La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, expresó su preocupación por lo que ocurre en México, Venezuela y Cuba y la situación de los presos en la base de Guantánamo.
La organización aseguró que a pesar de «importantes avances» en la región, en varios países la debilidad del Estado de Derecho afecta «la plena vigencia de los derechos humanos».
El gobierno de EE.UU. no ha cumplido con las medidas dictadas por la CIDH.
En el cierre del último período de sesiones de la CIDH, la presidente de la organización Care Roberts dijo que la próxima semana se celebrará una reunión urgente para discutir la negativa de México a permitir que el ex canciller y escritor Jorge Castañeda pueda presentarse como candidato independiente a la presidencia.
El gobierno mexicano indica que las leyes electorales lo prohíben.
La comisión también condenó la creciente regulación a la prensa en Venezuela y la falta de derechos civiles en Cuba. Asimismo, criticó el trato que Estados Unidos da a los prisioneros en Guantánamo.
Decidió prorrogar por tiempo indefinido las medidas cautelares a favor de los 585 extranjeros que se encuentran detenidos en la base militar de Estados Unidos en la bahía de Guantánamo, Cuba.
Esas medidas, apuntó, no han sido aún cumplidas por el gobierno estadounidense.
Mejoras regionales
Sin embargo la CIDH, que pertenece a la Organización de Estados Americanos, OEA, destacó una mejora de la situación de derechos humanos en Argentina y Chile.
Las autoridades electorales mexicanas impiden que Castañeda se inscriba como candidato.
En Argentina, elogió los procesos de solución y en Chile la amplia reforma constitucional y los avances normativos sobre derechos de las mujeres.
También consideró beneficiosos los «profundos cambios» que realiza el gobierno de Brasil a favor de la igualdad racial.
Pero, Roberts expresó que «lamentablemente, persisten aún muchos desafíos».
Señaló que la situación socio-económica de la mayoría de los países miembros de la OEA «impide el goce efectivo de los derechos económicos, sociales y culturales» de la población.
Agregó que todavía persisten problemas estructurales sobre impunidad en casos de violaciones a los derechos humanos, como torturas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, fragilidad del poder judicial, hacinamiento y las «condiciones inhumanas» en las que se encuentran los presos.
