N. BIERMAN y T. FIGUERAS
The Miami Herald
Los trabajadores federales, estatales y locales de emergencia insistieron ayer que estaban colaborando estrechamente y tratando al huracán Wilma con sentido de urgencia, preparando los rescatistas y con camiones repletos de provisiones de emergencia en las horas antes de la llegada del huracán.
Cientos de empleados de la Agencia de Control de Emergencias (FEMA) y camiones del estado transportaron hielo, agua y alimentos estilo militar »listos para comer» a la Base de la Reserva Aérea de Homestead y la Estación Naval de Jacksonville.
Cuatro equipos de búsqueda y rescate urbanos estaban listos en Orlando y Homestead. Nueve equipos médicos también estaban listos en Orlando.
Los pilotos del Servicio de Guardacostas se encontraban buscando a marinos en barcos [deportivos] para asegurarse de que sabían que Wilma estaba en camino. El ejército, dirigido por la Guardia Nacional, tenía 14 helicópteros Chinook y 24 Blackhawk listos para misiones de rescate.
En Tallahassee, los empleados de FEMA trabajaban en lo que llamaron [centro de] »Comando de Wilma», junto con el gobernador Jeb Bush y funcionarios de operaciones de emergencia de la Florida.
Como Bush no había emitido aún una declaración federal de emergencia a mediodía de ayer, FEMA estaba reforzando su papel de apoyo, y sus provisiones y empleados de apoyo continuaban en estado de alerta, precisó Frances Marine, portavoz de FEMA de la Florida.
Las autoridades de emergencia en los condados de Broward y Miami-Dade dijeron que trabajaban estrechamente con sus homólogos estatales y federales.
El alcalde de Miami-Dade, Carlos Alvarez, se reunió el viernes con funcionarios militares y de FEMA en Homestead. Los funcionarios estatales también se encontraban observando muy de cerca las reservas y suministros de gasolina existentes.
Ayer en horas de la tarde, las gasolineras de todos los condados tenían suficientes reservas de gasolina, salvo en los condados Charlotte y Lee, donde las estaciones de gasolina contaban con un 80 por ciento de su capacidad, según Colleen Castille, secretaria del Departamento de Protección Ambiental de la Florida (DEP).
Por su parte, Carlos Castillo, jefe de operaciones de emergencia de Miami-Dade, dijo que los residentes deben disponer suficiente gasolina para 24 horas después del huracán.
Después de una tormenta, la respuesta de FEMA a menudo ha generado cierta controversia. El huracán Katrina y latragedia que sucedió en Nueva Orleans es el ejemplo más obvio. El año pasado, FEMA respondió con gran celeridad en lo que se refiere a la entrega de dinero en efectivo a los propietarios de casas y los inquilinos después que cuatro huracanes atacaron la Florida. Pero hubo algunos casos de fraude, y muchos congresistas acusaron de negligencia y otros fallos a la agencia, argumentando que debió organizarse mejor.
Después que a finales de agosto Katrina azotó la Florida, los inspectores de la FEMA tomaron otras medidas. Así, trabajaron más ligados a los funcionarios de emergencia de los condados Miami-Dade y Broward y determinaron que no existían suficientes daños sin estar asegurados como para darle asistencia a las personas.
A pesar de varias cartas enviadas al presidente Bush, de una apelación oficial y una legislación especial, la FEMA no entregó dinero en efectivo a nadie en el sur de la Florida.
La agencia federal no entregó dinero a los gobiernos locales para pagarles por las labores de limpieza realizadas, así como tampoco por el tiempo que trabajaron los trabajadores de emergencia.
Si finalmente Wilma atraviesa la Florida como se espera que ocurra, la FEMA probablemente seguirá un procedimiento parecido, dijo Marine: los trabajadores empezarán primero entregando hielo y agua en las comunidades locales. Luego, considerán prestar ayuda a los gobiernos locales y, por último, con la ayuda de los funcionarios locales, inspeccionar el daño región por región antes de decidir si ofrecen o no ayuda monetaria individual.
La redactora Mary Ellen Klas contribuyó a este artículo.
