Gobierno brasilero acude al deporte para controlar la violencia

Río de Janeiro aplica estrategias de Bogotá, para reducir sus índices de violencia
El ex alcalde, Enrique Peñalosa, enseñó su Proyecto de Convivencia Ciudadana a una comisión de funcionarios brasileños que visitó Colombia en febrero.
Everton de Oliveira tiene 14 años y Marcio Meirelles, 12. Y son dos de los 12 mil habitantes de Santa Marta, una de las 516 favelas que hay en Río de Janeiro.
Los dos tienen el mismo sueño de la mayoría de niños y jóvenes en Brasil: convertirse en estrellas de fútbol. Sin embargo, saben de las dificultades para alcanzar esa meta.
Su futuro es tan incierto como el que pueden afrontar dos pequeños de Ciudad Bolívar, en Bogotá. Rodeados de pobreza y violencia, el delito podría empezar a tentarlos.
Parte de las esperanzas de los niños de las favelas está en una iniciativa del Gobierno Federal de Brasil. Se trata del proyecto Seguridad Ciudadana, que, inicialmente, busca vincular a más de 14 mil habitantes de favelas a la organización y puesta en marcha de los Juegos Panamericanos del 2007. Es el primer gran paso dentro de un plan previsto para ser ejecutado en el período 2005–2007.
La Secretaría Nacional de Seguridad Pública de Brasil (Senasp) se inspiró en los resultados que desde la alcaldía de Enrique Peñalosa se han visto en la capital colombiana. “El objetivo es reducir los índices de violencia, incluso después de que terminen los juegos.
En Bogotá, en muy pocos años, pasaron de 80 a 23 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, gracias a las inversiones en zonas de alto riesgo. Nosotros tenemos ahora ese indicador en 73,6 por cada 100 mil habitantes”, dijo José Medeiros, coordinador de Acciones Integradas de la Senasp.
La influencia ‘cachaca’
El primer paso es ofrecer capacitación gratuita en inglés y español a 10.400 jóvenes. Ellos serán guías cívicos en lugares cercanos a los escenarios deportivos y en los centros de atracción turística durante los juegos. Los cursos empezarán antes de dos meses y durarán un año y medio. En total, el gobierno invertirá cerca de 300 millones de reales (300 mil millones de pesos). Se espera que el total de habitantes de las favelas –más de un millón– sean beneficiados de manera directa o indirecta.
Las semejanzas entre el proceso bogotano y el proyecto carioca son varias: capacitación para jóvenes y adultos y su vinculación al mercado de trabajo, formación y puesta en marcha de un programa de ‘guías cívicos’, construcción de espacios urbanos seguros, además de actividades lúdicas como olimpíadas entre favelas.
Este proceso se inició en febrero de este año, cuando una comisión de funcionarios brasileños visitó Colombia. El PNUD en Bogotá hizo contacto con el ex secretario de Gobierno de la administración Peñalosa, Héctor Riveros, quien les explicó el Proyecto de Convivencia Ciudadana, ejecutado en Bogotá.
La Senasp logró que Riveros se convirtiera en consultor del proyecto. El plan de trabajo original fue planteado, casi en su totalidad, por el ex funcionario colombiano. De ahí que los cinco pilares del de Brasil tengan un “sabor” muy familiar para los bogotanos: fortalecimiento de cultura ciudadana, disminución de los factores de riesgo, prevención situacional, resolución pacífica de conflictos y fortalecimiento institucional.
“La idea es no segregar comunidades, sino hacerlas partícipes a todas de los juegos. Al final, quedará un legado para la ciudad con la disminución de índices de criminalidad y construcción de nuevos espacios deportivos; además, la gente tendrá capacitación y experiencia laboral, igual como ocurrió en Bogotá», señaló Meirelles.
Después de conocer detalles del proyecto, Marcio quiere estudiar español para mejorar sus posibilidades de estudiar biología, Leonardo espera aprender inglés y Everton también quiere aprender español.
Según él, lo va a necesitar cuando su pase de futbolista lo compre el Real Madrid, el equipo llamado galáctico.
ÓMAR APONTE
Especial para EL TIEMPO
Río de Janeiro, Brasil

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