Sicólogo italiano murió al ser sepultado vivo en Colombia

Peritazgo científico confirmó que al turista italiano Mauricio María Bissignano lo sepultaron vivo
El sicólogo italiano fue asesinado en zona rural del municipio de Juan de Acosta (Atlántico), a donde fue llevado mediante engaños.
Medicina Legal estableció que Bissignano, de 29 años, falleció por asfixia mecánica. El turista fue secuestrado –según el expediente– el mismo día de su llegada a Barranquilla, el pasado 12 de septiembre.
Mediante engaños, con la promesa de un negocio de tierras, fue llevado hasta Juan de Acosta. Allí lo encadenaron y lo obligaron a revelar las claves de sus cuentas bancarias, de las cuales fueron sustraídos 12.000 euros, unos 30 millones de pesos, en menos de un mes.
“Presumíamos que había sido enterrado vivo porque el cuerpo no presentaba huellas de violencia. De acuerdo con la confesión de uno de los detenidos, lo sepultaron porque creían que se les había muerto asfixiado con la pelota antiestrés que le metieron en la boca”, confirmó uno de los investigadores.
“Ellos (los detenidos) confesaron además que lo trasladaron a la zona boscosa para obligarlo a suministrar las claves y robar el dinero. No había otra razón para el secuestro”, agregó.
Según las investigaciones, el ‘cerebro’ de este complot criminal sería el estudiante de toxicología Roberto López, un caleño que frecuentaba al italiano cuando este visitaba Colombia.
Cuando se descubrió que Bissignano había desaparecido, los detectives interrogaron a López, pero debieron dejarlo en libertad porque no se había configurado el delito de homicidio, pues el cadáver no había sido encontrado.
López viajó a Italia hace unos días. La Fiscalía expidió una orden de captura en su contra y aseguró también a Luis Alfredo Higgins Coronell, Luis Alfredo Arévalo Arévalo y Juan Carlos Díaz, presuntos responsables del crimen ya capturados.
El Consulado de Italia en Barranquilla, que aportó una carta dental que permitió la plena identificación de la víctima, realiza los últimos trámites para la repatriación.
WILLIAM AHUMADA MAURY
Especial para EL TIEMPO
BARRANQUILLA

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