La Agencia Central de Inteligencia (CIA) ha tomado el primer paso hacia una posible acción legal después de que el diario «Washington Post» informara la semana pasada que Estados Unidos mantiene prisioneros en centros de detención secretos en varios países.
Versiones sostienen que EE.UU. mantuvo a sospechosos en prisiones secretas.
Según informes, funcionarios anónimos afirmaron que la información confidencial fue filtrada ilegalmente al diario estadounidense.
Hasta el presente, el gobierno de George Bush se ha negado a comentar sobre el artículo publicado el pasado 2 de noviembre en el «Washington Post», en el que se asegura que las prisiones clandestinas fueron creadas en países de Europa oriental para recibir a presuntos terroristas.
Vea Washington Post denuncia
La decisión de iniciar una investigación fue tomada por la CIA poco después de aparecer el artículo.
Mientras, en el Congreso líderes republicanos solicitaron también una pesquisa sobre la alegada filtración.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Bill Frist, y el presidente de la Cámara de Representantes, Dennis Hastert, pidieron en una carta borrador a las comisiones de inteligencia que «inicien de inmediato una investigación conjunta de la posible divulgación de información confidencial».
Llegar al fondo
Congresistas republicanos solicitaron una pesquisa sobre la alegada filtración.
Pero los demócratas consideraron que en vez de investigar sólo las filtraciones, los republicanos deberían abrir el camino para una investigación sobre abusos a detenidos y sobre si la inteligencia fue manipulada antes de iniciarse la guerra en Irak.
«Si el presidente de la Cámara y el líder de la mayoría en el Senado están interesados en esto, deberían de unirse a nosotros para tratar de llegar hasta el fondo de lo que ocurrió antes de llevar este país a la guerra», declaró el líder de la minoría en el Senado, Harry Reid, demócrata por el estado de Nevada.
El «Washington Post» sostiene que la CIA instaló una red clandestina de prisiones en Europa oriental y Asia para la detención de sospechosos de alto perfil luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Cerca de 30 detenidos, considerados sospechosos importantes, estuvieron recluidos en esos «sitios negros» -que ya han sido desmantelados- sostiene el diario estadounidense.
El periódico no ha hecho comentarios sobre la investigación de la CIA.
Directiva de Defensa
Bush le aseguró a los reporteros que Estados Unidos no tortura.
Previamente, el departamento de Defensa había emitido una directiva que prohíbe la tortura física o mental de prisioneros.
La instrucción dice que todos los detenidos deben ser tratados «de manera humanitaria» y prohíbe específicamente el uso de perros para intimidarlos.
Pero la directiva sólo cubre a los detenidos por los cuerpos militares estadounidenses y no a los que son retenidos por otras agencias como la CIA.
Por su parte, el presidente George W. Bush defendió el tratamiento que su gobierno le da a los detenidos bajo cargos relativos a la llamada guerra contra el terrorismo.
En declaraciones durante su visita a Panamá, Bush le aseguró a los reporteros que Estados Unidos no tortura.
El mandatario dijo que los enemigos de su país estaban conspirando para hacerle daño nuevamente, y que su gobierno los perseguiría de manera agresiva, pero con apego a la ley.
«Nuestro país está en guerra y nuestro gobierno tiene la obligación de proteger a los estadounidenses», dijo Bush y agregó: «cualquier actividad que conduzcamos se apega a la ley».