Juez inglés se instaló en La Habana por litigio sobre piezas musicales

Una disputa judicial sobre los derechos de algunas piezas de música cubana para usarse en el Reino Unido, se trasladó desde Londres hasta La Habana marcando un hecho sin precedentes.
Un magistrado británico se trasladó a Cuba para escuchar las versiones de testigos -muchos músicos octogenarios-, luego de que varios intentos mediante transmisiones de video en línea fallaron por problemas técnicos.
En vista de las altas temperaturas de la isla, el juez que viaja para conocer el caso recibió autorización para no llevar la peluca que se impone a los magistrados en el sistema judicial británico.
La pugna se centra en los derechos de autor de 14 piezas, cuyos compositores ya fallecieron. Sin embargo, se considera que el desenlace de este caso puede marcar un precedente para los derechos de miles de canciones cubanas.
La empresa estadounidense Peer Music asegura ante los tribunales que tiene plenos derechos sobre varias piezas, sin embargo, la compañía pública Editora Música de Cuba (EMC) alega que muchos contratos presuntamente fueron firmados por los músicos en condiciones desventajosas.
Los abogados de ambas partes también entrevistarán a varios de los testigos citados.
Historia
Buena Vista Social Club generó de nuevo interés masivo en la música cubana.
El corresponsal de la BBC en La Habana, Stephen Gibbs, explica que buena parte de los acuerdos comerciales que logró Peer ocurrieron entre la década de los años treinta y cincuenta, antes de la revolución, cuando la música de la isla estaba de moda en Estados Unidos.
Sin embargo, explica Gibbs, luego de que EE.UU. impusiese el embargo comercial sobre Cuba se cortó el envío de las ganancias a los autores de las piezas. Peer asegura que mantuvo estos recursos en cuentas individuales para los herederos naturales de los músicos.
No obstante, los abogados de EMC argumentan que los contratos efectuados con los músicos antes de la revolución se hicieron con artistas pobres y pocos educados, «por algunos pesos y quizás hasta un trago de ron».
El representante legal de EMC, el británico Graham Shear, asegura que el caso va más allá del dinero, «es un asunto de herencia cultural».
Otro elemento a considerar, es que la música cubana hasta mediados de los años noventa se mantuvo en el olvido, hasta que se lanzó la película (y el disco) de Buena Vista Social Club en 1997.
A partir de entonces aumentó considerablemente la demanda y consumo del material musical producido en la isla, generando mayor valor sobre la disputa judicial que se trasladará ahora a La Habana.

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