Virginia, EEUU. El gobernador de Virginia, Mark R. Warner, concedió clemencia a un hombre condenado a muerte por el asesinato de un empleado de un billar, cuya ejecución habría sido la número 1.000 en Estados Unidos desde que la Corte Suprema reinstauró la pena de muerte en 1976.
La condena de Robin Lovitt fue conmutada a cadena perpetua, manifestó AP.
Lovitt, de 42 años, iba a ser ajusticiado con una inyección letal por el asesinato de un empleado con un par de tijeras durante un robo en un salón de billar en 1988.
La milésima ejecución ahora está pautada para mañana en Carolina del Norte: Kenneth Lee Boyd debe ser ejecutado por matar a su esposa, de la que se había separado, y al padre de ella.
El gobernador Warner dijo que había dado una y mil vueltas a la decisión de concederle clemencia a Lovitt sobre la base de que un empleado judicial destruyó gran parte de la evidencia en el caso, impidiendo que se realizaran pruebas de ADN que según los abogados hubiesen exonerado de culpabilidad al acusado.
«Ningún otro caso ha sido más complicado. Con ninguno me había tomado tanto tiempo reflexionando y orando», dijo el gobernador.
Warner nunca había concedido clemencia a nadie en los casi cuatro años de gestión. En ese período han sido ajusticiados 11 hombres.
Lovitt fue condenado por el asesinato de Clayton Dicks, a quien le clavó un par de tijeras durante el robo a una sala de billar de Arlington, un suburbio de Washington.