Se podría haber conocido como el «meteorólogo» de las guerras. El coronel estadounidense Trevor N. Dupuy, fallecido el 5 de junio de 1995, puso en marcha el Instituto Dupuy y, con él, un sinfín de métodos y programas de estudio de conflictos armados.
En 1990, Dupuy era un coronel apenas conocido en la jerarquía militar de Estados Unidos (se había retirado en 1958). Treinta y cinco días antes del comienzo de la Guerra del Golfo, Dupuy se presentó en el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de Estados Unidos y formuló una predicción. Las proyecciones del Pentágono sobre la Guerra del Golfo contaba con que morirían entre 20.000 y 30.000 soldados de la coalición y que el conflicto duraría al menos seis meses. Dupuy aseguró que las bajas serían menos de 6.000 en el primer mes, que la guerra duraría menos de dos meses y el combate en tierra no iría más allá de dos semanas. Las predicciones de Dupuy fueron sorprendentemente precisa: la operación Tormenta del Desierto logró la victoria en 43 días, las tropas aliadas contabilizaron menos de 1.400 bajas y la lucha en tierra duró cinco días.
Su arma secreta fue el TNDM, un programa de software desarrollado por el Instituto Dupuy, en cuya creación intervinieron programadores informáticos, matemáticos, expertos en armas, historiadores militares, generales retirados y veteranos de guerra. Cuatro años más tarde, el TNDM demostró en Bosnia que la predicción para Irak no fue obra del azar. El general Wesley Clark solicitó al Instituto Dupuy una proyección sobre las bajas que se producirían en la misión de paz de la OTAN. El estudio del TNDM afirmó que había un 50% de posibilidades de que no hubiera más de 17 víctimas en el primer año. Sólo fueron seis, y la reputación del programa informático quedó consolidada.
¿Por qué es tan efectivo el TNDM? La razón principal es que maneja la que se considera como la mayor base de datos histórica sobre combates del mundo. Los investigadores combinan archivos militares de todo el mundo, relacionando estadísticas tan diversas como la influencia de la lluvia en el mal funcionamiento de los rifles en la batalla de las Ardenas o el porcentaje de soldados de una unidad muertos antes de que la unidad se rindiera durante la Guerra del Golfo.
Causa y efecto.
Cuando se estudia la proyección de un conflicto futuro se introducen relaciones de causa y efecto, por ejemplo el uso de uniformes de camuflaje apropiados y el número de víctimas de francotiradores, y se incluyen en ejemplos históricos de la base de datos.
En realidad, este método es semejante al estudio de las leyes de la atmósfera, que sirven par alas predicciones metereológicas. al igual que en éstas, el TNDM recopila primero una ingente cantidad de datos de combate (densidad de los bosques, anchura de ríos, resistencia de las armas, aprovisionamiento…) que después se introducen en un modelo matemático. El resultado: un informe de tres páginas que incluye predicciones sobre pérdidas humanas y de equipamientos, porcentaje de prisioneros, y pérdidas y ganancias de terrenos.
El instituto prepara en la actualidad un estudio sobre la duración y la intensidad de la resistencia iraquí para el Centro de Análisis Armamentística, una agencia dependiente del Pentágono. Entre los clientes del TNDM se encuentran los ministerios de Defensa de países como Suicia, Sudáfrica, Finlandia, Suiza y Corea del Sur, y empresas como la multinacional aeroespacial Boeing. El precio del programa es tan sorprendente como su efectividad: 93.000 dólares, un precio ínfimo si se calculan los beneficios económicos de poder predecir cómo va a acabar una guerra.
La importancia del factor humano
El desarrollo tecnológico del armamento y de la planificación militar provocado que se subestime el factor humano en los conflictos bélicos. No es el caso del Instituto Dupuy. Su mismo fundador, Trevor N. Dupuy, participó activamente en la Segunda Guerra Mundial (fue soldado aliado con más horas de combate en el frente de Birmania) y nunca desechó la importancia del análisis humano en la interpretación del análisis humano en la interpretación de guerras.
Esa es una de las principales ventajas del TDNM, el programa de predicción de guerras del Instituto Dupuy, frente a otros sistemas desarrollados por agencias dependientes de gobiernos como el de Estados Unidos, Austria, Reino Unido, Francia o Alemania.
Por ejemplo, el TDNM tuvo en cuenta factores intangibles en la campaña aérea de la OTAN en Serbia y Kosovo en 1999, cuando los serbios utilizaban tácticas como la colocación de tanques de madera o la atracción de misiles HARM con la radiación de microondas caseros.
El sistema informático también contaba con este tipo de factores de despiste para emitir sus predicciones. Incluso tiene en cuenta la capacidad del os soldados para improvisar en el campo de batalla (menor en los ejércitos de países bajo regímenes autoritarios que en los democráticos), Otra de las ventajas del Instituto Dupuy es su independencia: no está implicado en la venta de armas, no depende de los presupuestos del Gobierno y no tiene ningún interés político en el desarrollo de los conflictos armados.