NELIDA FERNANDEZ ALONZO
EL UNIVERSAL
En las series de investigación forense que se transmiten con éxito por los canales de televisión por cable, existen expertos en el hallazgo de evidencias que conducen al esclarecimiento del crimen o la identificación del criminal.
Todo se toma en cuenta a la hora de la pesquisa, desde la disposición de los objetos en la escena donde se produjo, por ejemplo, el homicidio, hasta los mismos objetos. Todo se fotografía antes de moverse, todo se guarda en recipientes limpios y por separado para que una evidencia no contamine a la otra. Así se hace en la televisión y así debería hacerse en la vida real nacional, aunque, según los expertos, el día a día está cargado de contratiempos y errores.
«Cualquier evidencia biológica hallada en la escena del crimen es útil para caracterizar un perfil genético que pueda ser comparado con el de la persona que está relacionada con el hecho», explica Lisbeth Borjas, magister en genética humana del Laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Medicina de La Universidad del Zulia, LUZ.
Así pues, al llegar al lugar del suceso, «se recogen manchas de sangre, saliva, objetos diversos como por ejemplo un vaso, una colilla de cigarrillo o cualquier evidencia física que pueda tener muestras biológicas. Todo esto es útil para ser llevado al laboratorio de genética e iniciar la investigación», dice la experta.
Pero el trabajo de recolección de estos objetos tiene sus limitaciones y normas. Los movimientos que se realizan antes de que la evidencia llegue al laboratorio forense, entre los que se cuenta su recolección, empaquetado y traslado a través de la llamada «cadena de custodia», garantizarán la integridad de esa muestra.
Y es que «cuando la evidencia está inalterada, el juez del caso puede admitir el informe de la experticia, independientemente de que éste resulte favorable o no a un imputado de un hecho criminalístico».
Pero, en la vida real nacional, ese recorrido que realiza la evidencia hasta el laboratorio no siempre se hace con el rigor que se requiere.
Muestra contaminada
«Aquí no se está haciendo una buena recolección de la evidencia. Hay una cantidad de situaciones en las que el resultado de la pericia se ha invalidado porque no se sabe quién manipuló la muestra o si lo hizo adecuadamente. A veces encontramos perfiles genéticos mixtos porque se contaminado la muestra inicial», comenta Lennie Pineda, magister en Genética Humana, ex directora del laboratorio de Genética Molecular de la Facultad de Medicina de LUZ.
Cuando se debe hacer una prueba de ADN, explica Pineda, es necesario que se realice un trabajo en equipo, «que haya un compromiso por parte de todas las personas que participan en esa recolección para que se logre una buena prueba», dice Pineda, quien agrega que los expertos en genética no hacen nada si la muestra no está bien tomada.
Y en efecto, según la especialista, hay pruebas que llegan al laboratorio y están contaminadas. Para que esto no ocurra «se debe evitar hablar sobre la muestra porque la saliva la contamina, hay que recogerse el cabello, ponerse gorro, mascarilla y guantes».
Decisión ADN
«La prueba de ADN es una prueba de certeza. Las probabilidades de certeza son superiores a 99,9999%. Una persona de un millón puede ser dueña de ese vestigio biológico», dice la especialista Lisbeth Borjas, quien recuerda que los expertos del Laboratorio de Genética Molecular de LUZ sirven como auxiliares de justicia para el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas del Zulia.
«Aquí hacemos los perfiles genéticos de aquellos casos de violación, homicidios, cambios de niños en centros maternos, entre otros. Preparamos un informe y lo remitimos al Cicpc».
Ciertamente, Borjas informa que 80% de los casos que llegan al laboratorio de genética con implicaciones forenses corresponden a agresiones sexuales. Los casos de robos de niños no son tan frecuentes, «pero cuando una madre sospecha que el bebé que le entregaron no es su hijo, puede acudir a instancias judiciales y solicitar la determinación de una relación biológica y las pruebas de laboratorio le permitirán esclarecer si pertenece a esa pareja o no».
Una prueba de ADN convencional tiene un costo de un millón de bolívares y tanto Pineda como Borjas reiteran que esta es una suma que apenas alcanza para algunos insumos y que «50% de los casos no pagan este costo, porque no tienen dinero».