El Gobierno pondrá en marcha comisión de reparación de víctimas por acciones de grupos ilegales
Comenzará su trabajo en dos semanas, integrada por el académico Eduardo Pizarro, Jaime Jaramillo, el obispo Nel Beltrán y dos mujeres más.
Aunque la ley ordena que el Vicepresidente de la República presida la Comisión de Reparación y Conciliación, el Gobierno se despojará de esta posición para generar mayor transparencia en el proceso.
El vicepresidente, Francisco Santos, confirmó este domingo esa decisión y dijo que se trata de una actitud sincera para «desgobiernizar» el proceso y darle más confianza a esta nueva etapa de la Ley de Justicia y Paz.
Santos le entregará la presidencia de este organismo, desde su primera sesión, a Eduardo Pizarro, catedrático e investigador de la Universidad Nacional, y hermano del extinto jefe del M-19 Carlos Pizarro.
El comisionado Luis Carlos Restrepo anunció que en la primera sesión se realizará dentro de dos semanas en La Gabarra (Norte de Santander), un lugar que las autodefensas controlaron por espacio de 6 años.
En La Gabarra se pondrá enmarcha la primera Comisión Regional de Restitución de Bienes. Las autodefensas entregaron allí 56 predios urbanos y 105 rurales.
La comisión
Se trata de la comisión de mayor nivel que el país haya tenido para intervenir en la solución del conflicto armado y reparar a las víctimas, en cumplimiento de la Ley de Justicia y Paz.
La ley faculta a sus miembros para hacer seguimiento y verificación a los procesos de reincorporación, garantizar la desmovilización plena de los grupos armados ilegales y evaluar la reparación y la restitución a las víctimas.
Esta semana quedará conformada toda la comisión. De ella forman parte, por derecho propio: el Vicepresidente de la República o su delegado, quien la presidirá; el Procurador General de la Nación o su delegado; el Ministro del Interior y de Justicia o su delegado; el Ministro de Hacienda y Crédito Público o su delegado; el Defensor del Pueblo, dos Representantes de Organizaciones de Víctimas y el Director de la Red de Solidaridad Social, quien desempeñará la Secretaría Técnica.
Por mandato de la ley el Gobierno deberá nombrar a cinco personalidades, entre ellas dos mujeres, y a dos voceros de las víctimas. El Gobierno ofreció una de las dos bancas para mujeres a Ana Teresa Bernal, líder de la Red Nacional de Iniciativas por la Paz y contra la Violencia.
Bernal dijo ayer a EL TIEMPO que recibió el ofrecimiento del Gobierno, pero que tomará la decisión esta semana cuando evalúe las posibilidades de acción de la comisión.
Los escogidos
Eduardo Pizarro Leongomez.
Sociólogo. Profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri), de la Universidad Nacional. Experto en conflicto. Hermano del líder del M-19, Carlos Pizarro, asesinado en abril de 1990.
Monseñor Nel Beltrán Santamaría.
Obispo de Sincelejo. Participó en los diálogos de paz entre el gobierno de César Gaviria y la Corriente de Renovación Socialista. Creó la Comisión de Conciliación de Sucre. Miembro de la Red Desarrollo de los Montes de María.
Jaime Jaramillo Panesso.
Abogado. Fundador y miembro de la Comisión Facilitadota de Paz de Antioquia. Fue asesor de Paz y Cultura de la Gobernación de Antioquia (1995-1998) y representante a la Cámara (1974-1978).
‘Canjear deuda’: Pizarro
En su primera declaración como presidente de la Comisión de Reparación y Reconciliación de Víctimas de la Violencia, Eduardo Pizarro propone un gran fondo para resarcir.
¿Cuáles son sus desafíos?
«El primero es crear un fondo de reparación de las víctimas con recursos de los victimarios, del presupuesto nacional y de la comunidad internacional. Que Japón, Estados Unidos y la Unión Europea donen al Fondo para la Reparacion de las víctimas parte de la deuda colombiana.
Hay que determinar quiénes son las víctimas y agruparlas para que tengan interlocución y exijan el cumplimiento de la ley.
Es fundamental crear una comisión de la verdad en el futuro, fuera de toda sospecha, de alto reconocimiento social, que permita construir esa historia compartida como la que hizo Ernesto Sábato, en Argentina, que se llamó ‘nunca jamás’.
La comisión tenga un alto respaldo nacional, que sea muy representativa del país, de las rgiones, de los sectores de la sociedad, que haya representación de la Conferencia Espiscopal, de las mujeres, de las organizaciones de paz, que se gane la confianza de las asociaciones de víctimas y de la comunidad internacional para que nos brinde su apoyo»