Associated Press
BOGOTA – Un ex director del servicio secreto y de inteligencia en el norte de Colombia se entregó a las autoridades para aclarar las acusaciones de la fiscalía que lo responsabilizan de planificar atentados falsos contra el presidente Alvaro Uribe con el propósito de ganar notoriedad.
«Salgo a mostrarle a la justicia lo que Dios, mi familia y mis amigos saben: que soy inocente», dijo Emilio Vence Zabaleta al entregarse el martes en la noche ante la Fiscalía de Barranquilla, la principal ciudad del litoral atlántico.
El ex director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) en el Atlántico estaba prófugo desde hace cinco meses cuando la Fiscalía descubrió que dos atentados supuestamente dirigidos al presidente Alvaro Uribe eran falsos y habían sido armados con bombas y explosivos inservibles bajo órdenes de Vence Zabaleta.
La Fiscalía consideró que el sindicado quería mostrar resultados de las tareas de inteligencia y ganar prestigio ante sus superiores.
«Han sido los cinco meses más difíciles de mi vida», afirmó Vence Zabaleta quien culpó a dos subalternos de haber preparado los falsos atentados.
«Ellos me engañaron», aseguró el ex funcionario, que quedó a órdenes de la sección que investiga delitos de terrorismo en la Fiscalía, que próximamente lo interrogará.
El caso figura entre escándalos que recientemente han sacudido al DAS, organismo que ejerce funciones de servicio secreto e inteligencia del Estado, además realiza investigaciones y controla a extranjeros que llegan a Colombia.
Versiones periodísticas también revelaron la supuesta infiltración de grupos paramilitares y narcotraficantes en el organismo, que fue señalado de brindar seguridad a jefes de esos grupos clandestinos.
El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó que funcionarios del DAS estaban tras supuestas conspiraciones para asesinarlo.
El organismo fue sometido a una reciente reorganización interna en la que destituyeron a tres miembros de la cúpula de dirección.
Vence Zabaleta dijo recientemente que no se entregó antes porque desconfiaba de los anteriores dirigentes del DAS, pues creía que no le garantizaban un proceso justo. En esa oportunidad aseguró tener evidencias que lo desvinculan de las acusaciones.
En un afán por recobrar credibilidad, el director interino Andrés Peñate y 270 funcionarios más se sometieron a la prueba del detector de mentiras, para descubrir a presuntos infiltrados.
Una comisión de expertos independientes estudia una reforma del organismo.