FREDDY CUEVAS
Associated Press
TEGUCIGALPA – El presidente Ricardo Maduro decidió repatriar a ocho narcotraficantes mexicanos, que mantenían una huelga de hambre para exigir su deportación de Honduras.
Los mexicanos, cinco hombres y tres mujeres, continuarán cumpliendo su condena de 15 y 18 años en su país, luego de haber sido sentenciados aquí entre 1995 y 1996.
Las autoridades identificaron a los mexicanos como Jesús Quintero Romero, Alfonso Meza Ceñudo, Efraín Corrales, Sabino Ramírez y Alberto Lagara, que permanecen en la Penitenciaría Nacional desde 1996.
Las mexicanas son María del Carmen Chávez, María Elizalde y Adelina García Ruiz, que cumplen una sentencia de 15 años desde 1995 en el Centro Femenino de Adaptación Social.
Ambas prisiones están situadas en el valle de Támara, a unos 45 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
La coordinadora de los tribunales de ejecución del poder judicial, Romelia de Artica, dijo el miércoles a la AP que «el presidente ya firmó la autorización para que los mexicanos viajen a su país, donde seguirán pagando la pena».
Indicó que «no se cuándo ellos se irán a México, pero será muy pronto. La situación está ahora en manos de la embajada de México en esta capital».
Artica informó que agentes federales de la procuraduría general de México arribarán en los próximos días a Honduras para llevarse a sus compatriotas.
La semana pasada, los prisioneros realizaron una huelga de hambre de cuatro días para exigir su traslado a México con el fin de estar cerca de sus familias.
El grupo demandó que se cumpla un convenio firmado en el 2004 entre México y Honduras, que establece que los condenados en las dos naciones pueden ser repatriados luego de 10 años.
México podría repatriar a la hondureña Juana Jiménez, sentenciada el año pasado allá a 10 años en prisión por introducir cocaína.
El año pasado además escaparon dos mexicanos de las prisiones estatales hondureñas que aún no han sido detenidos. Ellos son Jorge Arriola, que se fugó en diciembre, y Belisario Louco, quien huyó en agosto.
