Escándalo de corrupción en Brasil salpica a familia del presidente Luiz Inácio Lula da Silva
Según divulgó este domingo el diario O Estado de Sao Paulo. el Partido de los Trabajadores usó dinero de los fondos públicos para pagar viajes.
De acuerdo con la denuncia, los hijos de Lula y sus familiares, así como la esposa y una hija del ministro de Hacienda, Antonio Palocci, hicieron varios viajes entre Sao Paulo y Brasilia pagados por el PT, con «fondos partidarios». Esos fondos corresponden al dinero que el Estado entrega a los partidos políticos para sus campañas y, por ley, no pueden ser usados para otros fines.
Sostiene que los viajes se realizaron entre diciembre del 2002 y enero del 2003, en plena transición entre el gobierno de Fernando Henrique Cardoso y el de Lula, que asumió el primero de enero del 2003.
El diario publica además copias de documentos sobre el caso obtenidas en archivos oficiales y correspondientes a las cuentas del PT en el 2003, que aún son examinadas por las autoridades electorales.
En medio de esta nueva denuncia, el diario Folha de Sao Paulo publicó ayer una entrevista con el vicepresidente José Alencar, en la que se reaviva el tema de la posible destitución de Lula por asuntos de corrupción.
Alencar dijo que no cree que el jefe de Estado pueda ser destituido por corrupción, renovó su fidelidad al Presidente, pero aclaró que, si se llegase a ese extremo, estará»listo para asumir» el cargo.
Desde hace casi cuatro meses, cuando comenzaron a salir los escándalos de corrupción en torno al PT y al Gobierno, sectores de oposición alientan la posibilidad de llevar a Lula a un juicio con fines de destitución, por irregularidades en su campaña electoral y otros asuntos denunciados sobre su gestión.
‘Nunca haría eso’
En opinión de Alencar, los escándalos afectan solamente al PT y a otros partidos, y Lula está desvinculado de ellos.
«Creo que Lula es una víctima del desastre de su partido», dijo Alencar a Folha.
«El PT es el gran responsable de todo esto» y arrastró a otros partidos en sus corruptelas, dijo el Vicepresidente.
Alencar renunció la semana pasada al Partido Liberal porque se sentía «contrariado con todo este cuadro, con esta crisis política brutal, que afecta a todos los que están en la vida pública».
Alencar admitió su deseo de ser presidente de Brasil, un sueño que «todo hombre público tiene», pero aclaró que «como resultado de una elección», e insistió en que «no haría nada para perjudicar al presidente Lula».
No obstante, declaró que si sucediera la destitución, asumirá la Presidencia y cambiaría la política monetaria. Alencar es un industrial de 73 años que desde el inicio del gobierno ha sido crítico de la política ultraortodoxa del Banco Central, que de manera autónoma del gobierno define cada mes la tasa de interés, que está en 19,75 por ciento al año.
BRASILIA