Demandarán al Servicio de Guardacostas por negligencia

JOAQUIM UTSET
El Nuevo Herald
Los familiares de las dos inmigrantes cubanas que perecieron el sábado en el naufragio de una lancha con 37 personas en el Estrecho de la Florida, acusan al Servicio Guardacostas de actuar con negligencia en el rescate, dijo ayer su abogado.
»Vamos a demandar a los Guardacostas y al gobierno de Estados Unidos debido a que estamos convencidos de que hubo negligencia, lo que llevó a la muerte de esas dos damas», anunció el abogado Eduardo Soto, quien aseguró representar a los 35 supervivientes del naufragio, quienes aparentemente son todos familia.
Por su parte, los Guardacostas reiteraron cuánto lamentaban la pérdida de vidas, pero insistieron en que habían salvado 35 de ellas.
Treinta y cuatro de esos inmigrantes permanecían anoche a bordo de un escampavías, mientras que se trasladaron a tierra los dos cadáveres, el presunto contrabandista y una adolescente de 17 años identificada como Daysliane Yero, que es nieta y sobrina de las víctimas. La joven pudo desembarcar debido a que ya había vivido en Estados Unidos y cuenta con el permiso de residencia. Soto reclamó que los 34 en alta mar sean traídos a tierra por ser testigos en su futura demanda, y para que puedan asistir al sepelio de las dos fallecidas.
Según el relato oficial, la lancha hacía agua en medio de un fuerte oleaje cuando fue interceptada por un embarcación guardacostas. Sus tripulantes entregaron chalecos salvavidas a los 37 inmigrantes y procedieron a trasladarlos al escampavías. En medio de esa operación, mientras la mitad de los inmigrantes aún estaba en la lancha, la embarcación se volcó.
Yero aseguró en su versión de los hechos que, tanto ella como varios de las otras personas rescatadas, advirtieron a los guardacostas que debajo de la lancha volcada estaban Isabel Menéndez y Lucía Cardentey, las dos mujeres de 70 y 64 años respectivamente.
Pero supuestamente no les hicieron caso. »Aún siendo informados, no hicieron nada», sostuvo Soto.
El Servicio Guardacostas reiteró que había hecho todo lo humanamente posible dadas las condiciones.
»La gente nos quiere culpar a nosotros, en lugar de hacerlo a quien toca. Eran 37 personas en un bote de 28 pies que hacía agua, en medio de olas de seis pies», dijo Díaz. »Lamento que se sientan así, pero se deberían enfocar en que hay 35 personas que siguen con vida», agregó.
Díaz dijo que se le advirtió al tripulante de la lancha que encarara las olas con la proa, a la espera de que todos fueran rescatados. Pero su aparente falta de pericia dejó expuesto un lado de la nave al oleaje que acabó volcándola.

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