, petróleo, metales estratégicos, madera, agua potable, etc. Ejemplo de ello, tenemos a varios países de África: República Democrática del Congo, Angola, Nigeria, Costa de Marfil y Sierra Leona, para nombrar algunos. En ellos, se produjeron «golpes de estado» por parte de facciones beligerantes contrarias, que en nombre de la libertad y bienestar de sus pueblos masacraron a miles de sus conciudadanos opositores, cuando en realidad, lo único que les importaba era tomar el poder y manejar esas riquezas.
La mayoría de esos intentos de golpes de Estados fueron apoyados e incluso financiados por países o empresas extranjeras, ávidas de lograr posteriormente suculentos contratos de la explotación de sus recursos.
En otras regiones, para lograr los objetivos comerciales o de explotación, especialmente del petróleo y gas, se buscan o se declaran enemigos a gobernantes que antes sirvieron a sus propósitos, pero que, por distintas razones, dejaron de ser aliados y se pusieron en la vereda de enfrente.
Ejemplo de ello tenemos a la «Guerra del Opio» (1839-1842) entre China y Gran Bretaña, a consecuencia de la prohibición del emperador chino a la introducción inglesa de ese narcótico a China. La paz fue firmada en Nanking en 1842, pero Gran Bretaña como compensación, logró importantes beneficios económicos y la isla de Hong Kong.
Otra. La «Guerra de la Triple Alianza» (1864-1870) -personalmente la denomino como la Guerra de la Triple Vergüenza- entre la República del Paraguay y la «alianza» formada por Argentina, Brasil y Uruguay. Con la excusa de las pretensiones expansionistas del «dictador» paraguayo Francisco Solano López sobre Argentina y Brasil, se produjo una sangrienta y atroz masacre de casi toda la población masculina del Paraguay, se destruyó su activa y moderna (para la época) industria siderurgia y debió abrir obligatoriamente sus mercados a las potencias extranjeras, especialmente, a las franco-inglesas. Argentina aprovechó para sacarse de encima a gran parte de la población afroamericana ex-esclava que todavía le quedaba para mandarla al frente de batalla a morir «por la Patria».
Hoy, con leer los diarios entre líneas nos daremos cuenta que los planes de políticas económicas de las empresas más importantes, especialmente los bancos internacionales, son muchos más poderosos que los de muchos gobiernos, incluso, que los de algunos miembros del G7.
Ejemplos de las matanzas en masa por motivos religiosos la historia universal está colmada de ellos y creo que no podríamos enumerarlos a todos. Desde los sacrificios en masas que se hacían a los dioses de la antigüedad (especialmente jóvenes y prisioneros), pasando por los que murieron construyendo monumentos funerarios y religiosos, hasta los millones que en nombre de la Santa Inquisición española brutal y despiadadamente se torturaron y asesinaron simplemente por pensar distinto (o simplemente por pensar), o el «suicidio» en masa de casi un millar de fieles en Guyana hace casi tres décadas.
El uso de armamento de destrucción masiva sobre poblaciones civiles: En los últimos meses se le pone énfasis al armamento químico-biológico o gases inhalantes tóxicos. Los ataques de Ántrax se pusieron de moda, pero solamente éstos en su gran mayoría, eran realizados en la mente de los funcionarios que querían aprovecharse psicológicamente del efecto en la población para sacar ventajas propias. Siempre retornan algunos que quieren hacernos comer algunos sapos. Aparecieron los aprovechados para comercializar cualquier tipo de «efectivas» máquinas detectoras y destructoras de bacterias, virus y otros en las correspondencias.
Pero, evaluemos otras variables. El defectuoso almacenamiento o la indebida concentración de residuos peligrosos y/o especiales, o su vuelco a los cursos de agua (superficiales), o su inyección a las napas (subterráneas), o a los basurales sin las correspondientes medidas de seguridad (que producen el percolado de un lixiviado tóxico), etc. ¿No se transforman en un arma de destrucción masiva, y para peor, lenta, silenciosa y difícil de remediar?
Más aún. Los gobiernos que permiten a sus industrias que continúen emitiendo a la atmósfera millones de toneladas de gases de efecto invernadero, de los cuales -según muchos científicos- se conoce que fehacientemente afectan directamente sobre el cambio climático, y que sumados a los CFC -y que también muchos afirman- que perturban y destruyen la delgada capa ozono estratosférico, no hacen nada para evitarlo o muy poco para remediarlo ¿no deberían considerarse también como un arma de destrucción masiva? Sí. Por supuesto que sí. ¿No correspondería considerarlos también a ellos como terroristas?

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