Julio Rodríguez. SANTIAGO DEL ESTERO. ESPECIAL
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La detuvieron en plena calle por ejercer la prostitución y la llevaron a una comisaría para labrarle un acta de contravención. La joven de 14 años todavía estaba narcotizada cuando empezó a contar que una banda la obligaba a prostituirse. Unas horas después, más lúcida y delante de una jueza de Menores, la chica dio detalles del funcionamiento de una red de prostitución de menores y tráfico de bebés y drogas, que opera en Santiago del Estero, Catamarca, La Rioja y Córdoba.
A partir de la declaración de la joven (a quien se mantiene en reserva y como testigo protegida), la Justicia santiagueña intervino junto al Gobierno provincial e investiga a un grupo con ramificaciones en esas cuatro provincias.
El caso se conoció ayer, pero el juez que lleva adelante la investigación, el titular del Juzgado del Crimen de Primera Nominación de La Banda, Mario Medina, trabaja ya hace poco más de tres meses en una causa sobre esta red de prostitución infantil, tráfico de bebés y de drogas.
El sábado pasado, la menor de 14 años fue detenida en pleno centro de La Banda, a 7 kilómetros de la capital santiagueña, mientras ejercía la prostitución.
Fue derivada a la Comisaría del Menor y la Mujer, de La Banda, y luego interrogada por la jueza de Menores de Santiago, María Silvia Cuestas de Molina.
La joven aportó algunos datos que alarmaron a la jueza, que inmediatamente se los comunicó al juez Medina y dispuso profundizar las investigaciones.
«Al momento de la detención, la menor estaba en un estado letárgico, como drogada, no daba su nombre real y relató que se había fugado de un lugar en el que la tenían secuestrada», detalló la fuente.
Ayer, Clarín intentó comunicarse con el juez, pero no logró ubicarlo. Una fuente ligada a la causa contó que la joven padece «alteraciones psicológicas», por esa razón se han ordenado pericias para saber si éstas son producto de un suministro habitual de estupefacientes.
Una vez que se la derivó al Juzgado de Menores, ya sin los efectos de alguna droga, la chica reiteró lo primero que había dicho en la sede policial. «Dijo que existe una mujer mayor que se dedica a levantar chicas de la calle y que las iniciaba sexualmente», contó la misma fuente. En su relato dio datos del lugar donde había estado secuestrada, junto a otras chicas.
Pero ayer, Medina junto a una comisión policial y la menor, recorrieron diversos lugares de La Banda y de Fernández, una ciudad a 50 kilómetros de Santiago, para tratar de ubicar el prostíbulo. No lo encontraron, aunque la información que le dio la joven concordaba con la que él mismo había obtenido antes de la detención de la chica.
Medina decidió entonces volver a tomarle declaración. «Esta vez ella tiró el nombre de una mujer que estaba sospechada de regentear un lugar y que tiene residencia en Santiago», explicaron desde el juzgado. Con esos nuevos datos anoche se realizaba un allanamiento en La Banda para intentar encontrar el lugar donde estaba ubicado el prostíbulo.
Parte del relato también alertó y orientó la investigación hacia el tráfico de bebés. La joven dijo que tuvo dos embarazos, se la revisó y se constató que se le había practicado una cesárea. «En su declaración, aseguró que cuando tuvo una hija, la hicieron entrar al hospital (no recuerda si en Santiago o La Banda) con un nombre ficticio; tuvo el bebé, lo vio y la mujer sospechada se lo llevó. Dijo que en el segundo embarazo, las contracciones las tuvo en Córdoba. Contó que le pusieron una inyección y la llevaron a un lugar, pero que cuando se despertó ya había parido y le habían quitado al recién nacido. Nunca lo conoció». Esto es lo que relató la joven y se lo reprodujo a Clarín una fuente de la causa.
La menor contó también que la banda recorría lugares marginales de Santiago durante la siesta, para «reclutar» menores. «Ellos hacían varios viajes a Catamarca, La Rioja y Córdoba, llevando y trayendo menores», contó.