Señalan a vicepresidente de EE.UU. por revelar nombre de agente de la CIA

Vicepresidente de E.U., Dick Cheney, habría filtrado a la prensa identidad de una espía de la CIA
Por primera vez en los más de dos años que lleva la investigación su nombre aparece directamente relacionado con el caso que levanta ampolla.
De acuerdo con el diario The New York Times, las notas de una conversación entre Cheney y su asesor I. Lewis Libby, demostrarían que el Vicepresidente fue la fuente original que puso a circular el nombre de Valerie Plame en la Casa Blanca y que luego apareció publicado en los principales diarios del país.
Un Fiscal Especial intenta determinar si se cometió un delito al revelar la identidad de Plame y si existió una conspiración de la administración Bush para desacreditar a su esposo –Joseph Wilson– y luego un esfuerzo para ocultarlo.
¿Acusado por perjurio?
La revelación del Times, cuya fuente es uno de los abogados que participa en el caso, dejaría muy mal parado a Libby pues el asesor habría declarado bajo juramento ante un Gran Jurado que conoció el nombre de Plame gracias a una conversación con un periodista. En otras palabras que mintió–cometió perjurio– para proteger a su jefe.
El asunto no afectaría criminalmente a Cheney pues dada su posición está autorizado para conocer y discutir el nombre de un espía siempre y cuando lo haga con personal autorizado para manejar este mismo tipo de información, como lo es Libby. Caso contrario al del asesor, si se llega a demostrar que compartió la sensible información con la prensa a sabiendas de que Plame era una espía encubierta.
Aún así, Cheney podría verse implicado si el fiscal logra demostrar que existió una conspiración entre funcionarios de la Casa Blanca cuyo único fin era restar credibilidad a Wilson, que por esos días criticaba a la administración Bush por haber justificado, con información de inteligencia falsa, la necesidad de invadir Irak.
Por este caso, la reportera de The New York Times, Judith Miller, fue condenada a cuatro meses de cárcel al negarse a revelar en su momento el nombre de la fuente que le había proporcionado la información sobre la identidad de Plame. En el mismo proceso también fue implicado otro periodista de la revista Time, Mathew Cooper, que decidió entregar sus notas personales a los fiscales del caso luego de perder una apelación ante la Corte Suprema decidió. Gracias a esa decisión, Cooper no fue a prisión.
Ambos periodistas adujeron su derecho a no revelar su fuente amparados en la Primera Enmienda de la Constitución de E.U. que protege la libertad de prensa y de expresión.
Se prevé que esta semana el Fiscal presente los resultados de la investigación y habrá procesos judiciales contra Libby y Carl Rove, mano derecha de Bush. En cuyo caso, dicen los analistas, ambos tendrían que renunciar a sus cargos.
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON

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