ADAM NOSSITER
Associated Press
NUEVA ORLEANS – Los esposos dueños de un asilo de ancianos donde murieron 34 personas a consecuencia de las inundaciones generadas por Katrina fueron acusados de homicidio por negligencia.
Este caso es el proceso criminal de mayor importancia hasta ahora luego del desastre en Nueva Orleáns.
Entretanto, el número de muertos tras el paso del huracán Katrina se incrementó el martes a 423 sólo en Luisiana, un incremento respecto a los 279 del día anterior, informó el Departamento de Salud.
Las autoridades dijeron que el número de muertos en el asilo St. Rita’s Nursing Home, en la población de Chalmette, habría sido menor si los dueños hubieran respondido adecuadamente a las advertencias de desalojar a los adultos mayores mientras Katrina tocaba tierra el 29 de agosto.
Se le preguntó a los dueños del asilo «si querían sacarlos (a los ocupantes del asilo). Ellos dijeron que no. Se les advirtió reiteradamente que se acercaba esta tormenta. En efecto, el hecho de que no actuaran resultó en la muerte de estos pacientes», dijo el fiscal general de Luisiana, Charles Foti.
Salvador A. Mangano y su esposa Mable se pusieron a disposición de las autoridades para enfrentar 34 cargos de homicidio por negligencia. Cada uno conlleva una pena de hasta cinco años de prisión.
Foti dijo que investiga también el descubrimiento de más de 40 cadáveres en el hospital Memorial Medical Center, en la zona de Uptown, el cual continúa inundado.
Los Mangano tenían un plan de evacuación conforme las leyes estatales, así como un contrato con un servicio de ambulancias para evacuar a los pacientes, pero no se pusieron en contacto con la empresa, expresó Foti.
Asimismo, rechazaron un ofrecimiento de funcionarios del municipio de Saint Bernard, los cuales les preguntaron si querían ayuda para evacuar el asilo, indicó.
Foti expresó que los cuerpos no han sido identificados y no está seguro acerca de cuántas de las víctimas eran pacientes o personal del asilo.
En tanto, el aeropuerto de la ciudad fue reabierto a los vuelos comerciales por primera vez desde el paso de Katrina, mientras que el puerto también reiniciaba operaciones.
La lenta recuperación de la ciudad se da en medio de promesas de la Casa Blanca y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), de aprender de sus errores e incrementar sus esfuerzos para ayudar a las víctimas de la tragedia.
El vuelo 947 de la aerolínea Northwest procedente de Memphis, Tenesí, fue el primer avión comercial que llegó al aeropuerto internacional Louis Armstrong desde la tormenta. El aparato aterrizó con unas 30 personas a bordo, un número muy inferior a la capacidad del aparato.
Entre los pasajeros viajaban rescatistas de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) y de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Algunos de ellos traían consigo apenas unos pocos artículos personales en bolsas de plástico.
Entre quienes regresaban a Nueva Orleáns se encontraba Steven Kischner, quien dijo que el ambiente dentro de la nave era «fúnebre».
«Estoy ansiosa por llegar a mi casa para ver cómo está», dijo Sandy Rozales, que vivía en la sección de Lakeshore, cerca de uno de los diques quebrados, y se marchó en el último vuelo que salió de la ciudad, el 28 de agosto.
Indicó que las personas a bordo del avión «estaban preocupadas acerca de lo que verían cuando llegaran a casa y esperaban no encontrarse lo peor».
Si bien el aeropuerto ya comenzó a funcionar desde el día siguiente al paso del huracán, utilizando generadores para cubrir sus necesidades eléctricas, sus pistas se reservaron hasta el martes para vuelos de emergencia.
La recuperación de la ciudad también podía apreciarse en su puerto. Un embarque de bobinas de acero zarpó del puerto en una barcaza el lunes, camino a una planta de la empresa Hyundai en Greenville, Alabama, dijo el vocero portuario Chris Bonura.
La terminal esperaba el martes su primer barco de carga desde el huracán, que traía a bordo cargamentos de café y productos de madera de Argentina, Brasil y México, dijo Gary LaGrange, presidente de la autoridad portuaria.
«Este es un momento histórico. Hace dos semanas el diagnóstico decía que tardaríamos seis meses, así que el hacerlo pronto, para que nuestros clientes tengan suficiente fe y confianza en nosotros, es algo alentador», dijo LaGrange. «Desde un punto de vista comercial y psicológico, esto nos da cinco estrellas. Le demuestra al pueblo de Nueva Orleáns que su ciudad ha regresado a los negocios».
El puerto de Nueva Orleáns es la entrada a un sistema de ríos que conecta a 33 estados, a lo largo del Misisipí y sus tributarios. Asimismo, el puerto se conecta con seis líneas ferroviarias.
Durante un recorrido por Misisipí, el secretario de Transporte Norman Y. Mineta declaró que Katrina era el peor desastre para el sector en la historia de Estados Unidos.
Mineta indicó que Katrina afectó puertos, carreteras y ríos. «Sumando todo eso encontramos que es de un alcance mucho mayor que cualquier otra cosa que hayamos experimentado», dijo.
El gobierno estima los daños a carreteras y puentes de Misisipí y Luisiana en 3.000 millones de dólares.
En Washington D.C., el presidente George W. Bush dijo «asumo la responsabilidad» de las fallas del gobierno al enfrentar al huracán e indicó que el desastre ponía en duda la capacidad de la nación para responder a desastres naturales, así como a atentados terroristas.
«¿Somos capaces de enfrentar un ataque grave? Esa es una pregunta muy importante y es en el interés de la nación que determinemos lo ocurrido, a fin de que podamos responder mejor», dijo el mandatario.
En tanto, el nuevo director de la FEMA prometió intensificar los esfuerzos para encontrar vivienda permanente para las decenas de miles de sobrevivientes de Katrina que ahora están en refugios.
«Vamos a sacar a la gente de los refugios. Vamos a actuar y a darles la ayuda que necesitan», dijo R. David Paulison en sus primeras declaraciones públicas desde que sustituyó en el cargo a Michael Brown. Brown renunció en respuesta a las críticas contra la deficiente actuación del organismo y el gobierno en general ante el desastre.
Entretanto, el forense de la ciudad, el doctor Frank Minyard, dijo que se realizarán autopsias a los cadáveres de por lo menos 44 personas halladas en el Centro Médico Memorial.
Se desconocía la cifra exacta de cadáveres hallados el domingo en esa institución, de 317 camas. Un funcionario estatal dijo que eran 45; un administrador dijo que eran 44, más tres hallados en terrenos del hospital.
Steven Campanini, vocero de la empresa dueña del Centro Médico Memorial, Tenet Healthcare Corp., dijo que algunos pacientes murieron antes del arribo de Katrina y que ninguno de los decesos se debió a falta de alimentos, agua o electricidad para permitir el funcionamiento de equipos médicos.
Dave Goodson, un administrador del centro médico, dijo que los pacientes murieron mientras aguardaban la evacuación, cuando las temperaturas en el hospital alcanzaron los 41 grados centígrados (106 Fahrenheit).
Familiares y enfermeras «acompañaban a los pacientes y los abanicaban», dijo. «Estos pacientes no fueron abandonados».
El forense dijo que podrían ser realizados más descubrimientos de ese tipo conforme retrocedan las aguas.
«Podría haber todavía muchas personas atrapadas en esas profundas aguas», dijo Minyard. «Mi gran temor es que encontremos algo muy desproporcionado. Esperamos que no suceda, pero estamos preocupados».