JOHN SEEWER
Associated Press
TOLEDO, Ohio, EEUU – La policía informó el domingo que arrestó a 114 personas por diversos cargos luego de disturbios que estallaron a raíz de una marcha de supremacistas blancos.
Los detenidos fueron encausados de cargos de ataque, vandalismo, desobediencia a una orden policial, no obedecer las órdenes de retirarse e ignorar el toque de queda,
Los disturbios ocurrieron el sábado cuando una multitud compuesta principalmente por residentes negros se acercó a un parque de la ciudad, donde se estaban reuniendo los miembros del grupo supremacista antes de comenzar su marcha.
Unas dos decenas de miembros del Movimiento Nacional Socialista, grupo que se hace llamar «el Partido Nazi de Estados Unidos», estaban por comenzar una marcha bajo protección policial.
Los alborotadores atacaron a pedradas a la policía, dañaron vehículos y tiendas e incendiaron un bar, dijeron las autoridades. La marcha de los supremacistas se suspendió.
Varios hombres se abalanzaron sobre una tienda, mientras que otros volcaron vehículos. Varios automóviles fueron incendiados.
Durante varias horas, unos 150 policías persiguieron a grupos de jóvenes por las calles. Agentes lanzaron bombas de gas y petardos diseñados para aturdir a los sospechosos, solamente para ver cómo los grupos se reagrupaban y les lanzaban piedras y botellas.
Un total de 12 agentes resultaron heridos, incluyendo una mujer policía que sufrió una conmoción cuando un ladrillo pasó por una ventana lateral de su automóvil patrulla y le pegó en la cabeza, dijo el domingo el teniente Ron Pfeifer.
La multitud violenta finalmente retrocedió y luego se dispersó.
Las autoridades decretaron un estado de emergencia durante todo el fin de semana. Aproximadamente 200 agentes patrullaron el barrio de noche, dijo el jefe de la policía, Mike Navarre, durante una conferencia de prensa el domingo.
Navarre dijo que los agentes del orden estaban preparados para el estallido de disturbios, pero agregó que la protesta duró mucho más y fue más intensa de lo que esperaban.
Las autoridades ordenaron un toque de queda la noche del sábado y otro similar estará en vigencia a partir de las 20.00 horas del domingo.
Las autoridades de la ciudad enfatizaron el domingo que los disturbios estuvieron confinados a una zona de unos dos kilómetros cuadrados.
Sólo unas cuantas personas salieron a las calles el domingo por la mañana, para rastrillar hojas de árboles, sacar a sus perros al parque o acudir a la iglesia.
Un residente, Keith White, de 29 años, criticó a las autoridades de la ciudad por permitir la marcha de los supremacistas: «Ellos les permitieron venir aquí. ¿Esperaban que esto no fuera a pasar?», preguntó.
