Houston, EEUU. El huracán Rita alcanzó la categoría cinco, la máxima en la escala de intensidad Saffir-Simpson, con vientos de 265 kilómetros por hora y mantiene su trayectoria hacia la costa del estado norteamericano de Texas.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH), con sede en Miami, informó sobre el aumento en la intensidad de los vientos y alertó de que es un huracán «extremadamente peligroso», indicó Efe.
Rita tiene una gran fuerza destructora capaz de ocasionar grandes marejadas, arrasar con edificios y casas y provocar graves inundaciones.
La Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) de EEUU anunció que ha recabado refuerzos de equipos médicos, militares y de especialistas en comunicaciones para prestar asistencia a las zonas que puedan verse afectadas por el poderoso huracán.
«Vamos a garantizar la disponibilidad de todos los recursos necesarios», aseguró en rueda de prensa David Paulison, director en funciones de la Agencia.
Ante el previsto embate de Rita, el gobernador de Texas, Rick Perry, ya ha declarado el Estado como área de desastre y las autoridades de las ciudades de Galveston y Houston ya han ordenado evacuaciones obligatorias en algunas zonas.
«Pedimos a todos los residentes del área de Houston que empiecen a hacer planes de evacuación», dijo White en rueda de prensa en la que solicitó la salida voluntaria de la población de las zonas más bajas y más propensas a inundaciones.
Nueva Orleans en el camino
Dentro de su posible trayectoria se encuentran el norte de México y el oeste de Louisiana, donde también se está llevando a cabo evacuaciones obligatorias. La situación es especialmente preocupante en la ciudad de Nueva Orleans porque los diques de contención de agua no están del todo restablecidos y no podrían hacer frente a los efectos de un nuevo huracán, ni tan siquiera los de una tormenta de lluvia.
Texas ya ha sufrido el embate de un peligroso huracán, en septiembre de 1900 un ciclón ocasionó en Galveston la muerte de más de 8.000 personas, lo que se considera uno de los peores desastres naturales en la historia de Estados Unidos, según datos del CNH.
Además, alberga a unos 400.000 damnificados que huyeron de Louisiana tras el devastador paso del huracán Katrina, que el pasado 29 de agosto azotó además los estados de Mississippi y Alabama, ocasionando la muerte de centenares de personas.
Ante la trayectoria de Rita y la fuerza destructora de sus vientos, el presidente de EEUU, George W. Bush, advirtió que «debemos prepararnos para lo peor».
El mandatario ya ha emitido declaraciones de zonas de desastre en los lugares donde se prevé que pueda tocar tierra Rita, para facilitar el envío de fondos federales en concepto de ayuda de emergencia.
Las autoridades federales estadounidenses, fuertemente criticadas por su lenta respuesta al embate de Katrina, cuyo saldo oficial de muertos sobrepasa los 1.000, enviaron camiones con agua, alimentos y hielo a las ciudades texanas de Austin, Houston y San Antonio, y movilizaron más de 300 médicos y más de 130 rescatistas a la región.
Otros 300.000 guardias nacionales están listos en todo el país (1.000 en Texas) para intervenir en cualquier crisis, y el Ejército estadounidense se preparaba para intervenir si se lo piden las autoridades federales.
El Ejército estadounidense desplegaba barcos y helicópteros a lo largo de la costa del golfo de México y revisaba los planes de respuesta ante catástrofes naturales en vista de la fuerza del huracán.
Estaba previsto que el Comando Norte estadounidense eligiera un comandante para un destacamento para coordinar la respuesta militar al huracán Rita conjuntamente con autoridades federales y estatales, dijo Bryan Whitman, un portavoz del Pentágono.