Ola de violencia en México y Colombia ligada a drogas

Golpes a finanzas de Diego Montoya Sánchez, ‘don Diego’, desatan oleada de crímenes en México y Cali
«Como patrón a cada decomiso le sigue una ejecución», reconoció Joel Ortega, secretario de seguridad pública de Ciudad de México.
EL TIEMPO intentó contactar a Ortega para que ampliara sus declaraciones, pero este sábado por la noche aún no se había comunicado con este diario.
Sin embargo, hay varios ejemplos del fenómeno del que el funcionario habla: el pasado 20 de octubre, el caleño Héctor Fabio Hernández –que usaba el alias de Luis Alfonso Restrepo– recibió nueve impactos de bala en su cabeza, cuando se encontraba en la cafetería Darkness de la colonia (barrio) Roma de Ciudad de México.
Su muerte es relacionada directamente con la segunda gran incautación de dólares en el aeropuerto de esa ciudad. El propio Joel Ortega le dijo al periódico ‘El Universal’ de México, que antes de morir en el quirófano, el hombre confesó que no era empresario textil –como aparecía en sus documentos–, sino traficante de drogas.
Pero lo que más preocupa a las autoridades mexicanas es que funcionarios y particulares que participaron o entregaron información clave para dar los golpes a la mafia, también están en la mira de los capos colombianos.
Un día después del decomiso de dólares camuflados en electrodomésticos, y de una pequeña incautación de droga, mimetizada en libros, fue asesinado Felipe Meza Ortega, gerente de aduanas de la firma de correo DHL.
Según información oficial, el joven profesional había entregado datos valiosos a las autoridades sobre el tráfico de estupefacientes en el aeropuerto de México.
Y aunque no se descartan otros móviles –como el de un intento de robo–, la Procuraduría de México (el equivalente a la Fiscalía colombiana) indaga si ese crimen tiene relación con Pedro Madrigal Trejo, jefe de inteligencia de la Policía Federal, adscrito al aeropuerto de Ciudad de México.
Madrigal fue baleado el 17 de junio pasado, dos semanas después de liderar la incautación de 289 kilos de coca.
EL TIEMPO consultó el caso con la multinacional DHL, que en respuesta hizo llegar un comunicado (expedido el mismo día del asesinato de su funcionario) en el que lamenta los hechos y se pone a disposición de las autoridades para las investigaciones pertinentes.
Lo concreto es que el tema de los asesinatos tiene nerviosos a varios funcionarios que intervinieron en los operativos. Es más, EL TIEMPO confirmó que se evalúa el traslado de personal para evitar que se conviertan en un nuevo objetivo de la mafia.
«Lo único que le puedo decir es que estamos intercambiando información, que hay una investigación binacional y que pronto habrá resultados», le dijo a este diario el embajador Chacón.
Los decomisos
En varias neveras, estufas y hornos microhondas, autoridades mexicanas encontraron 202 fajos de billetes de 50 y 100 dólares que iban a ser embarcados en el vuelo 073 de la aerolínea Avianca, cuyo destino final era Cali.
El hallazgo –7 millones 840 mil dólares– se produjo el pasado 24 de agosto en uno de los hangares del aeropuerto internacional de Ciudad de México y, según le dijo a EL TIEMPO el embajador de ese país en Colombia, Mario Chacón, es la incautación más grande en la historia de ese puerto aéreo.
Pero, además, fue el inicio de una serie de grandes golpes a la mafia colombiana: dos meses más tarde, el 15 de octubre, se decomisaron en el mismo terminal otros 4 millones 700 mil dólares, ocultos en dos compresores de aire y cilindros que iban a ser enviados a Bogotá a través de la empresa aérea Panavia.
Y cinco días después cayó otro millón de dólares que intentaban enviar a Colombia esta vez camuflados en latas de chiles jalapeños.
A las millonarias incautaciones de dólares se les unió el decomiso de casi media tonelada de cocaína descubierta el pasado 18 de octubre en el mismo aeropuerto.
Luego, sigueron otras incautaciones menores, incluida una que venía camuflada en una enciclopedia y que había sido enviada a través de una empresa de mensajería.
De ‘Don Diego’
En total son 13,5 millones de dólares (unos 30 mil millones de pesos colombianos) y más de de una tonelada de coca pura que, según organismos de seguridad de Colombia, pertenecen al extraditable Diego Montoya, ‘Don Diego’, el gran capo del cartel del Norte del Valle por cuya cabeza el gobierno de Estados Unidos está ofreciendo 5 millones de dólares.
Los golpes a su ‘billetera’ los tienen furiosos a él y a sus socios que, de acuerdo con información de inteligencia, desde mediados de este año andan ilíquidos debido a los cientos de toneladas del alcaloide que han perdido: este año, Policía, Ejército y Armada han decomisado 168,4 toneladas de coca de diferentes carteles, incluido el de Montoya.
A eso se suma que el capo no se pudo ‘colar’ en la negociación de paz de los ‘paras’ con el Gobierno ni le han prosperado las distintas propuestas de sometimiento a la justicia.
El contacto en Cali
EL TIEMPO visitó las intalaciones de la empresa Imerco Limitada, que según documentos en poder de las autoridades mexicanas, era la destinataria de los 7 millones 840 mil dólares, pero tan solo encontró un local vacío ubicado en un centro comercial del centro de la capital.
Según su registro de Cámara de Comercio, se trata de una empresa de importación, distribución y venta de bienes muebles, creada en agosto del 2005 con un capital de 50 millones de pesos y dos socios.
Según la Policía, que ya ha hecho varias visitas a sus instalaciones, sus representantes aseguran que fueron usados para el ilícito.
Los mismos oficiales le revelaron a EL TIEMPO que al menos cinco asesinatos registrados en los últimos dos meses en calles de Cali están relacionados con el caso: «Son producto del ajusticiamiento ordenado en las filas mafiosas tras la caída de los dólares en México».
UNIDAD INVESTIGATIVA
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