MICHELLE LOCKE
Associated Press
HAYWARD, California, EEUU – Dos hombres que tuvieron relaciones sexuales con un adolescente travestí y después descubrieron que ella era biológicamente hombre, fueron condenados el lunes por su muerte, pero exonerados por el cargo de crimen por odio.
Michael Magidson y José Merel, ambos de 25 años, enfrentan sentencias de 15 años a cadena perpetua sin derecho a libertad previa por homicidio en segundo grado relacionado a la muerte de Gwen Araujo, quien fue golpeada, atada y estrangulada.
El jurado se quedó estancado en el caso de un tercer hombre, Jason Cázares, de 25 años, siendo la segunda ocasión en que un jurado no logra llegar a un veredicto sobre su participación.
Araujo, de 17 años, nació como varón y recibió el nombre de Edward, pero creció creyendo que su identidad verdadera era de mujer. Los acusados, que conocían a la víctima como Lida, la conocieron en el verano de 2002.
Magidson y Merel tuvieron encuentros sexuales con ella, experiencias que alimentaron sus sospechas sobre el género de Araujo.
La cuestión estalló en la madrugada del 4 de octubre de 2002 en una confrontación en la casa de Merel en el suburbio San Francisco de Newark.
En el primer juicio, los tres acusados se mantuvieron unidos, con sus abogados atacando al testigo principal de la fiscalía, Jaron Nabors, quien también estuvo en la casa la noche que Araujo murió y a quien se le permitió declararse culpable de homicidio involuntario.
Pero en el segundo juicio, la unión de los acusados se agrietó, con Merel implicando a Magidson.
Nabors testificó en ambos juicios que Araujo fue atacada salvajemente luego de revelarse su identidad biológica cuando le quitaron su ropa interior. Nabors dijo que no vio el asesinato, pero vio a a Magidson tirar una cuerda hacia el cuello de la adolescente.
Magidson testificó que golpeó y ató a Araujo, agregando que aunque no recuerda muchas cosas ocurridas esa noche, él estaba seguro de que no la estranguló. El señaló que Nabors fue el asesino.
Pero Merel, testificando por primera vez, no soportó la presión y lloró cuando el fiscal Chris Lamiero le preguntó directamente si Magidson había admitido haber estrangulado a Araujo.
Merel testificó que Magidson le había dicho que si la cosa se complicaba él debía identificar a Magidson como el asesino.
Una autopsia mostró que Araujo murió por asfixia asociada con heridas en la cabeza.
Nabors testificó que Merel golpeó a Araujo en la cabeza con una lata y también con una cacerola.
Cázares dijo que estaba afuera de la casa cuando ocurrió el homicidio y sólo ayudó a enterrar el cadáver en las colinas de Sierra Nevada.